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EL PASO DE HERNÁN CORTÉS POR ADAMUZ (CÓRDOBA)

EL PASO DE HERNÁN CORTÉS POR ADAMUZ (CÓRDOBA)

          La historiografía cortesiana desconocía la fecha exacta en la que el conquistador metellinense se embarcó rumbo a España por segunda vez, para pasar en la Península sus últimos años de vida. Por poner un ejemplo, su principal biógrafo José Luis Martínez afirmó que se embarcó para España entre diciembre de 1539 y enero de 1540. Y yo mismo, en mi obra Hernán Cortés el fin de una Leyenda, afirmaba que, dado que estaba documentado por primera vez en Madrid en mayo de 1540, seguramente había retornado de Nueva España en los primeros meses de ese mismo año. Y en cuanto al itinerario que siguió, desde su llegada a algún puerto del sur hasta su presencia en Madrid en mayo de 1540, era totalmente desconocido. Personalmente me lo imaginaba arribando a Sevilla y haciendo la ruta pasando por su Medellín natal.

Pues bien, dado que la prolijidad de las fuentes primarias nunca deja de sorprendernos, en estos momentos estoy en condiciones de secuenciar detalladamente la ruta que siguió el metellinense y las fechas exactas. Repasando el extenso pleito por los pueblos de su señorío, en las provincias de los Matolcingos, Toluca, Motepeque y Tepemechalco, conservado en el Archivo de Simancas, y que duró la década comprendida entre 1532 y 1542, encontramos todas las respuestas. El interrogatorio que se le hace a Pedro de Ahumada, camarero del conquistador, que lo acompañó en aquel viaje es providencial. Recordaba todas y cada una de las fechas y lugares en la que estuvieron. Mientras otros testigos solo recordaban algunas, él las tenía todas memorizadas. Según Pedro de Ahumada, zarparon del puerto de Veracruz el 5 de enero de 1540. Dos meses y un día después llegaron a Sanlúcar de Barrameda, tras realizar una escala en La Habana. Según Gonzalo Fernández de Oviedo, el metellinense le remitió una carta desde la capital cubana, fechada el 5 de febrero de 1540. Llegaron a Sanlúcar de Barrameda el 6 de abril de 1540, permaneciendo en Sevilla desde el 7 de abril hasta finales de ese mismo mes, por espacio de veintitrés días.

A primeros de mayo de ese año partieron con destino a Madrid. Y ¿tomaron la ruta de Extremadura como sospecha casi toda la historiografía? Pues no, tomaron dirección nordeste y marcharon del tirón hasta llegar al pueblo cordobés de Adamuz, exactamente el 4 de mayo. Tras reponer fuerzas en el pueblo por espacio de varios días, prosiguieron la ruta hasta Toledo a donde llegaron el día de Pentecostés -cincuenta días después del Domingo de Resurrección- de ese año de 1540. Según el investigador Antonio Redondo Pintado, el día de Pentecostés de 1540 fue el 16 de mayo. Dado que el día 17 de mayo llegaron a Madrid, apenas debieron permanecer unas horas en Toledo. En la ciudad del Manzanares se hospedó, por orden del Consejo de Indias, en casa de don Juan de Castilla.

Cortés era en aquel entonces un nuevo rico y, por tanto, una parte de la alta nobleza lo miraba con desdén. Además estuvo en todo momento agobiado por los largos pleitos que mantenía con Nuño de Guzmán, con el difunto licenciado Juan Ortiz de Matienzo, con el licenciado Delgadillo y también con Gutierre de Sotomayor, a quien reclamaba una deuda de cuatro mil castellanos. El 14 de junio de 1540 tomó una curiosa decisión: donó a doña Juana de Matienzo, esposa de Alonso de Samano e hija del oidor Matienzo, todos los beneficios que se derivasen de la reclamación que hacía hacia su difunto padre. Probablemente, trataba de congraciarse con los Samano, que tenían bastante poder en la corte, dado que Juan de Samano, hermano del esposo de doña Juana de Matienzo, era el influyente secretario real.

El 9 de marzo de 1541 seguía en Madrid porque fue presentado como testigo en una información de méritos presentada por Francisco Tello, en nombre de varias decenas de conquistadores de Nueva España. Poco después, en ese mismo año, decidió acompañar al Emperador en su fracasada campaña de Argel, junto a sus hijos Luis y Martín –el mestizo habido con doña Marina-. El César, harto ya de los desmanes de los turcos y en especial de Barbarroja, decidió ir a buscarlo a su propia base, concentrando para la ocasión un buen número de efectivos. La precipitación del ataque, lanzado inadecuadamente en noviembre, y los temporales hicieron de la campaña un fracaso. Hernán Cortés viajó en la galera capitaneada por Enrique Enríquez que, como tantas otras, naufragó. Milagrosamente consiguieron salvar sus vidas, aunque no las cinco esmeraldas y otras joyas que el de Medellín llevaba consigo. Reunido el Consejo de Guerra y, contra el criterio de Cortés, decidieron desistir de su intención de tomar la capital corsaria, dejándolo para otra ocasión más ventajosa. Fue su última gran acción, el último y fallido intento de recuperar el favor Real para destituir a aquellos que habían menoscabado su autoridad en el virreinato novohispano.

Finalmente marchó a la ciudad de Valladolid, donde está documentada su presencia entre marzo de 1542 y noviembre de 1545.



ESTEBAN MIRA CABALLOS



ORÍGENES E HISTORIA DEL MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE CARMONA

ORÍGENES E HISTORIA DEL MONASTERIO DE  NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE CARMONA

            Realmente es muy poco lo que conocemos de este exclaustrado monasterio de Padres Carmelitas Calzados. Como es bien sabido, esta Orden tiene sus orígenes remotos en los primeros siglos de la cristiandad, sin embargo, no comenzaron su expansión en Europa como Orden mendicante hasta el siglo XIII1.

           Su fundación en Carmona se produjo en torno a 1540 en la vieja ermita de Santa Marina, sin embargo, a lo largo de esa década los religiosos decidieron trasladarse a la de San Roque que, aunque se situaba también en extramuros de la ciudad, estaba en un lugar bastante más cercano y accesible para los fieles2. De esta ermita de San Roque no sabemos más que en 1503, su ermitaño, Juan Caro, pidió ayuda al concejo para acabar las obras de construcción3. La ermita no era más que una pequeña capilla y "humilladero", situada en el camino real donde los caminantes "se encomendaban a Dios y aun había aparejo para acogerse algún peregrino día o noche desafortunado"4. En este modesto recinto se albergaba la cofradía de San Roque, pues, en el momento de la fundación del monasterio se reconoció su existencia y "que estaba y residía y se servía en esta casa antes de que se fundase el dicho monasterio"5.

           La fundación de los frailes Carmelitas Calzados en el solar de la vieja ermita de San Roque se produjo en algún momento de la década de los cuarenta, pues, en 1549, los regidores del concejo prestaron 50 ducados que montaron 18.750 maravedís a los cenobitas "para ayuda a hacer la capillita que se hace en el dicho monasterio"6. Sin embargo las tierras donadas por el cabildo debieron ser insuficientes para construir un monasterio con sus dependencias, claustros e iglesia por lo que los frailes desde un primer momento se afanaron y consiguieron finalmente comprar nuevos terrenos colindantes a unos vecinos que, entre 1554 y 1555, las habían recibido del cabildo7. Pese a todo no contentos con estas nuevas adquisiciones los frailes consiguieron entre 1562, 1563 y 1565 nuevas donaciones del concejo que definitivamente le dieron la posesión total de todo lo que fue el antiguo solar de la ermita de San Roque y sus tierras circundantes8.

           El intitulación oficial del monasterio era de "Nuestra Señora del Carmen Calzado de la ciudad de Carmona de antigua observancia". Sin embargo debemos reseñar el hecho de que extraoficialmente a lo largo de varios siglos se conoció esta casa religiosa como "monasterio de San Roque". No debemos olvidar que no sólo se ubicó en el lugar de la antigua ermita sino que los frailes se obligaron con la cofradía de San Roque a que la imagen titula de su corporación estuviera en el altar mayor “por siempre jamás”9. De hecho en tanto en el el Archivo de Protocolos de Carmona como en las partidas de defunción del archivo parroquial de la iglesia de San Pedro aparezca citado el monasterio en el siglo XVII y XVIII indistintamente como Monasterio de San Roque que es de la Orden de Nuestra Señora del Carmen o tan sólo como el convento de Nuestra Señora del Carmen de Carmona10.

           En varios años debieron edificar los cenobitas una precaria iglesia, pues, en el documento de concesión de capilla a la hermandad de la Soledad, fechado en 1569, se insinuaba que ya estaba levantada la iglesia11. No obstante al parecer el templo no fue consagrado definitivamente hasta el 24 de febrero de 1583, por fray Diego de León, sin que por el momento podamos dar explicación al largo tiempo transcurrido entre la construcción del templo y su consagración12.

           Este primer recinto conventual, incluida su iglesia, debió ser tan precario que en los primeros años de la centuria decimoséptima fue enteramente reconstruido. El nuevo templo fue financiado gracias a las limosnas del pueblo pero sobre todo a la donación testamentaria que hizo don Teodomiro Lasso de la Vega, Caballero del hábito de San Juan, quien en su testamento, redactado en la ciudad de Madrid donó nada menos que 3.000 ducados para que se labrase “la capilla mayor del convento de Nuestra Señora del Carmen de la villa de Carmona”, recibiendo a cambio el patronazgo de ella13.

           Así, el 21 de junio de 1607 el prior y frailes del monasterio del Carmen se comprometieron con el alarife carmonense Alonso Pérez Salazar para que por un precio total de 170 ducados labrase "las columnas, capiteles engastados en plomo, arcos, tejado y solado de todo el claustro"14. Ese mismo día se concertaron con el carpintero Juan Padilla para que labrase la madera correspondiente al claustro, es decir, "vigas, puertas y ventanas de pino de Flandes", valorándose su costo en 110 ducados15.

           Al año siguiente y concretamente el 2 de febrero de 1608 los frailes carmelitas se volvieron a concertar con el carpintero carmonense Juan Padilla para que labrase nada menos que el artesonado de la capilla y el coro conventual cubriendo un total de 5 varas de ancho por 30 de largo16.

           Así quedo más o menos constituido el monasterio compuesto por un claustro en torno a un atrio columnado y una iglesia conventual muy similar al tipo conventual que por aquel entonces tenían los monasterios de monjas dominicas de Madre de Dios y Santa Catalina así como las franciscanas clarisas y concepcionistas. Es decir la capilla era de una sola nave con cabecera posiblemente cuadrada y separada de la nave por un gran arco toral y una nave de 13 metros de largo por 6,5 de ancho cubierta por un artesonado simple, y a los pies de la iglesia el coro claustral. En uno de los muros laterales se abría una enorme capilla de 11 varas cuadradas, cubierta por bóveda y “una cúpula grande” donde se albergaba la poderosa cofradía de la Soledad y el Santo Entierro de Carmona.

          Igualmente en dicha iglesia tenía su sede la populosa hermandad de Nuestra Señora del Escapulario, que muy posiblemente no tenía capilla propia sino tan sólo un retablo en uno de los muros colaterales. Desconocemos la fecha de fundación de esta corporación pero debió ser seguramente de las mismas fechas que la de la Soledad. En el siglo XVIII prácticamente no hay testamento de vecinos de la collación de San Pedro que no hagan alguna referencia a esta corporación, enterrándose, incluso, muchos de ellos en su bóveda de entierro. Este fervor popular por la Virgen del Escapulario fue lo que hizo posible que adquiriese un importante patrimonio artístico. Concretamente en un inventario redactado el 14 de agosto de 1733 y que reproducimos en el apéndice I se citaban además de la imagen de la Virgen una talla de San Simón y un crucificado. Entre los enseres debemos destacar un impresionante palio con seis varales de plata y un guión compuesto de un varal con 10 cañones de argento, escudo y cruz del mismo metal.

           Al menos conocemos la existencia de otra hermandad en el Carmen es decir la de las Animas Benditas del Purgatorio que poseía un retablo en la capilla17.

           En el primer tercio del siglo XVIII el templo fue totalmente reconstruido por tercera vez en su historia y nuevamente para engrandecerlo tanto en dimensiones como en decorativismo18. Por las referencias documentales que poseemos e incluso por algún material gráfico de este siglo sabemos que el nuevo templo fue de tres naves, cubiertas con bóveda de cañón y con una modesta cúpula en el crucero.

           Muchos de los enseres de la iglesia también fueron renovados para hacerlos acorde al nuevo estilo del templo y a sus dimensiones. Concretamente en la década de los setenta los frailes se concertaron por dos veces con el prestigioso escultor sevillano Francisco de Acosta para que labrase el retablo principal y los de las cabeceras de las dos capillas colaterales. En la hornacina principal del retablo mayor ubicaron a la Virgen del Carmen, trasladando -contra lo dispuesto en la fundación- la imagen de San Roque a uno de los retablos de las naves colaterales. Además de los tres retablos principales y del que poseía en la cabecera de su capilla la hermandad de la Soledad, labrado en 1702 por Juan del Castillo19, en la iglesia existían otros retablos dedicados a las siguientes advocaciones: San José, San Elías, San Roque, Virgen del Escapulario, Santa Teresa y Cristo de las Animas del Purgatorio.

           La situación del monasterio en el siglo XVIII no era mala, pues, por ejemplo en una visita realizada en 1733 el vicario afirmó que había en él 26 religiosos que "pasan moderadamente"20.

          En el censo de 1786 figuraban nada menos que 38 cenobitas, contando los 33 profesos, 4 legos y un sólo criado, siendo sus rentas suficientes por el importante patrimonio urbano que poseía el convento21.

          En cualquier caso por el proceso desamortizador del siglo XIX el monasterio quedó abandonado llegando sus ruinas hasta este siglo en que se decretó la construcción en su solar de un moderno silo de trigo.

 

APENDICE I:

 

 

Cabildo de Nuestra Señora del Escapulario, sita en el Carmen, 14 de agosto de 1733:

 

          En la ciudad de Carmona en catorce días del mes de agosto de mil setecientos treinta y tres años estando en el convento de Nuestra Señora del Carmen Calzado extramuros de esta ciudad ante mi el escribano público y testigos yuso escriptos parecieron don Alonso Núñez Parrilla, vecino de esta ciudad y hermano mayor y prior de la Orden Tercera de Nuestra Señora del Escapulario, sita en dicho convento y número de hermanos de dicha Orden y dijo que por cuanto el dicho número y Tercera Orden tiene para el adorno de la Santa Imagen de Nuestra Señora y demás cosas pertenecientes a dicha hermandad diferentes alhajas y bienes de los cuales ha muchos años no se hace inventario y siendo muy conveniente el que se tenga presente en todo tiempo los bienes que de presente hay para que los hermanos mayores que fueren en adelante den cuenta de ellos cada uno en su tiempo dijo que quería hacer e hizo inventario de dichos bienes en la forma siguiente:

Primeramente, un vestido, jubón y saya de persiana encarnada y blanca que ha dicha Santa Imagen dio de limosna doña María de Monsalve, viuda de don Diego de la Milla, que está nuevo.

Otro vestido entero de raso liso color de ámbar con vueltas de encajes de Milán de mediado.

Otro vestido entero de tela color de ámbar guarnecido con encajes de Milán.

Otro vestido de media tela entero, color de ámbar guarnecido con encajes de Milán de mediado.

Otro vestido de tela azul guarnecido con galón y punta de oro nuevo y sin escapulario el cual dio a dicha Santa Imagen doña Nicolasa de Auñón, mujer de don Marcos Cansino Nieto.

Un palio pequeño con el cielo de tafetán encarnado y los lados de tela blanca guarnecido con encajes de Milán bueno que sirve al Santísimo.

Un hábito de tela color de ámbar guarnecido con encajes de Milán y capa de tela blanca a flores con puntillas de Milán.

Otro de tela color de ámbar que tiene puesto San Simón éstos.

Un escapulario bordado de oro que sirve a dicho Santo.

Cinco varas de toca y sobre toca de Nuestra Señora nueva que compró este año la dicha hermandad.

Otra toca y sobre toca de mediada.

Dos camisas de la Virgen de Bretaña de campeo.

Dos enaguas blancas con maraña y encajes de mediada.

Dos pares de puños de encajes de pitiflor buenos.

Una palia de raso blanco y encarnado guarnecida de puntilla blanca.

Dos pares de manteles del altar de Nuestra Señora y otros que están sirviendo en el altar.

Un velo de damasco encarnado forrado de holandilla.

Dos atriles con sus perfiles de oro y escudos de la hermandad.

Una sobremesa de terciopelo encarnado con flecos de oro.

Un escudo bordado en un paño de difunto de terciopelo negro el cual está guarnecido con flecos de oro y forrado en holandilla negra de mediado.

Un guión de tela encarnada guarnecido con puntas.

Otro vestido de raso liso bordado de realce entero y nuevo que se estrenó el día titular de este año y se ha costeado por el dicho número.

Otro vestido entero de raso encarnado con flecos de oro de mediados.

Un manto de tela blanca con escudos hechos en telar guarnecidos con encajes de Milán y forrado con tafetán amarillo de mediado.

Otro de raso liso blanco guarnecido con encajes de Milán y forrado en holandilla encarnada de mediado.

Un palio de tela encarnada guarnecida con encajes de Milán y forrado en holandilla de mediado.

Otro de tela blanca guarnecido con flecos de oro y forrado en holandilla encarnada y caídas de tafetán blanco bien tratado el cual dio la dicha doña Nicolasa de Auñón.

Un juego de faldones de raso con florecillas de oro encarnado y flecos de seda.

Otro de raso blanco con flores encarnadas amarillas y azules que juntó de limosna la hermana María Muñoz, mujer de Blas Peña.

Un frontal encarnado con cenefa de raso azul.

Otro de tela blanca que está en la sacristía.

Otro de pintura en lienzo.

Treinta y seis cañones de plata que pesan ciento y cuatro onzas y cinco de plata.

Un escapulario de plata que sirve a San Simón, esto y pesa cuatro onzas.

Un rosario de coral engastado en plata sobredorada, cruz y medalla de filigrana de lo mismo con cuatro dieses y seis onzas.

Otro rosario de cinco dieses con extremos de filigrana.

Otro rosario de coral engastado en plata de filigrana, cruz y medallas y extremos de lo mismo en cinco dieses.

Otro rosario de azabache engastado en plata con su cruz de cuentas y tres medallas de plata.

Un petillo de plata sobredorada cn piedras verdes.

Una sortija con ocho piedras blancas.

Otra sortija de ocho piedras verdes y otra blanca.

Otra de nueve piedras.

Otra de cuatro piedras blancas.

Diez cañones de plata de la vara del guión y dos remates de lo mismo que pesan cuarenta y cuatro onzas y media y tres adarmes.

Un escudo de plata de nueve onzas y cuatro adarmes que sirve al guión.

Una corona de plata que sirve a Nuestra Señora en su altar y pesa nueve onzas y media.

Un cetro de plata sobredorada con su perrilla y remate.

Un ramo de azucena de filigrana de plata.

Dos luceros y una luna de plata con un serafín en medio.

Una bandera y cinco cañones y cruz de plata que sirven a San simón y una diadema de plata de dicho santo.

Una guarnición de puntas de martillo de plata que sirve a Nuestra Señora y se compone de diez puntas de cada lado, las cinco iguales y las otras más pequeñas en disminución todas dobles y las dos últimas con cinco serafines dobles y en cada uno una azucena de filigrana y veinticinco tornillos con sus serafines por cabeza y en la junta de arriba tres puntas pequeñas y dos tornillos con sus serafines y portezuelas de plata.

Veinte y cuatro nudillos de metal sobredorados del palio de Nuestra Señora.

Una lámpara de plata de nueve onzas y cuatro adarmes.

Una lámpara de plata de nueve onzas y cuatro adarmes.

Una demanda de plata con la imagen de Nuestra Señora de oro y forrado en tafetán carmesí, cordones de seda blanca encarnada y borlas de lo mismo.

Otro guión de tela encarnado, viejo, forrado en tafetán carmesí y guarnecido de flecos de seda.

Un cajón con sus gabelas y con su cajón nuevo.

Un Señor Crucificado de madera, una vara de alto con sus potencias y corona de plata.

Un sitial de madera vestido de raso adamascado y velo de raso blanco con su pie dorado que sirve para el Santísimo.

Cuatro faroles de vidrio viejos.

Una mesa de pino de mediada.

Un frontalito de raso encarnado viejo.

Una ara, manteles, palia y corporales.

Un arca de dos varas en que se recoge la cera.

Un cajón con tres gabelas y una taquilla de madera de Ceiba y Flandes en que se recogen los vestidos.

Una Corona imperial con resplandor de rayos y luceros que pesa cuarenta y nueve onzas y media de plata incluyo en dicho peso una fuente de hierro que tiene dicha corona.

Una cruz de plata de guión que pesa treinta y ocho onzas.

Unos candeleros de plata que pesan veinte y cuatro onzas.

 

 

Fernando Villa Nogales

Esteban Mira Caballos

1    ALDEA VAQUERO, Quintín, Tomás MARIN GUTIERREZ y José VIVES GASTELL: Diccionario de Historia eclesiástica de España, Vol. II. Madrid, Instituto Enríquez Flores, 1972, p. 354.

2    La fundación inicial en Santa Marina aparece tanto en el Curioso Carmonense como en los libros de José Martín de Palma, pues, no en vano se trataba de la misma persona. CURIOSO CARMONENSE, ff. 129-130.

3    HERNANDE DIAZ, José, Antonio SANCHO CORBACHO y Francisco COLLANTES DE TERAN: Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla, T. II. Sevilla, 1943, p. 304. GONZALEZ JIMENEZ, Manuel: Catalogo de documentación medieval del Archivo Municipal de Carmona (1475-1504), T. II. Sevilla, Excma. Diputación Provincial, 1981, p. 332.

4    HERNANDEZ DIAZ: Ob. Cit., p. 304.

5    Archivo de Protocolos de Carmona (en adelante A.P.C.). Escribanía de Juan Rodríguez, 1567-1568, f. 367.

6    Carta fechada en Carmona, a 29 de agosto de 1549. A.P.C., Escribanía de Juan de Toledo 1548-1550.

7    José Martín de Palma se esforzó en recopilar todos los datos sobre estas compras por lo que a continuación mostramos su detallado relato: "Título de la casa o convento de Nuestra Señora del Carmen Calzado de la ciudad de Carmona de antigua observancia, siendo antes ermita del señor San Roque y antes fundaron en Santa Marina, en 19 de noviembre de 1554 el cabildo de esta muy noble y leal ciudad de Carmona hizo merced a Sebastián de Heredia de un solar de 14 varas en cuadro detrás de la ermita del señor San Roque como consta por su testamento del escribano Juan Francisco de Villalobos, escribano de Su Majestad y del cabildo de esta ciudad. En dicho cabildo hizo merced a Andrés Fernández de otro solar detrás de dicha ermita del señor San Roque de otras 14 varas en cuadro.

En tres de diciembre del dicho consta por testimonio del citado escribano Lazaro Martínez de Cozar, en nombre de don Pedro Velez de Guevara, prior de las ermitas de este Arzobispado, arrendó a Juan Sánchez el huerto y cercado junto a la ermita de San Roque por tres vidas, por escritura ante Francisco de Hoyos, escribano público, en 18 de junio de 1555. El dicho Juan Sánchez traspasó el dicho huerto al padre fray Pedro de Aguilar por escritura ante Gómez de Hoyos escribano público. Sebastián Heredia Gitano y Ana Fernández, su mujer, vendieron al convento unas casas en la corredera del Señor San Roque por escritura ante Gaspar de Marchena escribano público en 15 de abril de 1562". José Martín de Palma, L. 6, f. 37v. Archivo de Valverde Lasarte.

En el breve manuscrito conocido como el Curioso Carmonense, José Martín de Palma simplificó en exceso el contenido al decir que los frailes fundaron en 1554. El erróneo dato se explica porque al desconocer referencias más antiguas que aquí hemos presentado nosotros, citó brevemente la fecha más antigua que conocía.

8    El cabildo de esta ciudad hizo merced al convento de Nuestra Señora del Carmen de más tierra para sitio y fundación suya, consta por testimonio de Diego de la Cueva escribano de cabildo de dicha ciudad en 5 de marzo de 1562.

El dicho cabildo de Carmona hizo merced a dicho convento de tierra y sitio para la iglesia, consta por testimonio de Pedro de Hoyos escribano público y del cabildo en 19 de mayo de 1563.

Confirmó el cabildo la merced por testimonio del dicho don Pedro el 21 de mayo de 1564. El cabildo hizo merced al convento de tierra para el sitio como consta de Pedro de Hoyos escribano público y del cabildo en 14 de marzo de 1565. Libro Nº 6 de José Martín de Palma, f. 37v.

9    A.P.C., Escribanía de Juan Rodríguez 1567-1568, f. 367. Todavía en el momento de su exclaustración poseía el convento un retablo colateral donde se veneraba una imagen de San Roque, aunque desconocemos si se trataba de la antigua del siglo XVI o si había sido sustituida en fechas posteriores por otra más acorde a los gustos estéticos barrocos.

10    Por citar un ejemplo concreto en el libro del escribano Alonso Núñez de Parrilla de 1756 (ff. 88, 95, 515 y 923), aparecen varias escrituras referentes a esta casa religiosa y en todas se cita como el "monasterio del Señor San Roque de la Orden del Carmen". Y no hay dudas de que se refiere a este cenobio y no a otro mucho más modesto y de poca vigencia, fundado en 1672, de Carmelitas Calzadas, ya que se hace referencia a hermandades como la del Escapulario o la Soledad ubicadas, como es de sobra conocido, en el Carmen.

11    Véase MIRA CABALLOS, Esteban: "En torno a la antigua cofradía de la Soledad y el Santo Entierro de Carmona", Boletín del Consejo de Hermandades y cofradías de Carmona. Carmona, 1996, s/p.

12    GONZALEZ ISIDORO, José: "Memoria de los edificios", en Carmona, ciudad y monumentos. Carmona, 1993, p. 63.

13    Poder dado a fray Juan Sobrino, Provincial electo de la Orden de Nuestra Señora del Carmen de la Provincia de Andalucía para cobrar la cuantía, Carmona, 12 de marzo de 1607. A.P.C., Escribanía de Gregorio Muñoz de Alanís, 1607.

14    Concierto entre el monasterio del Carmen y Alonso Pérez Salazar, Carmona, 21 de junio de 1607. A.P.C., Escribanía de Alonso Sánchez de la Cruz 1607.

15    Concierto con Juan Padilla, Carmona, 21 de junio de 1607. A.P.C. Escribanía de Alonso Sánchez de la Cruz 1607.

16    Concierto con Juan Padilla, Carmona, 2 de febrero de 1608. A.P.C., Escribanía de Alonso Sánchez de la Cruz 1608.

17    Así se cita en un inventario de bienes que pasaron a la iglesia de San Pedro.

18    Concretamente sabemos que en 1726 el concejo acordó donar 1.000 reales para ayudar a construir la nueva iglesia. HERNANDEZ DIAZ: Ob. Cit., p. 194.

19    Como es bien sabido la hermandad de la Soledad poseía un retablo de Luis de la Haya labrado en 1619, sin embargo, en 1702 lo debió sustituir porque sabemos que abonó a Juan del Castillo nada menos que 11.000 reales por un nuevo retablo. La elevada suma no deja lugar a dudas, el retablo sustituido no eran los colaterales sino el principal de Luis de la Haya. GONZALEZ ISIDORO: Ob. Cit., p. 188.

20    Visita arzobispal a Carmona, 1733. A.G.A.S., Visitas 1375.

21    Véase mi trabajo: La población en Carmona en la segunda mitad del siglo XVIII. Carmona, Carmograf, 1994, pp. 96 y 119.

SUBSAHARIANOS, MAGREBÍES Y AMERINDIOS EN LA CARMONA MODERNA

SUBSAHARIANOS, MAGREBÍES Y AMERINDIOS EN LA CARMONA MODERNA

La temática responde a un encargo de la asociación Intercultural Puerta de Sevilla para que hablase de la integración de inmigrantes en el pasado de Carmona. Y de ello vamos a tratar, aunque evidentemente tenemos que matizar todo esto.

Recientemente se han publicado algunos títulos, en este sentido, en el sentido de la mayor tolerancia e integración en la España Moderna: Concretamente:

 

 

- “Tolerance and coexistence in Early Modern Spain” de mi amigo Trevor J. Dadson

 

-y “Cada uno en su ley. Salvación y tolerancia religiosa en el Atlántico ibérico” de Stuart B. Schwartz.

 

 

El primero defendía la integración de miles de moriscos en la España moderna con la connivencia de los cristianos viejos (los de toda la vida). Y el segundo, observó que algunos de los procesados por la Inquisición afirmaban que cada uno podía salvarse siguiendo su ley religiosa, es decir, su religión.

         Sin embargo, yo hice sendas reseñas, matizando a ambos: sobre el primero, dijo que muchos se quedaron, pero que poco más de 300.000 moriscos fueron enviados al cadalso, lo que evidencia la brutal intolerancia religiosa que se vivía en España. Ese decir, se marcharon 4/5 partes. Y en relación al segundo, me parecía excesivo hablar de tolerancia religiosa, cuando esos mismos que afirmaban que cada uno se salvaba en su ley, fueron condenados y quemados por el tribunal de la Inquisición. Esos que mi amigo Stuart Schwartz llama tolerantes, eran en realidad disidentes que hartos ya de todo se la jugaron a sabiendas, diciendo todas las barbaridades que pensaban antes de ser achicharrados.

Me hubiese gustado contar una historia feliz sobre nuestro pasado: la convivencia pacífica de religiones, la alianza de civilizaciones, la tolerancia y los valores éticos de todos nuestros antepasados carmonenses y españoles.

Sin embargo, como siempre digo, la felicidad son páginas en blanco dentro de la historia. Yo miro al pasado con la misma sensación que ese ángel de la Historia, cuando miraba horrorizado hacia atrás, contemplando la catástrofe y destrucción generada por el progreso.

En esta ponencia quiero empezar hablando de la sombras, que fueron muchas, y terminaremos hablando de las luces que también fueron importantes.

 

 

LAS SOMBRAS DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL

 

 

1.-LA DESIGUALDAD

 

La sociedad estamental de la Edad Moderna se fundamentaba en la desigualdad: los que tenían sangre noble frente a los que no, los cristianos viejos frente a los neófitos, los burgueses ricos frente a los pobres, los hombres sobre las mujeres, los adultos sobre los niños, etc.

Cualquier debilidad física –infancia, vejez, una enfermedad-, mental –síndrome de Down, etc.- o social, podía acarrear graves consecuencias para la persona en cuestión. Los pobres padecían no sólo los rigores de la carestía y el hambre sino también una gran discriminación social. Pobres, mendigos y vagabundos se metían habitualmente en el mismo saco, equiparándolos a personas mentirosas, borrachas e indignas. Y habría que recordar que la pobreza en el Antiguo Régimen era desmedida, se situaba entre el 10 y el 20% de la población y en épocas de guerras y de crisis alimentarias podía alcanzar el 25 y hasta el 50%.

 

 

2.-INTRANSIGENCIA RELIGIOSA

 

Desde tiempos de los Reyes Católicos se fue configurando en España un Estado casticista, donde sólo tenía cabida el homo christianus. Las minorías irreductibles serían expulsadas: los judíos en 1492 y los moriscos entre 1609-1614. En cuanto a las disidencias internas –erasmistas, iluminados y protestantes- serían controladas y cercenadas de raíz por la Inquisición.

        Lo cierto es que los conversos fueron perseguidos por la Inquisición y sus descendientes marginados de la administración, de los más prestigiosos colegios mayores, de las órdenes militares, e incluso, de determinadas congregaciones religiosas, como la jerónima. Fueron considerados, linajes deicidas, con una permanente deuda de sangre. Además implantaron en España una perniciosa tradición, que en algunos sectores sociales ha llegado hasta la Edad Contemporánea, de que sólo la sospecha es suficiente para excluir a alguien. Los estatutos de limpieza sirvieron a los cristianos viejos para limitar la capacidad de los neófitos de acceder a las instituciones castellanas. En ellos había un componente racista, aunque el término no equivalga exactamente al contenido actual. Es por ello por lo que unos hablan de protorracismo y otros, como el profesor Columbus Collado, de racismo cultural.

Los afectados trataron de ocultar su pasado, recurriendo a diversas estrategias: cambio de apellido, mudanza de localidad, falsificación de su propia genealogía, e incluso, comprando testigos que aseverasen su pasado cristiano. El caso es que salió de la Península el grueso de la comunidad judía, unos 100.000.

Se trató, de una verdadera “solución final”, pues, obviamente, expulsados los judíos se acababa definitivamente con el problema. Una decisión brutal, aunque menos que la decretada por los nazis en 1942 para su exterminio en los campos de concentración. Y esta última fecha no deja de ser curiosa porque se trata de los mismos números, anteponiendo el nueve al cuatro. Es posible que los Monarcas Católicos no previesen tal decisión que acarreó un quebranto económico notabilísimo, al tiempo que favorecieron el desarrollo de rivales tales como el imperio Otomano donde fueron bien recibidos.

Los siguientes en caer serían los moriscos, es decir aquellos musulmanes que optaron por quedarse en España, abrazando de mejor o peor grado la religión cristiana. Sin embargo, algunos de ellos -no todos, ni siquiera la mayoría- seguían practicando la religión islámica en la intimidad de sus hogares. Eran falsos conversos. Pero el problema no era tanto la existencia de estos recalcitrantes sino de una minoría cristiana intransigente. Se obligó a las conversiones forzosas, desoyendo la opinión de algunas personas mucho más sensatas.

         Las opiniones intransigentes se encargaron de acentuar el odio hacia el otro, levantando falsos bulos y atribuyéndoles la culpa de todos los males de España. Se les acusó a todos de ser inasimilables, lo cual no era en absoluto cierto. La mayoría estaban bien integrados socialmente y los que no, se debía en gran parte al empeño de algunos de señalarlos continuamente con el dedo. Lo cierto es que a partir de 1609 se decidió solucionar definitivamente el problema, extirpando de raíz a esta minoría en una dramática expulsión de casi 300.000 personas. De Carmona salieron por el puerto de Sevilla 4/5 partes de los moriscos.

 

 

3.-LA ESCLAVITUD

 

La esclavitud fue una institución comúnmente admitida desde la antigüedad pues, siguiendo la tradición aristotélica, había personas que nacían para mandar y otros para servir. Desde entonces y hasta el siglo XIX se admitió como normal, incluso por la Iglesia, pese a la existencia de algunas voces –muy pocas- disidentes en su seno, como las de fray Tomás de Mercado, fray Bartolomé de Las Casas y fray Bartolomé Frías de Albornoz. También es posible que hubiese otras personas pertenecientes a las clases subalternas que en silencio viesen con malos ojos esta perniciosa institución, como Don Quijote, a quien le parecía duro caso hacer esclavos a los que Dios por naturaleza hizo libres.

El caso de Carmona no es diferente al del resto de poblaciones de la Península Ibérica: la institución existió sin solución continuidad desde la Edad Media. Ya el sábado 22 de junio de 1496 se bautizó en la parroquial de Santiago a Francisco, hijo de una esclava del monasterio de Santa Clara. Ocho años después, exactamente el 26 de mayo de 1504, se cristianaban en la misma pila dos esclavas de la Duquesa de Arcos, con el nombre de María e Inés. Estos ejemplos son suficientes para verificar la esclavitud en esta localidad al menos desde finales de la Edad Media. De hecho, Carmona era un importante mercado secundario, muy ligado al de la capital hispalense, que a la sazón era uno de los mayores centros esclavistas de la Península.

         El 50% eran mulatos, la mayoría hijos de Esclava y blanco, y por tanto esclavos, aunque sus padres fuesen los mismos dueños.

El 40% eran negros que procedían de diversos lugares de África, los había Jelofes, Congos, Manicongos, Zapes, Biáfaras, Mandingas, Angolas, etc. Unos procedían de África, otros de América, y otros habían nacido ya en España, eran hijos o nietos de esclavos nacidos en España, por lo que ésta era su tierra.

         Y el 10% restantes eran blancos, y ahí había tanto bereberes de origen norteafricano, como moriscos y también, en la primera mitad del quinientos, un pequeño contingente de amerindios.

En cuanto a los compradores, no había un estamento determinado, pues cualquiera podía adquirir un esclavo si tenía dinero para ello. Si las personas del estado llano no compraban no era por oponerse a la institución sino porque no tenían patrimonio para ello. Había aristócratas, regidores, curas, monjas, agricultores, artesanos.

Su empleo era doble: primero, en las labores domésticas, y segundo, en el trabajo del dueño: agricultura, ganadería, gremios, etc. Se cotizaban a más precio las mujeres. Además, se vendían más esclavas que esclavos, bautizándose muchos de ellos a edad adulta una vez los adquiría el dueño. Todo parece indicar que había un mayor número de esclavas; de hecho en un padrón de 1665 se contabilizaron 210 esclavos de los que 130 fueron de sexo femenino, es decir, el 66,19%.

Que hubo un aprovechamiento sexual de las esclavas es algo que ya conocíamos y que fue duramente criticado por Montesquieu en su obra El Espíritu de las Leyes, de ahí que los precios de algunas jóvenes se disparasen. Lo cierto es que su uso sexual fue frecuente, siendo muchos de sus vástagos hijos naturales de los señores, aunque muy pocos lo reconocieran.

Mucho más controvertido es saber si se utilizaba su fecundidad para procrear nuevos esclavos. Se trata de un viejo debate de la historiografía, pues unos piensan que era rentable y otros que no, aludiendo a la alta mortalidad, al tiempo que la esclava debía estar sin trabajar y a la manutención del infante durante un largo período de inactividad. Sin embargo, rentable o no lo cierto es que en la Historia encontramos múltiples casos de irracionalidad económica; es más, la propia esclavitud era desde un punto de vista meramente económico irracional e inviable a largo plazo. En Carmona hay sobrados indicios para pensar que los dueños, al tiempo que impedían los matrimonios de sus esclavos, sí que favorecían su fecundidad. Muchos se convirtieron en grandes propietarios gracias a que tuvieron dos o tres esclavas que procrearon tres o más esclavos. Al final un propietario con tres esclavas en dos lustros se veía con una decena de esclavos.

En cuanto a las marcas a fuego hablaremos de los 63 esclavos berberiscos vendidos en Carmona entre 1617 y 1618. De ellos se especifica en 58 casos, de los que diez estaban sin herrar y 48 herrados. Todos los que carecen de marca de esclavitud tienen edades comprendidas entre los 5 y los 10 años. Entre los herrados los hay entre 5 y 30 años, siendo la media de edad de 14 años. Aunque hay niños de cinco años herrados, da la impresión que por lo general a los menores de diez años se les exoneraba temporalmente de la marca. Y ello, quizás por alguna luz caritativa o simplemente porque cuando se herraban tan pequeños, al crecer la marca se hacía imperceptible y había que volverlos a herrar de todas formas. La mayoría tenían dos hierros marcados a fuego aunque también los había con uno, y algunos con tres. Obviamente, todas las marcas se colocaban en lugares muy distintos aunque siempre en zonas visibles de la cabeza. Los hierros tenían distintas formas, aunque solo se especifican algunos: una flor, con la que estaba marcado Diego entre las cejas, dos rayas que tenía Yato en el lado derecho de la nariz y dos piquetes en la nariz y una estrella pequeña en el carrillo derecho que tenía Fátima, la esclava adquirida por doña Isabel de Vega.

         El tratamiento dependía del carácter del dueño y de la capacidad de obediencia y de resignación del eslavo. En 1622 Juan Martín donó a su esclavo Hamete, de 28 años, a servir como remero en las galeras reales por espacio de 6 años.

 

 

4.-EL ABANDONO DE NIÑOS

 

El grupo más vulnerable era el de los niños, pues padecían de manera muy especial las hambrunas, las carestías y el trabajo abusivo. Si ya de por sí el grupo infantil era el más sensible a las crisis alimentarias, el eslabón más desfavorecido de toda la cadena eran los expósitos y los huérfanos de padre y madre. Unos niños cuyas perspectivas vitales eran dramáticas, por verse alejados no sólo de una madre sino de la solidaridad de un clan familiar. Efectivamente, el hambre y las epidemias se cebaban con estos niños cuya tasa de mortalidad era elevadísima. Pero, en aquellos felices casos en los que sobrevivían la vida que les esperaba era aún más dura -si cabía- que la de los infantes de la clase subalterna.

Los hijos eran vistos como una carga económica, al menos durante la infancia ya que había que alimentarlos y no producían. De ahí que su abandono fuese el recurso menos costoso para muchas madres que no tenían la posibilidad de alimentar a sus vástagos, o que bien, querían evitar afrontar la carga antisocial que suponía un nacimiento ilegítimo.

Sin embargo, huelga decir que el abandono de los hijos era una actitud tolerada en aquella sociedad, incluso entre la clase noble. De hecho, mientras que las madres más pobres abandonaban a sus hijos, las ricas, los entregaban a nodrizas para su lactancia y cuando eran jóvenes a un preceptor o institutriz. Una práctica heredada posiblemente del mundo grecolatino, en el que la exposición pública de bebés para su adopción por parte de familias con pocos recursos era una práctica habitual y tolerada.

         En Carmona, igual que en otras zonas de España, nos encontramos con una importante cifra de hijos ilegítimos que en Carmona se movía entre el 7,5 y el 3,5%. Una parte de ellos eran esclavos, otros poseían madre –esclava, soltera o viuda- pero no padre y otros, eran expósitos, es decir, hijos de padres desconocidos. La documentación parroquial es muy elocuente en este sentido y suelen aparecer etiquetas muy típicas como: hijo de la iglesia, no se supo quien era su padre y madre, echado a la puerta de..., etc.

Estos últimos, es decir, los niños abandonados que no tenían padre ni madre, suponían aproximadamente el 1% de los bautizados y poco más del 40% de los ilegítimos.

Las posibilidades de supervivencia de estos infantes abandonados eran muy reducidas. Si ya era difícil la vida de cualquier niño de la época, con tasas disparatadas de mortalidad infantil, cuanto más la de estos desgraciados huérfanos. Algunas ciudades como Carmona o Sevilla disponían de casas cuna. En Sevilla había dos, una para niños y otra para niñas. En Carmona solo una, situada precisamente en la calle Cuna, en la collación de San Felipe. Eso hasta 1776 en que se funda el primer hospicio de niñas huérfanas, por doña Josefa Fernández de Córdoba, viuda del Marqués del Saltillo.

Pero salvo excepciones, estas casas cunas no eran ninguna garantía para el expósito. Sobre la de Sevilla que hay estudios, la mortalidad era calificada de catastrófica, hasta el punto de que estas casas cunas son denominadas por algunos historiadores como “morideros”. La mortalidad de estos niños expósitos superaba el 90 por ciento; no era fácil la supervivencia por dos motivos: primero, porque gran parte de la población pasaba hambrunas periódicas, y segundo, porque se necesitaba un ama de cría que no siempre se encontraba.

Fueron pocos los expósitos supervivientes, los mismos que padecieron una infancia robada. Lo mejor que les podía pasar a los supervivientes era acabar como criados de sus padrinos. Pero podía ser peor, otros muchos acaban engrosando el hampa, convirtiéndose en truhanes, mendigos o pedigüeños a los que cada cierto tiempo se reclutaban forzosamente como galeotes o remeros de las galeras reales o como mineros en las mortíferas minas de Almadén.

 

 

LAS LUCES

 

 

1.-INTEGRACIÓN DE MORISCOS

 

Jorge Maier estudió a los moriscos carmonenses, y llegó a la conclusión que una parte de ellos permaneció en la localidad tras su expulsión oficial en 1610; solo se expulsaron 125 moriscos de un total de 33 casas, cuando Carmona era una localidad donde había habido una amplia población morisca. Se quedaron un buen grupo de familias moriscas, particularmente las pertenecientes a la élite.

Uno de los casos más significativos es el del escribano Gregorio Alanís (1572-1653) por dos motivos: uno, porque todos sus contemporáneos sabían que descendía, por parte de padre y madre, de moriscos de rebelados en las Alpujarras. Y dos, porque ni podía incluirse en alguna de las excepciones decretadas por la Corona ni pidió ninguna licencia especial para garantizar su permanencia. Es decir, simplemente se quedó sin que nadie lo importunase en exceso para que saliese de Carmona como hicieron otras 125 familias. Por tanto, entre los moriscos carmonenses embarcados en Sevilla con destino al exilio magrebí no se encontró nuestro escribano, pese a tener sangre morisca por los cuatro costados. Bien es cierto que estos exilados eran, según el corregidor de la villa, jornaleros del campo con tan mísera posada que no pienso tendrán caudal para salir de sus casas los más de ellos. En cambio, Gregorio Alanís, como veremos a continuación, había conseguido situarse entre la élite local. Y este aspecto es importante ya que cada vez está más clara la vinculación entre extracción social y exilio. La élite eludió con mucha más facilidad el cadalso, pues como ha ocurrido desgraciadamente siempre, molesta más el pobre que el rico. Gregorio Alanís tuvo una vida longeva de nada menos que 81 años, estando al pie del cañón como escribano durante varias décadas, hasta muy poco antes de su óbito en 1653. Un morisco de pura cepa que al igual que otros muchos, quedó incrustado en la sociedad cristiano vieja carmonense del siglo XVII.

De esa permanencia fueron conscientes los propios contemporáneos, de ahí que cientos de hermandades y cofradías así como diversos gremios mantuvieran en sus estatutos, aprobados en los siglos XVII y XVIII, la prohibición de acceso a personas que tuviesen ascendencia negra, judía o morisca. Pero, ¿qué sentido tenía incluir semejante cláusula si en teoría habían sido expulsados prácticamente todos? Está bien claro, todo el mundo sabía que muchos conciudadanos eran descendientes de antiguos conversos.

 

 

2.-LA INTEGRACIÓN DE LOS ESCLAVOS

 

Ya dijimos que Carmona fue un gran mercado de esclavos, muy vinculado a Sevilla, donde se vendieron entre el siglo XV y principios del XIX numerosas personas. Había negros, había berberiscos del norte de África y también amerindios.

Por ser más singular, citaremos el caso de estos amerindios. El 26 de mayo de 1504 se bautizaron en la parroquia de Santiago de Carmona dos amerindias, llamadas María e Inés. La partida decía así:

 

 

En domingo 26 de mayo bautizó Alonso Sánchez, capellán de la Señora Duquesa a María e Inés, indias esclavas de su señoría. Fueron padrinos Pedro García y Pedro Martín de Revilla, clérigos, y Francisco y Fernando de Santa Clara, sus criados

 

La propietaria está claro que era doña Beatriz Pacheco, duquesa de Arcos, lo cual no tenía nada de particular porque la alta nobleza y el clero eran los grandes propietarios de esclavos.

         Una india, llamada Beatriz, que con catorce años llegó a la Península en un navío negrero en el cual viajaban cuarenta indios para ser vendidos en la Península. Tras múltiples penalidades se estableció en Carmona como esclava primero de Hernán Pérez de Castroverde y luego del regidor de Carmona Juan Cansino. En esta localidad esta india baja de cuerpo, delgada y con aspecto de india procreó nada menos que a seis hijos y, transcurridos veintisiete años, cuando ya era una adulta, decidió plantar cara contra su propietario y reclamar su libertad. Cuando le preguntaron los motivos por los que había esperado tanto tiempo para pedir su libertad respondió porque no sabía que lo podía reclamar hasta que por cierto mal tratamiento de palos que le dio el dicho Juan Cansino, vino a reclamar. Finalmente, consiguió la liberación, quedándose probablemente en Carmona.

Sobre los libertos tanto la documentación notarial como la Sacramental ofrecen una variada información. Curiosamente, las cartas de ahorría suelen describir muy bien al esclavo liberado porque solo identificándolo bien se podría garantizar que se iban a respetar sus derechos.

Con cierta frecuencia, los dueños otorgaban la libertad a sus más fieles servidores, bien en la última etapa de su vida, o bien, una vez que fuesen finados. Para ello, se solía otorgar una carta notarial en la que se especificaba la descripción física del liberado para que de esta forma le sirviese de documento justificativo. Cuando la liberación se hacía en una escritura de última voluntad no se solía protocolizar una carta de libertad aparte, sino que la cláusula en cuestión servía de documento oficial. Uno u otro documento debía ser guardado por el ya liberto, como si de un tesoro se tratase; era la prueba que tenía de su condición de libre, siempre bajo sospecha sobre todo si era de color negro o mulato.

En muchas ocasiones el final de toda una vida de sacrificio y lealtades incondicionales se compensaba con la libertad. Probablemente, la esperanza de la libertad debió ser uno de los acicates para que estos esclavos mantuviesen la lealtad y la discreción, evitando la desesperación. Incluso, en ocasiones les dejaban algunos bienes, normalmente la cama, y las prendas de su uso diario.

Otros premiaban así largos años de servicio, buen comportamiento y obediencia. Está claro que la liberación altruista como la generosidad fueron limitadas. Muchos no sólo no liberaron a sus esclavos en sus escrituras de última voluntad sino que, bien, los dejaron en herencia a sus herederos, o bien, ordenaron su almoneda y venta como si de cosas se tratara.

Algunas liberaciones eran mucho más sórdidas. Por ejemplo, Rodrigo de Góngora el Viejo, en su testamento fechado en 1525, liberaba a su esclavo Francisco con la condición de que se hiciere fraile en el convento de Santa Ana y “si no quisiese siga como eslavo”. Pero podía ser peor, la esclava mulata Marina de Rueda fue liberada en 1616 porque estaba imposibilitada para servir por algunas razones y achaques, tras haber servido más de 44 años. Una situación que ya advertía Don Quijote de la Mancha cuando decía que muchos los liberaban en la vejez para no tener que mantenerlos, de manera que con título de libres los hacían esclavos del hambre, de quien no piensan ahorrarse sino con la muerte.

Ahora bien, encontramos numerosos libertos que como tales se ganaron su vida trabajando, otorgaron testamento y dejaron descendientes libres. El caso más llamativo de todos es el de un tal Antón Romero, que en sub testamento fechado en 1588 se aprecia su amplio capital y en la buena situación económica que dejó a sus dos hijos: Cristóbal Santana Romero y Antón Romero.

¿Y qué fue de estos amerindios, subsaharianos y berberiscos? ¿Desaparecieron? ¿Hicieron las maletas y se fueron? No desaparecieron, no se fueron, simplemente se integraron. El negro es recesivo con respecto al blanco. Se produjo el mestizaje porque muchas esclavas procrearon con sus dueños aunque estos nunca lo reconocieran.

         Cuando desapareció la esclavitud, no se marcharon; muchos de ellos no conocían otra patria que España. Simplemente se integraron. El negro es recesivo con respecto al blanco. Se produjo el mestizaje porque muchas esclavas procrearon con sus dueños aunque estos nunca lo reconocieran. Aunque ellas mismas lo desconozcan, algunas familias carmonenses tienen antepasados de color en su genética, aunque sean sus descendientes actuales de color blanco. Omito el nombre de esa familia porque a lo peor no les gusta saberlo

Siempre sospechamos que el mestizaje racial en Andalucía fue amplio. Sin embargo, hoy los estudios del ADN mitocondrial nos permiten obtener resultados sorprendentes y cotejar los datos entre la ciencia exacta y la historia. En el único estudio que se ha realizado en Andalucía sobre 419 individuos de distintos pueblos y villas que demostraron al menos dos siglos de permanencia los resultados fueron los siguientes:

 

-94,2% de origen europeo

-2,1% negro subsaharianos

-1,6 berberisco del norte de África

-2% otros orígenes

(Fuente: Lopez Soto, M. y otros: Int. Congress Series 2006).

 

Los datos de mestizaje son inferiores a los que yo sospechaba, sin embargo demuestra que 6 de cada cien andaluces tienen genética extraeuropea dominante.

 

 

3.-MULTICULTURALIDAD

 

El arte mudéjar, tan abundante en Carmona es una buena muestra del aprecio por la cultura musulmana que existía. Los alarifes mudéjares o moriscos estuvieron construyendo en Carmona a su usanza hasta poco antes de expulsión en 1609. ¿Por qué seguían construyendo a la usanza moruna? Pues porque a la gente le gustaba el estilo. Ya lo hizo Pedro I cuando se construyó la fachada de su alcázar de Sevilla. Recuerda a la Alhambra pero hay una diferencia, no es arte islámico sino mudéjar, es decir cristiano, pero se le reconocía una superioridad estética.

         A nivel cultural, los negros impresionaban en la Edad Moderna por su cante y por su música. Tenemos constancia de la participación de negros y de miembros de otras minorías, como moriscos y gitanos, en los desfiles del Corpus Christi de muchas ciudades tanto de España como de América. Unos desfiles encontramos múltiples elementos paganos, como tarascas, cabezudos, gigantes y grupos de bailarines. Danzas de romeros, zarabanda o el guineo como hacían los Negritos que participaban en el Corpus sevillano, celebrando bailes y otras diversiones. Al parecer, estos al igual que los gitanos tenían la obligación de procesionar en dicho desfile, realizando danzas de sarao y danzas llamadas de negros, muy populares entre la población al menos hasta principios del siglo XVIII.

         Seguro que en la Chacona, la jarcha, el zéjel, el majurí y en otras formas de folklore Andaluz hay influencias moriscas, gitanas pero también subsahariana.

 

 

CONCLUSIÓN

         Y para finalizar me gustaría destacar tres cuestiones

 

1.-Hubo mezcla racial, pues decenas de subsaharianos, magrebíes y algunos amerindios se integraron socialmente en Carmona.

 

2.-Los más pobres tuvieron más dificultades para integrarse. Pasaba un poco como ahora, que los inmigrantes no tienen problemas si tienen dinero, pero no si son pobres. A muchos inmigrantes se les discrimina no por ser de otra raza sino por ser pobres. En la Edad Moderna, pasó algo parecido, conversos o moriscos ricos de la élite no tuvieron demasiadas dificultades para integrarse socialmente. Otros, los más pobres, no tuvieron tanta suerte.

 

3.-Hubo influencias culturales mutuas; nuestra cultura y nuestro folclore tiene deudas sobre todo con el mundo africano y, en menor medida, amerindio.

 

4.-Pero, pese a las influencias culturales mutuas y a la integración de una parte de estas minorías étnicas, era una sociedad injusta, que expatriaba a unos y dejaba morir a los niños expósitos. Por ello la única justicia social que existía era la propia muerte que terminaba por igualar finalmente a todos:

 

         Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/ que es el morir;/ allí van los señoríos/ derechos a se acabar/ y consumir;/ allí los caudales,/ allí los otros medianos/ y más chicos;/ y llegados, son iguales/ los que viven por sus manos/ y los ricos.

 

Bien es cierto, que la clase pudiente se empeñaba en prolongar la desigualdad más allá de la muerte. Las pompas fúnebres y las misas a perpetuidad intentaban que los ricos tuviesen un mejor lugar en la otra vida frente a los pobres desheredados que no disponían de recursos para pagarse una mísera misa por la redención de su alma. Una idiosincrasia que obviamente iba contra la línea de flotación de la religión profesada por Jesucristo en la que como él mismo dijo los últimos serían los primeros. Pero está bien claro que nadie pensaba así en la Edad Moderna, ni los ricos ni, por supuesto, los resignados pobres.

 

ORIENTACIONES BIBLIOGRÁFICAS

La mayor parte de los datos son inéditos y proceden de documentación de archivo que he extractado en los últimos veinticinco años. Los datos bibliográficos proceden de dos obras de mi autoría:

 

-“Indios y mestizos en la España del siglo XVI”. Madrid, Iberoamericana, 2000.

 

-“Una venta masiva de esclavos berberiscos en Carmona, 1618-1619”, Archivo Hispalense, Sevilla, 2016 (en prensa).

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

EN TORNO AL ESCRITOR BARCARROTEÑO JUAN ANTONIO GALLEGO Y VÁZQUEZ

EN TORNO AL ESCRITOR BARCARROTEÑO  JUAN ANTONIO GALLEGO Y VÁZQUEZ

          Hace unas pocas semanas recibí en mi casa la reedición que ha publicado el Excmo. Ayuntamiento de Barcarrota (Colección Altozano, 2016) de la obra “Lectura gradual. Primer libro de los Niños para que sirva de auxiliar a los métodos racionales de lectura” (Sevilla, 1875) de Juan Antonio Gallego y Vázquez. Me llamó la atención que de su biografía no se aportasen más que dos datos:

Uno, que nació en Barcarrota en 1838, porque en 1878 en una instancia dirigida a la autoridad competente de la Escuela Normal de Sevilla, declaró tener 40 años.

Y otro, que era profesor en dicha Escuela Normal de Sevilla, porque aparecía reflejado junto a su nombre en la portada del citado libro.

           Dado que los archivos de las dos parroquias de Barcarrota conservan documentación desde el siglo XVI, pensé que en dichos documentos aparecerían todos los datos relativos a su nacimiento, ascendencia, hijos, etc. Y efectivamente, la partida de bautismo, apareció en la parroquia de Nuestra Señora del Soterraño:



           “En la villa de Barcarrota, a quince de marzo de mil ochocientos treinta y cinco, yo don José Méndez Gutiérrez, presbítero cura económo de esta iglesia parroquial y privilegiada de Nuestra Señora María del Soterraño de esta villa, bauticé en ella solemnemente y puse los santos óleos a Juan Antonio Eulogio, que nació el día diez de dicho mes y año, hijo legítimo de José Matías Gallego y de María Dolores Vázquez, naturales y vecinos de esta villa, nieto por línea paterna de Juan Antonio Gallego, natural de Villa Vieja, obispado de Ciudad Rodrigo, y de Ramona Vélez, natural del Almendral, y por la materna de Miguel Vázquez y María Maiso, naturales y vecinos de esta dicha villa. Fue su madrina Josefa Méndez Vázquez, a la que avisé la cognación espiritual y demás obligaciones que contrajo. Y lo firmé, José Méndez Gutiérrez”. (C.C.S.A. Película 384, Ítem 2, fol. 33v).



           Se deducen varias cosas de la partida transcrita: primero, no había nacido en 1838 sino exactamente el 10 de marzo de 1835. Ya sospechaba yo que esos 40 años que declaró tener en 1878 eran fruto de un redondeo. No hay que olvidar que antiguamente no se celebraba el aniversario sino la onomástica. La gente conocía su edad de manera aproximada, pues el paso del tiempo no era importante, lo que realmente interesaba era la vida eterna. Era casi una ofensa a Dios llevar la cuenta exacta del tiempo terrenal. Por eso no extraña que el conquistador Hernán Cortés, declarase varias veces su fecha de nacimiento y en ninguna de ellas coincidiese.

Y segundo, su nombre completo era Juan Antonio Eulogio, siendo hijo de personas naturales y avecindadas en Barcarrota. Bien es cierto que su abuelo fue natural de Villa Vieja, en Ciudad Rodrigo, y fue el primero de la estirpe de los Gallego que se radicó en Barcarrota, casándose con una mujer de la vecina villa de Almendral. Sus bisabuelos paternos, según consta en la partida de nacimiento del padre del escritor, eran Matías Gallego y Escolástica García, naturales ambos de Villa Vieja, en Salamanca.

           Vivió su juventud en Barcarrota, desposándose a los 24 años de edad, cuando ya era profesor de instrucción pública, con doña Florencia Dueñas y Hernández, natural también de Barcarrota. La partida de matrimonio decía así:



           “En la villa de Barcarrota, correspondiente a la provincia de Badajoz y su obispado, a diecinueve de diciembre de mil ochocientos cincuenta y nueve, yo don Antonio Vinagre y Caba, arcipreste del segundo distrito de Jerez de los Caballeros y cura prior propio de la iglesia parroquial y privilegiada de Nuestra Señora Santa María del Soterraño de (la) expresada villa, desposé y casé por palabra de presente a don Juan Antonio Gallego, de estado soltero, de edad de veinticuatro años, profesor de Instrucción Pública, e hijo legítimo de José Matías y de María de los Dolores Vázquez, naturales y vecinos de dicha villa, con doña Florencia Dueñas (en el margen: y Hernández), de igual estado, de veinte años de edad, e hija legítima de Patricio ya difunto, natural de San Millán de la Cogolla, y de Josefa Hernández Franco, natural con la contrayente y vecinos de esta villa… Siendo testigos el referido padre del contrayente, su oficio labrador, e Hipólito Caballero, sacristán segundo interino de esta parroquia, y para su verdad firmo la presente, fecha up supra. Antonio Vinagre y Caba” (C.C.S.A. Película 387, Ítem 7, fol. 39r).



           Rastreé los registros de bautismo de la parroquia del Soterraño en busca de posibles descendientes y no aparecieron. Tampoco he encontrado rastro de su partida de defunción. Y ello porque marchó primero a la Escuela Normal de Badajoz, pasando después a la de Sevilla. Lo más probable es que permaneciera el resto de su vida en la capital andaluza. Por ello, será allí donde tendremos que indagar datos sobre su descendencia y sobre la fecha exacta de su óbito.

Sí tenemos algunas noticias esporádicas de su labor como profesor y de algunos de los galardones que recibió. Estas noticias proceden de algunos periódicos de la época, recogidas en la introducción a la reedición de su libro. Se le reconoció su labor pedagógica no solo en la enseñanza de muchachos sino también en la de sordomudos y ciegos. El 17 de diciembre de 1892 recibió un importante galardón: la Encomienda de Isabel “la Católica”. Asimismo, consta, por una noticia aparecida en el periódico “El Imparcial” el 1 de febrero de 1897, que era poseía el rango de Catedrático de la Escuela Normal de Sevilla y que visitó en esa fecha al soldado barcarroteño José Velasco Jaramillo que había regresado herido de la guerra de Cuba y se encontraba hospitalizado en la capital hispalense. Y ahí perdemos su rastro, será necesario investigar en los archivos sevillanos para conocer más sobre su vida y su obra, una tarea que queda a la espera de algún historiador que la desentrañe.



ESTEBAN MIRA CABALLOS



DIVULGAR DESDE LA INVESTIGACIÓN: MI BIOGRAFÍA SOBRE FRANCISCO PIZARRO

DIVULGAR DESDE LA INVESTIGACIÓN:  MI BIOGRAFÍA SOBRE FRANCISCO PIZARRO

En pocas semanas verá por fin la letra impresa mi libro “Francisco Pizarro. Una biografía para el siglo XXI” (Badajoz, Palacio Barrantes Cervantes, 2016, 396 págs). En este libro he estado trabajando desde el año 2010, es decir, ha sido mi trabajo de fondo en los últimos seis años, aunque en el transcurso haya publicado artículos y trabajos siempre de menor envergadura.

He releído miles de documentos y de imágenes digitales de los mismos, en archivos muy diversos de la geografía nacional. Asimismo, he revisado minuciosamente y contrastado casi todas las crónicas y prácticamente toda la bibliografía sobre el trujillano. Un trabajo largo, a veces agotador, pero gratificante porque el manejo de fuentes primarias me ha permitido cuestionar muchas de las premisas tradicionalmente sostenidas sobre el conquistador. Por otro lado, he contrastado los testimonios encontrados de almagristas, pizarristas y cortesianos. Cada uno valoraba la conquista del incario en función al grupo al que estaba adscrito. Hasta ahora, unos historiadores han dicho unas cosas y otros otras dependiendo de a cuál de las tres versiones diesen mayor credibilidad. Pero en realidad no se trata de optar por una de las facciones sino de estimarlas todas y desentrañar cuánto de verdad encierran cada una de ellas.

El resultado ha sido una biografía densa de casi cuatrocientas páginas, y más de mil notas que, por primera vez, he decidido colocar al final de libro. De esta forma, el que quiera una lectura profunda pero ágil de la vida del conquistador, lo puede hacer en poco más de doscientas páginas. Pero el investigador que quiera saber detalladamente por qué digo lo que digo y qué pruebas aporto podrá consultar esas notas abigarradas colocadas al final, así como un apéndice documental con los documentos más novedosos que he desempolvado. Hasta las fundiciones, con los listados de las personas que fundieron metal precioso, los he vuelto a transcribir del original, pese a que están publicados y transcritos desde hace años. Pero eso me ha permitido, detectar numerosos errores que cometió el primer transcriptor y que han perpetuado los historiadores posteriores.

Pocos lectores se darán cuenta de la diferencia entre esta biografía del conquistador trujillano y las cientos que hay publicadas y que se editan casi anualmente. Una persona que se lee varios libros y crónicas y escribe su libro puede realizar un trabajo atractivo, bien escrito y legible. Sin embargo, cuando uno bucea entre miles de fuentes primarias y secundarias, y además trata de plantear o demostrar hipótesis nuevas, se ve obligado a poner mucho énfasis en determinados aspectos y hacerse incluso tedioso. Lo que quiero decir con ello, es que habrá muchos lectores que valoren más una obrita divulgativa o una novela histórica sobre el conquistador que mi libro. Pero pienso que a largo plazo, siempre quedan los trabajos de fondo; esos permanecen, los otros siempre tienen fecha de caducidad.

En España hemos adolecido de divulgadores de nivel. Por un lado estaban los investigadores de fondo que escribían libros infumables con decenas de apéndices documentales que casi nadie se leía. Y por el otro, estaban los divulgadores que se leían esas obras y las ablandaban para hacerlas accesibles al gran público. Pero, dado el escaso éxito de unos y de otros, después llegaban los historiadores anglosajones, que eran a su vez investigadores de fondo y divulgadores y escribían la obra maestra. Se trataba de lo que Eric Hobsbawm llamaba la alta vulgarización. Y ahí están los libros clásicos e imperecederos de John Elliott, Hugh Thomas, John Hemming, Henry Kamen, Geofrey Parcker, Trevor Dadson, Paul Preston, etc. etc. Pero claro, eran grandísimos investigadores que eran capaces de divulgar desde su profundo conocimiento de las fuentes primarias y secundarias. Estos han sido siempre mi modelo a imitar y mi fuente de inspiración; solo el tiempo y los lectores podrán decir si efectivamente conseguí mi objetivo de acercarme, aunque solo sea un poquito, a la forma de hacer historia de estos grandes maestros, y crear una biografía imperecedera sobre el conquistador del Tahuantinsuyu.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

COFRADÍAS DE MUJERES EN LA CARMONA MODERNA

COFRADÍAS DE MUJERES EN LA CARMONA MODERNA

1.-INTRODUCCIÓN

       

        No cabe duda que el fenómeno cofradiero era genuinamente masculino. De hecho, los miembros de estas corporaciones eran mayoritariamente hombres, pues, como escribió José Sánchez Herrero, en la cofradía barroca la mujer tiene cabida pero como una hermana de segunda1. Y obviamente no debemos sorprendernos por esto, pues, las cofradías eran una manifestación más de una sociedad en la que las féminas estaban injustamente relegadas2. No olvidemos que, en mayor o menor grado, casi todas las religiones monoteístas priman al sexo masculino, estando las mujeres bajo la autoridad del varón3.

         En la mayor parte de las cofradías de laicos había mujeres, en algunos casos hijas de..., o la mujer de..., delatando abiertamente su dependencia con respecto al hombre. De hecho, en algunos testamentos, sobre todo del siglo XVI encontramos casos de mujeres que solicitaban ser enterradas por una determinada hermandad como a mujer de hermano que soy. Desde los orígenes se vio privada de los órganos de decisión de las cofradías, e incluso, marginada a lugares concretos en los desfiles procesionales4. Desde el siglo XVII y, sobre todo, en la siguiente centuria las hermandades se abrieron a la incorporación de hermanas en las mismas condiciones de enterramiento que los hermanos de número. Pese a ello, en ningún momento formaron parte de los órganos de decisión y prueba de ello es que no las encontramos nunca en las listas de asistentes a los cabildos generales5.

 

2.-COFRADÍAS DE MUJERES

        

        Dicho esto, mencionaremos la existencia de algunas cofradías de mujeres. Éstas tenían su importancia pues constituían una de las pocas formas que tenía la mujer de participar en la vida pública. Por ello, jugaron un papel destacado a lo largo de la Edad Moderna. Nos referimos especialmente a las congregaciones de mujeres de la Orden Tercera que estaban formadas por personas de este sexo. En estas asociaciones religiosas era frecuente que las mujeres nombraran entre ellas a su mayordoma, hermana mayor o hermana superiora así como a los demás cargos del cabildo6. La mayoría de ellas se dedicaban a la oración o a lo sumo al rosario público. Pero, en general, eran mucho más interioristas que las de hombres, es decir, se dedicaban más a la oración, a la meditación y a los ejercicios espirituales. Sin embargo, hubo algunas que adoptaron el papel penitencial, sacando sus imágenes titulares en Semana Santa de la misma forma que lo hacían las demás cofradías7. Estas congregaciones proliferaron especialmente en el siglo XVIII, siendo la mayor parte de ellas rosarianas8. Ahora bien, todas ellas estaban supervisadas cuanto menos por el clero parroquial, es decir por hombres9.

        En Carmona tenemos constancia de la existencia de varias corporaciones femeninas, todas ellas fundadas en el siglo XVIII. Entre ellas, debemos destacar a las Esclavas de la Virgen de los Dolores que formaban, al menos en 1744, una hermandad aparte aneja a la hermandad de Jesús Nazareno, sitas ambas en la iglesia parroquial de San Bartolomé. Fruto de una segregación de las Esclavas, en 1786, un grupo de mujeres formalizaron la erección de una hermandad Servita en el vecino templo de El Salvador10. Ambos institutos se enzarzaron en un litis en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la segunda quiso intitularse de la misma forma que la primera. Estos dos casos son muy conocidos en Carmona, entre otras cosas porque perviven ambas corporaciones, las primeras integradas en la cofradía de Jesús Nazareno y, las segundas, como instituto independiente.

Sin embargo, tenemos noticias de al menos otras dos cofradías: una, en la iglesia de San Pedro, donde tenía su residencia canónica la congregación rosariana de Nuestra Señora de las Mercedes, formada exclusivamente por féminas. Ahora bien, como no podía ser de otra forma, estaban tuteladas por los presbíteros de San Pedro, quienes presidían los cabildos. Y por supuesto, las escrituras otorgadas ante escribano, las hacían siempre con testigos masculinos, en algunos casos los mismos religiosos de su templo parroquial. En cualquier caso esta vida corporativa les permitía una cierta participación pública propia aunque, cómo no, siempre bajo la tutela, supervisión y protección de hombres. Estuvo muy activa desde mediados del siglo XVIII y en el XIX. Conocemos los nombres de algunas de las hermanas que ostentaron el cargo de esclava mayor: Juana Cuadrado salió electa en enero de 1756 y fue reelegida sucesivamente en enero de 1757 y de 1758, mientras que en 1759 resultó electa doña Josefa de Talavera11. En 1780 lo fue doña Petronila Talavera, en 1781 Gertrudis Beltrán y en 1782 María Rodríguez de Molina12.

La otra cofradía femenina de que tenemos noticia en Carmona es, una rosariana fundada en 1739 en la iglesia de San Blas, bajo los auspicios de la Marquesa del Saltillo. De esta última disponemos de muy pocas referencias documentales por lo que no es posible de momento verificar el período en el que estuvo en activo13.

 

3.-OTRAS FORMAS DE PARTICIPACIÓN DE LA MUJER

       

        Las mujeres también tuvieron una participación destacada como camareras de vírgenes algo que fue muy común a lo largo de la Edad Moderna y, por supuesto, en la Contemporánea. No en vano, se consideraba que era una actividad típicamente femenina por lo que las imágenes más devotas solían contar con una camarera, oficio que en algunos casos se heredaba de madre a hija14.

Caso muy significativo es el de doña Beatriz de Barrientos y Villafuerte, mujer de Cristóbal Antonio Barba de Mendoza que, hasta 1685, estuvo más de treinta años ejerciendo de camarera de la Virgen de Gracia, custodiando en su casa las alhajas de la imagen15.

Por su parte doña Teresa Maraver Ponce de León y sus descendientes eran las camareras perpetuas de la Virgen de los Reyes de la iglesia Prioral de Santa María16. También la titular de la hermandad de Nuestra Señora del Escapulario, con sede en el templo conventual de Nuestra Señora del Carmen, tuvo una camarera propia encargada de su aseo. Tras la exclaustración de los frailes su última camarera, doña Manuela Iglesias, depositó las alhajas de la titular en la iglesia Mayor de la localidad.

 

 

4.-CONCLUSIÓN

 

En líneas generales el caso de la mujer carmonense no difirió en absoluto del que sufrió en el resto de España. Es decir, padeció la discriminación propia de la época, viviendo o sobreviviendo en todo caso a la sombra del varón. No obstante, en estas páginas se entrevén no pocos casos de mujeres que, por distintos motivos, destacaron en aquel mundo hostil. Pese a las ideas discriminatorias de la época, muchas féminas encontraron sus propios cauces de participación pública, sobre todo a través de las hermandades y de la Iglesia. Siempre estuvieron tuteladas y vigiladas de cerca por varones: hermanos, maridos, padres o, simplemente, su confesor o su párroco. Muchas de ellas hicieron donaciones, fundaron cofradías, establecieron memorias y obras pías o financiaron obras de arte. A través de ese pequeño espacio que la sociedad de la época les dejó asoman los nombres de un puñado de mujeres carmonenses que gozaron de una cierta capacidad de decisión y de libertad. Casi todas ellas, como no podía ser de otra forma, pertenecieron a la élite local, siendo su dinero y el prestigio de sus respectivos linajes los que les permitieron mantener ese grado de independencia.

 

APÉNDICE I

 

Cabildo de la cofradía rosariana de Nuestra Señora de las Mercedes, 4-XI-1781.

 

En el nombre de Dios amén. En la ciudad de Carmona en cuatro de noviembre año mil setecientos ochenta y uno, estando en la iglesia del señor san Pedro parroquial en esta misma ciudad, ante mi el escribano y testigos parecieron don José Canelo, presbítero vice-beneficiado y don Juan Mexía, cura teniente de la enunciada iglesia de san Pedro: doña Petronila Talavera, esclava mayor de la hermandad del Santísimo Rosario de Nuestra Señora de las Mercedes, sita en la dicha iglesia parroquial de San Pedro, doña Gertrudis Beltrán, doña Rosa Roa, doña Ramona de la Barrera, doña Antonia Vázquez, doña Rosalía Gutiérrez, doña Ana Vázquez, doña María Martínez, doña Severina Duarte, doña María de Gracia Vázquez, doña Ignacia de los Ríos, doña Antonia de Prados, doña Isabel de Prados y doña María de Prados, todas de esta vecindad y esclavas que igualmente expusieron son de dicho santísimo rosario y la insinuada doña Petronila Talavera dijo: que por ser muchas ocupaciones no podía continuar su encargo de esclava mayor por lo cual así ésta como las demás hermanas excepto dicha doña Gertrudis Beltrán, de un acuerdo y conformidad nombraron por tal esclava mayor del referido santísimo rosario de Nuestra Señora de las Mercedes a la misma doña Gertrudis Beltrán para que lo sea durante su voluntad o de la hermandad desde hoy en adelante y que prestando como prestaban en forma caución de rato grato por las demás esclavas que eran y fueren de la mencionada hermandad la rija y gobierne, perciba y cobre sus bienes, rentas, efectos y limosnas y disponga de ellas en los fines de su destino; administre y cuide sus fincas, de simples recibos, otorgue escrituras de arrendamiento, cartas de pago y las demás necesarias con todas las cláusulas, condiciones, obligaciones, renuncias, requisitos y demás circunstancias que conduzcan…

         La nominada doña Gertrudis Beltrán aceptó dicho empleo de esclava mayor en cuyo testimonio así lo dijeron y otorgaron, firmaron las que saben y con las que expresaron no saber y a su ruego un testigo, y también firmaron dichos vicebeneficiados y teniente de cura por haber presidido el mencionado cabildo. Fueron testigos don Miguel Roales, clérigo de menores, Juan Núñez y Alonso Caballero, vecinos de esta ciudad, doy fe de conocimiento de las otorgantes y de los mencionados don José Canelo y don Juan Mexías.

(APC. Escribanía de Agustín López Cebreros 1781, fols. 242r-242v)

 

 

 

APÉNDICE II

 

Cabildo de la Esclavitud, 29 de mayo de 1757.

 

        En la ciudad de Carmona en veintinueve días del mes de mayo de mil setecientos cincuenta y siete años, estando en la iglesia parroquial de señor san Bartolomé de ella donde yo el presente escribano fui llamado por la esclava mayor de Nuestra Señora de los Dolores, sita en dicha parroquial que lo es doña Antonia de León y la excusó dicha congregación con otras mujeres esclavas para celebrar el cabildo a fin de nombrar hermanas que le sucediera, consiliarias y secretaria a dicho fin parecieron ante mi presentes don Bartolomé Jiménez del Hierro, presbítero beneficiado propio de la parroquia de Santiago, comisario del santo oficio, se expresó por el susodicho que habiendo cumplido la enunciada doña Antonia de León el año en que había sido nombrada por tal esclava mayor y estándose preciso el hacer elección de otra para el sucesivo año determinaren la hermana que tuviese las circunstancias correspondientes para ello y del propio modo lo ejecutasen en las consiliarias y secretaria lo que entendido por la susodicha que las que son se expresaron por los nombres con que firman y otras muchas que concurrieron señal por no saber firmar una por una secretamente fui tomando los votos y dieron el suyo veinticinco hermanas, nombrando para esclava mayor y por tiempo de un año a doña María Cárdenas y a doña Antonia González y doña Juana Meléndez cada una hubo un voto para el propio empleo. Lo que habiéndose hecho notorio quedó electa por la esclava mayor la enunciada doña María Cárdenas a quien habiéndosele noticiado el nombramiento lo aceptaba y pasaron a hacer elección de consiliarias y nombraron por primera en conformidad a doña Teresa Cordero y por segunda a doña Leonor Pérez de Rivera y por secretaria a Josefa de Armijo a las que habiéndoseles noticiado lo aceptaron igualmente.

Y hecho lo referido todas dijeron por voz como tales aceptaban u en nombre de las demás que lo eran y dicen que otorgaban y consentían y daban y dieron a la referida doña María Cárdenas tan cumplido poder como necesita para que durante el enunciado año haga, perciba y cobre todos los maravedíes y limosnas pertenecientes a la dolorosa imagen distribuyéndolos en el culto y funciones de la Señora y si alguna cantidad fuese necesario dar recibo lo pudiese hacer e hiciese todo lo demás conveniente a favor de la esclavitud pues el poder que para ello necesitase y se le daban sin limitación alguna.

Y a la firmeza de lo cual en todo obrase obligaban los efectos de la referida esclavitud habidos y por haber bajo el poderío de justicias que de ello debiesen conocer y así lo otorgaron y firmaron y por las que no un testigo que lo fueron don Juan Franco, don Francisco Roales y Alonso Enrique, cura, presbítero y sacristán de dicha iglesia.

(APC Agustín López Cebreros 1757, fols. 368r-368v)

1    SÁNCHEZ HERRERO, José: "Las cofradías de Semana Santa de Sevilla durante la modernidad", en Las cofradías sevillanas en la Edad Moderna. Sevilla, Universidad, 1999, p. 95.

2    En el siglo XVIII se sostenía que la mujer debía ser "pacífica y obediente, solícita sexualmente y recogida en el hogar...Todavía más. La mujer prudente debe discurrir cómo dar gusto permanente a su marido, pensando en complacerlo y en dividir la dedicación de su tiempo personal entre él y Dios...". FERNÁNDEZ, Roberto: "La mujer cristiana en la España del setecientos. A propósito de la familia regulada de Antonio Arbiol", en El Conde de Aranda y su tiempo, T. I. Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2000, p. 41.

3 El propio Jesús de Nazaret, como judío que era y con un pensamiento acorde a su tiempo, relegó a la mujer a un papel de muy segundo orden. Como ha escrito Mario Saban, si hubiese querido darle un papel relevante hubiese incluido alguna fémina entre sus apóstoles. SABAN, Mario Javier: El judaísmo de Jesús. Buenos Aires, Editorial Saban, 2008, p. 537-538.

4    Esta practica está documentada en muchas cofradías. Conocemos el caso de la Hermandad de Jesús Nazareno de Carmona en la que el cabildo de la ciudad informó de la necesidad de mantener una tradición discriminatoria. Así, propusieron que, si alguna mujer quisiera acudir a la procesión de penitencia, no podrá ir interpolada entre los nazarenos sino detrás de dicha procesión, sin insignia ni otra cosa que mire a otro objeto más que acompañar a la Virgen. Informe del cabildo de Carmona sobre las reglas de la Hermandad de Jesús Nazareno, Carmona, 20 de julio de 1786. MIRA CABALLOS, Esteban: "El informe del cabildo de Carmona sobre las reglas de la hermandad de Jesús Nazareno de Carmona", Boletín de la Hermandad de Jesús Nazareno de Carmona, Carmona, 2001.

5 Encontramos decenas de testamentos en las que las otorgantes declararon ser hermanas de número de diversas cofradías. Sin embargo, en los numerosos cabildos generales que se protocolizaron no hemos encontrado la presencia de ninguna mujer. No puede ser casualidad; estaban apartadas de todos los órganos de decisión, incluso del cabildo general. En España se conocen algunos casos de integración igualitaria de la mujer en las hermandades pero se trata de excepciones que no hacen otra cosa que confirmar la regla. Por ejemplo, en los estatutos de la hermandad de la Veracruz de Rute se especificaba la igualdad entre los hermanos de ambos sexos, prohibiendo sin embargo a las mujeres disciplinarse en la procesión. Igualmente en la hermandad de la Veracruz de Villabuena del Puente se les otorga a los hombres y a las mujeres las mismas condiciones, incluso la posibilidad de participar en el desfile penitencial en idéntica situación. GARCÍA ÁLVAREZ, Pedro: "Mujeres disciplinantes en una cofradía zamorana de la Vera Cruz en el siglo XVI: Villabuena del Puente", Actas del III Congreso Nacional de hermandades y cofradías, T. I. Córdoba, Cajasur, 1997, p. 514.

6    Éste era el caso de la Congregación Servita de la Virgen María de los Siete Dolores de Zahinos. BOBADILLA GUZMÁN, Francisco Luis: Conozco mi pueblo. Zahinos. Zafra, 1992, p. 60.

7 Así ocurría en la congregación Servita de Nuestra Señora de los Dolores de Feria que sacaba el Viernes Santo a la Virgen de la Soledad en estación pública de penitencia.

8 Inicialmente las mujeres se integraron en los cortejos rosarianos con los hombres, según Carlos José Romero Mensaque habrá que esperar a la segunda década del siglo XVIII para que encontremos los primeros cortejos rosarianos exclusivos de féminas, especialmente desde las misiones de fray Pedro Vázquez Tinoco O. P. ROMERO MENSAQUE, Carlos José: “La cofradía del Rosario de Zufre. Una aproximación a la historia del fenómeno rosariano en la Sierra”, Actas de las XXII Jornadas del patrimonio de la Comarca de la Sierra. Higuera de la Sierra, Diputación Provincial 2009, pp. 183-199.

9 Así ocurría, por ejemplo, en la cofradía de mujeres de San Águeda de Barcelona, cuyas finanzas eran administradas por hombres nombrados para tal efecto. ARIAS DE SAAVEDRA, Inmaculada y Miguel Ángel LÓPEZ MUÑOZ: “Cofradías y ciudad en la España del siglo XVIII”, Studia Historica, Historia Moderna Nº 19. Salamanca, 1998, pág. 208. Reproducido en su libro: La represión de la religiosidad popular. Crítica y acción contra las cofradías en la España del siglo XVIII. Granada, Universidad, 2002, págs. 103-150.

10 El Curioso Carmonense (Edición de Antonio Lería) Carmona, S&C Ediciones, 1997, pp. 117 y 119.

11 Cabildo del 1 de enero de 1757. APC, Diego Piedrabuena 1757, foliación perdida; Cabildo del 7 de enero de 1759. APC, Diego de Piedrabuena 1759, fol. 11r-11v.

12Cabildo del 4 de noviembre de 1781. APC. Escribanía de Agustín López Cebreros 1781, fols, 242r-242v y Cabildo del 29 de diciembre de 1782. A.P.C. Agustín López Cebreros 1782, fols. 337r-338r. Entre las hermanas asistentes a estos dos últimos cabildos se mencionan lo siguientes nombres: doña Gertrudis Beltrán, doña Rosa Roa, doña Ramona de la Barrera, doña Antonia Vázquez, doña Rosalía Gutiérrez, doña Ana Vázquez, doña María Martínez, doña Severina Duarte, doña María de Gracia Vázquez, doña Ignacia de los Ríos, doña Antonia de Prados, doña Isabel de Prados y doña María de Prados, doña Josefa Velázquez, doña Petronila Talavera, doña Ana Talavera, doña Ramona Barrera, doña María Martín, doña Antonia Serrano, doña Bárbara Alcaide, doña Gabriela de Acevedo, doña María Rodríguez y Molina y doña Francisca Viso, doña Antonia Domínguez, doña Isabel de Cota, doña Ana García y doña María Garrido.

13 ROMERO MENSAQUE, Carlos José: “El fenómeno rosariano en la ciudad de Carmona. Apuntes para su estudio”, Boletín del Consejo de Hermandades y Cofradías de Carmona. Carmona, 2008, p. 49.

14 Se trata de ocupaciones comúnmente reservada a mujeres, como las tareas del hogar, el aseo de las imágenes, la asistencia en el parto o el amortajamiento de finados. Conocemos muchos casos de matronas que llegaron a gozar de gran prestigio. Según El Curioso Carmonense, el convento de Santa Clara fue fundado en 1463 por dos honestas matronas. El Curioso Carmonense…, Ob. Cit., p. 97. En relación a su labor en el amortajamiento de cadáveres también disponemos de sobrados testimonios. Por citar sólo uno, en septiembre de 1563, murió un transeúnte en el mesón los Leones de Carmona y las autoridades llamaron a unas mujeres para que amortajaran su cuerpo. A.P.C., Escribanía de Pedro de Hoyos 1563, fols. 1080r-1081v.

15 El 16 de abril de 1685 hizo entrega a los frailes Jerónimos de todas las alhajas de la Virgen, ante el escribano Juan de Santiago, alegando problemas graves de salud.

16 Expediente sobre un vestido nuevo para la Virgen de los Reyes que habían costeado los feligreses con la ayuda del concejo que puso los 1.800 reales que faltaban, Carmona, 13 de mayo de 1772. Archivo Municipal de Carmona, Leg. 1061.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

LOS ANTECEDENTES DEL ESTADO DEL BIENESTAR

LOS ANTECEDENTES DEL  ESTADO DEL BIENESTAR

        Prácticamente hasta el siglo XVIII ni existía el Estado del bienestar ni las personas tenían rango de ciudadanos sino de súbditos. El Estado del bienestar es una concepción contemporánea, particularmente del siglo XX, por lo que hasta entonces toda la previsión social de los ciudadanos se basaba en un sistema privado de contraprestaciones.

La cobertura social de los españoles en el Antiguo Régimen se canalizaba de dos formas diferentes, según se tratase de personas que habían “cotizado” o de pobres “de solemnidad”. Por ello, Rumeu de Armas habla de dos conceptos diferentes, a saber: asistencia y beneficencia. La población común normalmente se pagaba su propia asistencia privada, a través de las hermandades y cofradías. Prácticamente todas las familias pertenecían a algún instituto, algunos de ellos gremiales, cubriendo de esta forma cualquier eventualidad social. Es decir, casi todos los vecinos estaban implicados en alguna cofradía, lo que les equivalía a tener una verdadera póliza de seguros para todos los miembros de la misma. Por tanto, casi todas las cofradías tenían un doble cometido, el devocional y el asistencial, proporcionando a sus hermanos, por un lado el consuelo espiritual de sus amados titulares, y por el otro, una asistencia en la enfermedad y un enterramiento digno.

        Todos los que participaban en las hermandades y cofradías eran mutualistas que habían cotizado durante toda su vida. Pero, ¿qué ocurría con aquellas personas que no tenían recursos para cotizar? Pues, bien, para ellos no había asistencia sino beneficencia. Y, ¿qué diferencia había? Como afirma Rumeu de Armas la asistencia era un derecho mientras que la beneficencia era una gracia o limosna. Los enfermos, los mutilados, los pobres de solemnidad, los inválidos, los mendigos y los menesterosos en general eran considerados un submundo marginado. Se les caracterizaba siempre de forma estereotípica como delincuentes, vagos, mentirosos, indignos e indeseables. Aunque en realidad no eran más que pobres que se vieron obligados a mendigar o a robar cuando la desesperación les obligaba a ello. Estos desheredados se mantenían a duras penas de la caridad de los pudientes. Una caridad que se suponía era una virtud cristiana que debían practicar los nobles, los burgueses ricos y, sobre todo, el estamento eclesiástico, al que se le presuponía una especial humanidad.

         Esta caridad cristiana se canalizaba, por un lado, de manera informal, a través de las limosnas que decenas de pedigüeños obtenían a las puertas de las iglesias o en los espacios más concurridos de cada localidad. Y por el otro, mediante la fundación de una obra pía en la que, casi siempre a través de un testamento, se dejaba un capital para invertirlos en rentas con las que invertirlas en alguna mejora social. Las obras pías eran de muy diversos tipos: de redención de cautivos, de dotación de doncellas huérfanas para el matrimonio o su profesión como monjas, de escolarización de pobres, de enterramiento de presos o de hospitalización de enfermos.

         Pero, en unos casos u otros, toda la beneficencia y la asistencia sanitaria en el Antiguo Régimen se canalizaba directa o indirectamente a través de las diversas instituciones religiosas. A veces también los concejos dotaban o contribuían con algún tipo de beneficencia pero lo hacían desde un sentimiento exclusivamente cristiano, no laicista.

Normalmente eran las cofradías de la Misericordia o de la Caridad las que se encargaban de la asistencia a los desheredados. El objetico de estas corporaciones era dar una asistencia a los presos y a los "pobres vergonzantes". Entre sus cometidos estaba dar una sepultura digna a los presos ajusticiados, como la mayoría de las cofradías de este tipo. El resto de las cofradías no practicaban la beneficencia sino exclusivamente la asistencia a sus hermanos mutualistas. No olvidemos que sólo los nobles y burgueses acaudalados tenían capital suficiente para pagarse sus propias sepulturas familiares dentro de los templos, mientras que los pobres se tenían que conformar con inhumarse en el camposanto anejo al templo parroquial. Por ello, las cofradías representaban una posibilidad excepcional, para muchas familias con recursos medios o bajos, de poderse inhumar dentro del templo. Para la mentalidad sacra de la época solamente esto suponía un gran consuelo espiritual en el último trance de la vida.

 

 

PARA SABER MÁS

 

ARIAS DE SAAVEDRA ALIAS, I. y LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, M. L. (2002): Represión de la religiosidad popular. Crítica y acción contra las cofradías en la España del siglo XVIII. Granada, Universidad,

 

LIS, C. y SOLY, H (1984): Pobreza y capitalismo en la Europa preindustrial (1350-1850). Madrid: Akal,

 

RUMEU DE ARMAS, A. (1944): Historia de la previsión social en España. Cofradías, gremios, hermandades, montepíos. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado.

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

CATÁLOGO DE VARONES ILUSTRES DEL OBISPADO DE BADAJOZ (ASCENSIO DE MORALES, 1754)

CATÁLOGO DE VARONES ILUSTRES DEL OBISPADO  DE BADAJOZ (ASCENSIO DE MORALES, 1754)

Ascensio de Morales y Tercero en una carta autógrafa, fechada en Badajoz, el 26 de abril de 1754, explicaba todos los pormenores de su comisión de archivos. Una orden del Consejo de Estado dada en 1743 le encomendó la tarea de investigar en los archivos para hacer una Historia Eclesiástica de España. Sin embargo, detrás de esa aparentemente altruista misión había motivos de más calado. Al parecer, los cardenales Acquaviva y Belluga, comisionados para negociar el Concordato de 1723 habían sostenido, frente al Papa, que la grandeza de los conventos y de las iglesias de España se debía al mecenazgo de los reyes. Felipe V quiso llevar a cabo una investigación para verificar eso y de paso “recuperar los legítimos derechos que con la Corona le habían dejado los señores reyes sus predecesores gloriosos en las iglesias que habían conquistado, fundado y dotado en sus dominios, y saber cuántas eran fundaciones reales”. Y para llevarlo a cabo se le otorgó el cargo de oidor honorario de Sevilla con la intención de que recibiese un sueldo de 75 reales diarios para llevar a cabo su misión. Empezó investigando en Castilla, León, Asturias y Galicia, para ver la regalía de patronatos de las iglesias catedrales de Palencia, Valladolid, León, Astorga, Santiago, Tuy, Lugo, Orense, Oviedo y Burgos. Con Fernando VI se le propuso Galicia, y, finalmente, por decreto del 23 de junio de 1750 se le encargo los obispados de Cuenca, Murcia, Cartagena, Orihuela, Plasencia y Badajoz (Rodríguez Moñino, 1930: 121-136).

Su obra más acabada fueron cuatro volúmenes con documentación sobre la diócesis de Badajoz. El cuarto de esos volúmenes, conservado por duplicado en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Colombina fue publicado en Badajoz en 1910 bajo el título de Crisis Histórica de la Ciudad de Badajoz y reeditado en la misma ciudad en el año 2006. Sin embargo, este último volumen era resumen de los tres anteriores, conservados en la sección de Códices del Archivo Histórico Nacional y que nunca vieron la letra impresa. De estos tres volúmenes hemos extractado algunos datos correspondientes a la villa de Barcarrota.

Entre el volumen de documentación inédito figura este catálogo de varones ilustres de los pueblos del obispado de Badajoz. Se enumeran un total de 347 personajes ilustres de un total de treinta ciudades, villas o aldeas del obispado de Badajoz. Hay que añadir que sigue muy de cerca el manuscrito de Juan Solano de Figueroa, estableciendo pocas modificaciones. De todos ellos, el 40 por ciento son de la ciudad de Badajoz y el resto se lo reparten los 29 núcleos de la diócesis. Concretamente, la distribución geográfica de los personajes es la siguiente: 139 de Badajoz, 6 de Talavera la real, 3 de Santa Marta, 3 de La Albuera, 4 de Almendral, 3 de Salvaleón, 9 de Salvatierra, uno de la Morera, 26 de La Parra, 10 de Feria, 28 de Zafra, 3 de Bodonal, 2 de Villagarcía, 22 de Fregenal de la Sierra, uno de Higuera, 8 de Burguillos del Cerro, 21 de Jerez, 3 de Higuera de Vargas, 2 de La Roca, 21 de Alburquerque, 2 de Campomayor, uno de Olivenza, 4 de Serpa, 3 de Mora, 2 de Villanueva del Fresno, 5 de Oliva, 4 de Alconchel, 11 de Barcarrota, 2 de Valverde de Leganés y uno de Telena.

Del total de 347 personajes solo se mencionan dos mujeres, que destacaron obviamente por su piedad, una como esposa de uno de los personajes y la otra, una barcarroteña llamada Isabel López, que fue muy piadosa con los pobres y se enterró en el convento de Rocamador. Por su parte los varones pertenecen en su inmensa mayoría al clero –secular o regular- apareciendo también un grupo de militares y algunos funcionarios reales. Todo esto no tiene nada de extraño, pues hay que contemplar este listado en el contexto de la época, donde la mujer vivía a la sombra del hombre. Y en cuanto a la abundancia de religiosos no podemos olvidar que Ascensio de Morales trataba de confeccionar una historia eclesiástica del obispado pacense, de ahí que se fije especialmente en los religiosos.

Hay muchos datos equivocados, el más llamativo es el de Vasco Núñez de Balboa que aparece listado entre los badajocenses cuando en realidad era jerezano. Pero hemos querido presentar la lista tal cual la redacto este erudito del siglo XVIII. Pese al tiempo transcurrido creo que tiene su valor, y por ello me permito publicar el listado completo para disfrute de los curiosos de la historia local.

 

 

Catálogo de los varones ilustres, militares, políticos y eclesiásticos de Badajoz y lugares de su obispado: concluye con una apuntación de los prebendados de esta iglesia que han gozado otros puestos.

 

BADAJOZ

 

1.-Garcilaso de la Vega, natural de esta ciudad, fue embajador de Roma, comendador mayor de León y del Consejo de Estado.

 

2.-Lorenzo Suárez de Figueroa y Mendoza, embajador a Roma y Venecia.

 

3.-Gonzalo Ruiz de la Vega de la Orden de Santiago, embajador también a Venecia.

 

4.-Don Juan de Hortega y Zafra, oidor de Granada.

 

5.-Don Luis González, oidor de Valladolid.

 

6.-Fernando de Badajoz y Garci Méndez de Moscoso, secretarios de el señor rey don Enrique IV.

 

7.-Don Juan Rodríguez, médico de la princesa de Portugal.

 

8.-Don Paz, médico del duque de Saboya.

 

9.-Don Luis González, escribió un “Tratado de la Virtud”.

 

10.-Garci Sánchez de Badajoz, poeta célebre, murió loco y enamorado.

 

11.-Luis de Morales, apeles de su siglo, como Juan de Badajoz, otro virtuoso.

 

12.-Juan de Solís, Maestre de Campo, general en la conquista de La Florida.

 

13.-Luis de Moscoso y Alvarado, maestre de Campo.

 

14.-Lucas Vázquez de Ayllón, oidor en esta conquista.

 

15.-Vasco Núñez de Balboa, descubrió el Mar del Sur, y de él tuvo título de adelantado. Fue gran soldado y se le debió mucha parte en la conquista del Darién. Pero murió degollado a manos del gobernador su suegro.

 

16.-Francisco Moscoso, caballero del Orden de Santiago, corregidor de Logroño y Écija y veedor general del reino de Portugal.

 

17.-Gonzalo Ruiz de Figueroa, escribió “El Juicio de Paris y la Fábula de Piques y Cupido”.

 

18.-Gregorio Silvestre, mucho y bueno a lo divino y humano.

 

19.-El maestro fray Gerónimo de Sotomayor, orden de San Agustín, provincial de Andalucía y catedrático de vísperas de teología en la Universidad de Osuna.

 

20.-Pedro Suárez de Figueroa, fue valeroso caballero, sirvió al rey don Enrique IV en embajadas y otros negocios de mucha cuenta. De él desciende en conde de los Arcos.

 

21.-Bartolomé Sánchez de Badajoz, secretario del señor rey don Juan II.

 

22.-Gonzalo Fernández de Badajoz, escribano de cámara del mismo señor rey.

 

23.-Garci Fernández de Badajoz, secretario del señor rey don Enrique IV.

 

24.-Alfonso Godínez, caballero poderoso, muy cálido del señor rey don Sancho el Bravo, y canciller mayor del infante don Fernando que, aunque fue portugués de nación, se connaturalizó y arraigó en esta ciudad.

 

25.-Fernán Ibáñez de la Cámara, fue heredado en Cubillos y Malpartida, aldeas de esta ciudad.

 

26.-Pedro Rodríguez de Fonseca, pasó de Portugal a Castilla, fue guarda mayor de la persona del rey don Juan I, y su aposentador mayor y es tronco de los marqueses de la Lapilla.

 

27.-Don Juan de Fonseca y Figueroa, embajador de Parma.

 

28.-Garci Laso de la Vega, poeta insigne y celebrado en su tiempo. Escribió “El infierno de amor” y otras obras bien aplaudidas y descienden de él los condes de la Monclova.

 

29.-Gómez Suárez de Moscoso y Figueroa, comendador de Portezuelo, en la orden de Alcántara. Fundó y dotó magníficamente en esta iglesia catedral la capilla de Santa Ana.

 

30.-Hernán Gómez de Solís, señor de las villas de Salvatierra y Barcarrota, de quien se escribe que tuvo título de duque de Badajoz. Hízole esta merced el señor rey don Enrique, pero no llegó a lograr la posesión porque la ciudad y sus caballeros se lo estorbaron.

 

31.-Gómez Hernández de Solís, fue padre de pobres evangelios. Fundó los conventos de Santo Domingo y San Gabriel de esta ciudad y la capilla mayor del convento de San Agustín.

 

32.-Don Pedro de Alvarado Mesía y Contreras, caballero de la orden de Santiago, adelantado de la provincia de Guatemala, Jalisco y Honduras, capitán general del Mar del Sur; héroe incomparable de quien se escribe mucho en las conquistas de México y Perú.

 

33.-Su hermano Hernando de Alvarado, famoso capitán y conquistador.

 

34.-Su abuelo Juan de Alvarado, comendador de Hornachos en la orden de Santiago.

 

35.-Diego de Alvarado, comendador de Lobón, Puebla, Montijo, Cubillana, señor de Castellanos, dignidad en la Orden, alcaide de Montánchez, maestresala del rey don Enrique. Hizo el castillo de Lobón y, por bula especial, labró para hospital la iglesia que hoy sirve al convento de San Francisco de aquella villa.

 

36.-Juan de Alvarado, comendador de Lobón.

 

37.-García de Alvarado, comendador de el Montijo.

 

38.-Luis de Alvarado, nuevo Hércules, de quien se escriben casos extraños de sus agigantadas fuerzas, casó en Trujillo.

 

39.-Alonso de Alvarado, capitán general de las islas de Canarias, donde murió peleando con los ingleses.

 

40.-Don Nuño de Alvarado, capitán de caballos, comendador de Puerto Marín, en la religión de San Juan.

 

41.-Gómez de Alvarado, conquistó y pobló la ciudad y provincia de Huánuco.

 

42.-El mariscal Garci González de Herrera, señor de la villa del Arroyo del Puerco y aldea el Conde.

 

43.-Rodrigo Mexía, señor de la villa y castillo del Cortijo, de quien desciende el marqués de la Guardia.

 

44.-García Contreras, del hábito de San Juan, comendador de El Final.

 

45.-El Inca Garcilaso de la Vega, capitán en la rebelión de Granada, escribió la vida y hechos del adelantado Hernando de Soto, conquistador de la Florida, los Comentarios Reales de los Reyes y reinos del Perú. Tradujo del toscano al español los Diálogos de León Hebreo.

 

46.-Su padre Garcilaso de la Vega y Figueroa, capitán y conquistador de aquellos dilatados reinos, que casó en el Cuzco con la Palla (o infanta) doña Isabel Yupanqui, hermana de Huayna Cápac, último rey de aquellas provincias.

 

47.-Juan de Vargas y Alonso de Vargas, capitanes y conquistadores de aquel imperio.

 

48.-Francisco Moscoso, fue de parecer que no se diese muerte al inca Atahualpa.

 

49.-Ruy Fernández Briceño, conquistador del Perú, fue alcaide y guarda de la persona del Inca, cuando le prendió Pizarro.

 

50.-Juan Núñez Sedeño y Hernando de Badajoz, poblaron la ciudad de Antequera, asiento del obispado de Yucatán.

 

51.-Gonzalo de Badajoz, famoso capitán en la conquista del Darién.

 

52.-Bartolomé González de Mendoza, caballero de la Orden de Santiago, comendador de Monesterio, y trece de la orden. Gozó después su mayorazgo doña Leonor de Mendoza y Figueroa, casada con don Fernando de Godoy Ponce de León, caballero de la orden de Alcántara, capitán de caballos en este ejército, teniente de maestre de campo general y gobernador de Valencia.

 

53.-Francisco Calderón, comendador de Usagre, en la orden de Santiago.

 

54.-Juan Méndez de Moscoso, comendador de Alcuéscar, de la misma orden.

 

55.-Diego de Vargas Machuca, maestre de campo y gobernador de Gibraltar.

 

56.-Su hijo don Juan de Vargas Machuca, corregidor de Cáceres y Plasencia.

 

57.-Sus nietos don Diego de Vargas, caballero de la orden de Alcántara y…

 

58.-Don Alonso de Vargas, de la orden de Santiago, capitanes.

 

59.-Don Francisco Freire, maestre de campo en Flandes.

 

60.-Francisco de Badajoz, coronel.

 

61.-El capitán Vargas, que lo fue en Flandes.

 

62.-El licenciado Juan Rodríguez de Mora, regidor de esta ciudad, corregidor de Zamora, de la merindad de Trasmiera y de la de Saldaña, del consejo de Su Majestad, oidor en Panamá, en Santa Fe y en la ciudad de La Plata. Manda en su testamento doscientas misas por los indios del Perú. Y contiene una cláusula de notable ejemplo: y porque en el uso –dice- y administración de los dichos oficios podré haber tenido algunas negligencias cono hombre, por descargo de mi conciencia, mando a Su Majestad los doscientos ducados que tengo de renta de pensión en cada un año sobre la ciudad de Sevilla. Fundó un razonable mayorazgo en las casas del Castillo y dehesa de los Fresnos y otras pensiones que después gozó don Pedro de Carvajal y Tovar, caballero de la orden de Calatrava y capitán de caballos de este ejército.

 

63.-Don Francisco Mateo Fernández Bejarano, gran médico y filósofo, escribió “De pulsibus, de Facultatibs Naturalibus, de Coctione et putredine, de Purgatione, de Metheoris y Noticia intuitiva de todas las Artes y Ciencias”.

 

64.-El doctor Santiago, protomédico del señor rey don Felipe II y…

 

65.-Su hijo, el padre Diego de Santiago, de la Compañía de Jesús, que murió en Filipinas, ahogado en el mar, por confesar un católico.

 

66.-De tiempos modernos, en el siglo XVII, son el doctor don Íñigo de Arguello Carvajal, caballero de la orden de Calatrava, consultor del Santo Oficio de la Inquisición, del Consejo de Su Majestad, fiscal y oidor en la chancillería de México. Acrecentó las rentas reales de aquel imperio en más de 400.000 ducados al año.

 

67.-Don Fernando de Arguello Carvajal, corregidor de la provincia Sinaloa, en Nueva España, capitán general de la Nueva México (sic).

 

68.-Don José de Arguello Carvajal, caballero de la religión de San Juan; nietos ambos de don Íñigo Arguello Carvajal, caballero de la orden de Santiago.

 

69.-Don Alonso de Vargas, capitán de caballos en Cataluña.

 

70.-Don Bernardino Morante de Silva, caballero de la orden de Calatrava, capitán de infantería y corregidor de La Coruña y Betanzos.

 

71.-Don Francisco de Moscoso, capitán de infantería en Cataluña, murió sobre Tarragona.

 

72.-Don Alonso Martel y Vargas, caballero de la orden de Santiago, corregidor de La Coruña, Ronda y Trujillo.

 

73.-Don Gonzalo Martel, su hijo, y de la misma orden, capitán de caballos de este ejército.

 

74.-Don García Martel, de la misma orden, teniente de maese de campo general.

 

75.-Don Miguel Martel de Mendoza, de la misma orden, capitán de caballos.

 

76.-Licenciado Rodrigo Moscoso de Chávez, oidor en Guatemala.

 

77.-Don Miguel de Mendoza, capitán de infantería.

 

78.-Don Gómez de la Rocha, caballero de la orden de Santiago, capitán de caballos.

 

79.-Don Antonio Cabrera de Chávez (capitán de infantería).

 

80.-Don Diego Cabrera, (capitán de infantería).

 

81.-Don Juan de Morales y Cabrera, digo Guzmán, (capitán de infantería).

 

82-83.-Don Gómez de Hoces y Moscoso, hijo de Lope de Hoces, caballero de la orden de Santiago, (capitán de infantería).

 

84.-Don Pedro de León y Rocha, caballero de la orden de Alcántara, (capitán de infantería)

 

85.-Don Pedro de León (capitán de infantería).

 

86.-Don Bartolomé de Alvarado (capitán de infantería).

 

87.-Y don Juan de Tovar, caballero de la orden de Santiago, todos capitanes de infantería.

 

88.-También lo han sido don Andrés de Chávez.

 

89.-Don Bartolomé Suárez.

 

90.-Don Juan de Andrade.

 

91.-Don Gómez de Solís Portocarrero.

 

92.-Don Juan de Chávez y Salto.

 

93.-Don Juan de Alvarado, sargento mayor.

 

94.-Don Baltasar de Tovar, auditor general del consejo de Su Majestad y alcalde del crimen en Granada.

 

95.-Don Nuño de Chávez y Figueroa, maestre de campo, hijo de…

 

96.-Don Francisco de Chávez Sotomayor, caballero de la orden de Santiago y procurador en Cortes.

 

97.-Don Pedro de Mendoza y Guevara, maestre de campo, y…

 

98.-Su hijo don García de Mendoza, caballero de la orden de Santiago, y sirvió en este ejército.

 

99.-Pedro de Ardila Guerrero, comisario general y…

 

100.-don Pedro de Ardila, su hijo, capitán de caballos.

 

101.-Francisco Guerrero, capitán de caballos.

 

102.-Don Enrique Silnera, capitán de caballos.

 

103.-Don Juan de Solís Portocarrero, corregidor de Medina del Campo, alcaide de Tarifa y gentilhombre de boca de Su Majestad.

 

104.-Licenciado Pedro del Álamo, alcalde mayor de esta ciudad, auditor de la artillería.

 

105.-Licenciado Mateo de Álamo, gobernador de Montánchez y Hornachos.

 

106.-F. Cana-baca, sargento mayor y gobernador militar de Piedrabuena.

 

107.-Don Salvador de Monforte, caballero del orden de Santiago, gobernador general de la caballería del real ejército de Cataluña.

 

108.-Don Juan de Alva Maraver, del mismo hábito, veedor general de dicho ejército, murió con merced de consejero de Guerra o Hacienda.

 

109.-Su hijo, don Juan Antonio de Alva, capitán de caballos.

 

110.-Don Antonio de Portugal, caballero del orden de Santiago, subalterno de capitán general de Ceuta y otros muchos.

 

 

ECLESIÁSTICOS:

 

Por el estado de la Iglesia hay los siguientes:

 

1.-En primer lugar San Atón, canónigo de esta iglesia y obispo de la de Pistoia.

 

2.-Don Alonso Manrique de Solís, arzobispo de Burgos.

 

3.-Don fray Fernando de Vera y Becerra, de la orden de San Agustín, obispo de Bujía, canónigo cardenal de Santiago de Galicia, gobernador del obispado de Badajoz, arzobispo de Santo Domingo, obispo del Cuzco y electo arzobispo de Lima.

 

4.-Don fray Tomás de Paredes, de la misma orden, provincial de Andalucía, obispo titular de Claudio, tesorero dignidad en la santa iglesia de Granada y obispo electo de Mondoñedo.

 

5.-Don Bernardino de León y la Rocha, colegial en el maestrazgo de Cuenca, inquisidor en Córdoba, Llerena y Sevilla, donde presidió autos de fe, del consejo de la Inquisición y obispo de Tuy y Coria.

 

6.-Don Juan de Mendoza y Guevara, canónigo de Santiago.

 

7.-Francisco Suárez Campos, canónigo en la misma iglesia.

 

8.-Don Alonso Pérez de la Cueva, canónigo penitenciario de Coria.

 

9.-Don Manuel Rodríguez, canónigo de Palencia.

 

10.-Simón Rodríguez Carvallo, canónigo de Palermo.

 

11.-Don Gonzalo Cabezas Altamirano, arcediano de Écija y canónigo de Sevilla. Labró y dotó la capilla de la Purificación con dos capellanías perpetuas, dejando por patrono al cabildo.

 

12.-Don Francisco Cabezas, tesorero de la iglesia de Granada.

 

13.-Don Fernando Cabezas, arcediano de la misma iglesia y…

 

14.-Juan Cabezas, canónigo de Badajoz y Granada, a un tiempo, todos hermanos los cuatro antecedentes.

 

15.-Licenciado Alonso Pérez de Vita, canónigo penitenciario de esta iglesia y fundador del colegio de la Compañía de Jesús de esta ciudad.

 

16.-Don Pedro de Hoces, racionero de la santa iglesia de Salamanca y capellán de honor del señor rey don Felipe III a quien vino sirviendo en la jornada que Su Majestad hizo a Portugal.

 

17.-Don Francisco Rodríguez Lindo, maestrescuela en la catedral de Tucumán.

 

18.-Don Rodrigo Verjano, canónigo en la catedral de Orense.

 

19.-Don Francisco Romo Pardo, canónigo magistral de Baza.

 

20.-Don José de Valvellido, colegial del mayor de Cuenca y canónigo magistral de Córdoba.

 

21.-Licenciado Pedro Ramos, tesorero y canónigo de Tuy.

 

22.-Don Antonio Gutiérrez, provisor y vicario general del arzobispado de Valencia.

 

23.-Licenciado don Diego Camacho, colegial en el mayor de Cuenca, canónigo magistral de esta iglesia de Badajoz, y electo arzobispo de Manila.

 

24.-Maestro fray Diego Calaborrano, de la orden de Santo Domingo, Provincial de Andalucía.

 

25.-Maestro fray Miguel Ruiz, de la orden de la Santísima Trinidad, provincial de la Andalucía, y de la misma orden el…

 

26.-Maestro fray Juan de Campo, predicador del rey.

 

27.-Fray Diego de Chávez, provincial de los Descalzos de San Gabriel.

 

28.-Fray Juan de Aldana, de los observantes de san Francisco, lector jubilado y calificador del Santo Oficio de la Inquisición.

 

29.-Julián Becerra de Alvarado, ejemplar de sacerdotes, escribió un libro célebre de casos morales que por los años de 680 conservaba original en su archivo don Íñigo Antonio de Argüello Carvajal, patrono de los capítulos provinciales que hace la provincia de San Gabriel en el convento de la villa de Brozas.

 

 

TALAVERA

 

1.-Son naturales de la villa de Talavera, el deán don Rodrigo Grajera, tesorero dignidad en esta iglesia catedral de Badajoz.

 

2.-Francisco Doblado Atienza, racionero entero y continuo del cabildo.

 

3.-El padre Maestro fray Bartolomé López, de la orden de san Agustín, predicador de su Majestad.

 

4.-El padre maestro fray Pedro de la Cruz, de la misma orden.

 

5.-Don Bernardino de Medina, sargento Mayor.

 

6.-Y el padre fray Juan de Talavera, de los descalzos de San Francisco, definidor, custodio y provincial.

 

 

SANTA MARTA

 

De esta villa de Santa Marta fueron naturales:

 

1.-El padre fray Alonso Romero, del Orden de Predicadores, provincial de Andalucía.

 

2.-Bartolomé Hernández Bueno, racionero en la santa iglesia de Orense y después en la apostólica de Santiago. Hizo una muy loable distribución de ochocientos ducados de renta que tuvo en diferentes obras pías que fundó.

 

3.-Y el licenciado Pedro Martínez Marchena, comisario del Santo Oficio, gobernador del estado de Feria y el primer arcediano de la colegial de Zafra.

 

ALBUERA

 

1.-Don Alonso Hormigo, arcediano de Jerez, racionero en esta iglesia y notario del Santo Oficio.

 

2.-Fray Blas Bastida, descalzo de la provincia de San Gabriel, que con celo de la salvación de las almas pasó de edad crecida a las Indias, después de haber sido guardián y definidor. Murió en La Habana en opinión de santidad.

 

3.-Y fray Antonio de la Albuera, de quien hace su crónica muy clara memoria.

 

ALMENDRAL

 

1.-Fray Alonso de Almendral, de la provincia de San Gabriel, varón de mucha oración y penitencia, acreditado entre los suyos de muy perfecto.

 

2.-Fray Pedro de Almendral, llamado “el santo discreto”.

 

3.-Don Juan Sánchez Verjano, gobernador de Pontremulo, en el reino de Nápoles.

 

4.-Don Antonio de Céspedes y Figueroa, que sin militar hizo en la guerra que a mediado del siglo antecedente se tuvo en estos confines, muy particulares servicios que Su Majestad, dándose por bien servido, le remuneró con algunas mercedes para su casa y descendencia.

 

SALVALEÓN

 

Fueron naturales de esta villa:

 

1.-Fray Juan de Salvaleón, cuyas virtudes engrandecen las crónicas de su orden.

 

2.-Fray Domingo de Salvaleón y…

 

3.-Fray Diego de Salvaleón, provinciales de la provincia de San Gabriel.

 

 

SALVATIERRA

 

1.-Don Juan Méndez de Salvatierra, arzobispo de Granada.

 

2.-Don Lope de Tordoya y Figueroa, caballero de la orden de Santiago, comendador de Azuaga, capitán de caballos, maestre de campo en este ejército, gobernador de las ciudades de Mérida, Jerez y Llerena, gobernador de Badajoz en lo político y militar, con título de general de artillería y murió del consejo de Su Majestad, en el de Guerra.

 

3.-Gómez de Tordoya, maestre de campo y uno de los conquistadores del Perú. Hace de él memoria el Inca Garcilaso en su Comentarios.

 

4.-Francisco de Trigo, canónigo en la catedral de Tuy.

 

5.-Padre fray Juan de Vargas, de la orden de San Francisco, provincial en la de San Miguel.

 

6.-Francisco de Salvatierra, alférez en Amberes y capitán en Orán.

 

7.-Su hermano Alonso de Salvatierra, capitán en Flandes.

 

8.-Padre fray Bartolomé Rodríguez, de la orden de San Gerónimo, fue uno de los intérpretes de las Láminas del Monte Santo de Granada.

 

9.-Fray Fernando de Chávez y Tordoya, de la orden de San Agustín y provincial de Andalucía.

 

 

MORERA

 

1.-El licenciado don Juan González Cid, oidor de Guatemala.

 

 

PARRA

 

Fueron naturales de la villa de la Parra:

 

1.-Alonso González, Caballero Meneses (a quien llaman el Caballero Viejo), tuvo por su hijo al doctor…

 

2.-Don Juan González de la Parra Meneses, protomédico del católico rey don Fernando, y viudo de doña Inés de Quiñones, su mujer, fue obispo de Almería.

 

3.-Su hermano, el comendador don Bernardino de Meneses, fue regidor de Toledo y de la cámara del emperador Fernardino, hermano del señor Carlos V. Casó en Alemania y fue barón de Xercebech (sic).

 

4.-Blas Caballero de Meneses, otro hermano, fue canónigo de Toledo.

 

5.-Fernando de Meneses, colegial del mayor de Valladolid, sobrino del antecedente, y en quien resignó la expresada canonjía de Toledo.

 

6.-Don Rodrigo de Quiñones, hijo del obispo, fue capitán en tiempo del señor emperador.

 

7.-Don Juan de Meneses, obispo de Guadix.

 

8.-Don Juan Diosdado Meneses, monje cartujo en las Cuevas, prior del Paular, visitador de los conventos de su orden en España. Fue muy estimado del señor rey don Felipe II, a quien hablaba con entereza y libertad cristiana, como manifiesta este lance: hallábase Su Majestad en su celda al toque de vísperas y resolviéndose el prior a ir al coro, le dijo el rey: no os vais prior, a que no puedo, señor, dejar de ir al coro porque sirvo a otro rey más poderoso que vos.

 

9.-Don fray Domingo de la Parra, de la orden de predicadores, murió electo obispo del Cuzco.

 

10.-Don Martín de Salas, obispo titular y maestreescuela de la catedral de Santo Domingo, en las Indias Occidentales.

 

11.-Gonzalo Fernández de la Puente, caballero de la orden de Santiago, secretario del rey de Hungría y embajador a Portugal. De él descienden los Marteles de Badajoz, los marqueses de Fuentes y otros caballeros.

 

12.-Luis de Moscoso Alvarado, maestre de campo de la conquista de La Florida. Fue hijo del comendador Alonso Hernández Diosdado y doña Isabel de Moscoso, y nieto de Juan de la Parra Diosdado, comendador de Bienvenida, en la orden de Santiago, y secretario de los señores Reyes Católicos.

 

13.-Licenciado Estévez, oidor en la audiencia de Santo Domingo, en las Indias.

 

14.-Don Gonzalo Ruiz de la Parra, familiar del pontífice Alejandro VI, protonotario apostólico, arcipreste de La Parra. Unió el beneficio simple de Zafra al arciprestazgo, fue canónigo de esta iglesia y arcediano en ella con título de la Parra, cuya dignidad comenzó y acabó en él.

 

15.-Don Juan de Castro, arcediano de Jerez.

 

16.-Pedro González de la Parra, canónigo de esta iglesia.

 

17.-Don Francisco de Zevallos, arcediano titular y canónigo de la misma.

 

18.-Don Juan de Zevallos, su hermano, protonotario apostólico, maestreescuela en esta iglesia.

 

19.-Juan de Fromesta Zevallos, otro hermano, capitán y gobernador de Urbino.

 

20.-García de Vera Zevallos, otro hermano, sirvió al señor emperador en Flandes y volviendo a España con merced de hábito de Santiago murió en Madrid antes de recibirlo.

 

21.-Fray Lorenzo González, de la orden de San Francisco, comisario y custodio de la provincia de los Zacatecas.

 

22.-Fray Francisco de la Parra, de la orden de San Agustín, provincial de Castilla y varón de grandes talentos.

 

23.-Licenciado Juan Becerra, hijo del doctor Juan Becerra Moreno, protomédico del señor rey don Felipe II, colegial mayor de San Bartolomé, abad de Palermo, inquisidor de Sicilia y visitador de la inquisición de Barcelona.

 

24.-El doctor Juan Ortiz de Salvatierra, colegial de Santa María de Jesús de Sevilla, racionero en la iglesia de Málaga, comisario del Santo Oficio y visitador general del arzobispado de Granada. Escribió un libro de exorcismos y un Tratado de la campaña de Vililla.

 

25.-Licenciado Salvador Ortiz de Salvatierra: escribió sobre el derecho del arciprestazgo de su patria, y su eclesiástica jurisdicción, fue hermano del antecedente.

 

26.-Gómez Hernández de Solís y Figueroa, señor de Salvatierra, vivió y murió en La Parra, en sus casas, que para ello fabricó.

 

 

FERIA

 

1.-Don fray Pedro Ruiz, llamado de Feria, de la orden de Santo Domingo, provincial de México y obispo de Chiapas.

 

2.-Fray Pedro Guerrero, de la misma orden, presentado a la provincia de Andalucía y calificador de la Inquisición de Sevilla.

 

3.-Fray Francisco de Guzmán, de la orden de San Francisco, lector jubilado, provincial de la observancia de San Miguel, Comisario episcopal de la orden y de las Indias, confesor de la emperatriz María, hermana de Felipe II.

 

4.-Fray Bartolomé Guerrero, lector jubilado, calificador de Santo Oficio y Provincial en la de San Miguel.

 

5.-Otro fray Bartolomé Guerrero, de la misma patria, religión y empleos que el antecedente.

 

6.-Fray Miguel Diosdado, varón de gran talento y maduro juicio en el gobierno provincial, tres veces en dicha provincia.

 

7.-Bartolomñe Suárez, gran soldado y teniente de castellano en Milán.

 

8.-Maestro fray Pedro de San Nicolás, de la orden de San Agustín, gran predicador.

 

9.-Bartolomé Gómez Cordero, canónigo en esta iglesia.

 

10.-Don Pedro de Torrado y Guzmán, ingenio feliz del siglo antecedente, contador de administraciones y propios del consulado de Sevilla y comercio de Indias y secretario del gobierno del mismo tribunal. Dio a la estampa en octavas heroicas la Vida de Cristo y el Misterio de la Concepción Purísima de su Santísima Madre.

 

ZAFRA

 

Ilustraron con su nacimiento y honores a esta antiquísima de Zafra, los sujetos siguientes:

 

1.-El gran cardenal de España, don Pedro González de Mendoza, con los demás señores de su casa.

 

2.-Fernando de Zafra, fue secretario de los señores Reyes Católicos, con cuyas majestades se halló en la conquista de Granada. Hicieronle merced de una casa real de los moros en que se labró después el convento de la Reina con título de Santa Isabel. Fue señor de la villa de Castril, que gozan sus descendientes. Había sido secretario del señor rey don Enrique IV y después lo fue de la señora reina doña Juana y del Consejo de Guerra. La señora Reina Católica le nombró y encargo, con otros dos personajes, el cuidado y gobierno de Granada, y fue el que con especial comisión dispuso el zacatín con sus tiendas y tratos como hoy los tiene.

 

3.-Pedro de Valencia, fue eminente en letras humanas, y crosnista del señor rey Felipe III.

 

4.-Su hijo don Melchor de Valencia, llegó a ser del Consejo Real de Castilla.

 

5.-El padre Juan Maldonado, de la Compañía de Jesús, escritor insigne y hombre de suma erudición y humildad.

 

6.-El licenciado Alonso Ramírez de Prado, gran jurista y el que a voto de muchos, escribió mejor que todos el derecho que tenía a Portugal el señor rey don Felipe el Prudente, quien satisfecho de este servicio, le dio luego plaza en Navarra, con la fiscalía del Consejo de Hacienda, desde el cual pasó al de Castilla.

 

7.-Su hijo don Lorenzo Ramírez de Prado, caballero de la orden de Santiago, varón de muchas prendas, noticias y estudios. Pasó por empleos grandes al supremo de justicia. Escribió, siendo del Consejo colateral de Nápoles “Theseram Legum” y otro tratado “De officio Consiliaris”. En Madrid los siguientes: “Comentos a Marcial”, “El Penthecontarche”, “Notas al conmonitorio de San Oriencio”, “De liberalibus Estudiis”, “Comentos a Luitprando, onispo de Cremona”, “Notas a Julián Pérez Barroso, arcipreste de Santa Justa de Toledo”, “Consejo y Consejeros de Príncipes”, “Dificultad de el traducir”, “Decisiones ventilatarum litium”, otro “In tres posteriores libros códicis”, otros cuatro libros ·De erudición profana y sagrada”, una carta muy discreta al doctor Cristóbal Medrano, catedrático de medicina en Salamanca, explicando una sentencia de Plinio, que dice: “Est aliquis morbus per sapientiam mori”. Fue embajador al rey cristianísimo Luis XIII, en cuyo encargo lucieron mucho su juicio, letras y capacidad grande, siendo por todo muy estimado de naturales y extranjeros.

 

8.-Don fray Marcos Ramírez de Prado, hermano del referido don Lorenzo, de la orden de San Francisco, fue obispo de Michoacán y murió electo arzobispo de México. Labró una capilla suntuosa en el noviciado de la Compañía de Jesús de Madrid, intitulada del Sacramento, y es la primera y más preeminente, al lado del evangelio.

 

9.-Otro hermano, don Alonso Ramírez de Prado, del Consejo de Hacienda, regente de Sevilla, del Consejo de Indias y su cámara.

 

10.-Doctor don Francisco Machado de Chávez, arcediano de Santiago de Chile, comisario del Santo Oficio y de la Santa Cruzada y provisor de su obispado.

 

11.-Don Juan Machado de Chávez, deán de la catedral de Trujillo, autor de “La Summa”, que corre en dos cuerpos, con afirmación común, y obispo electo de Popayán.

 

12.-Doctor don Pedro Machado de Chávez, oidor en la audiencia de Chile, todos tres fueron hijos del licenciado Hernando Machado, oidor en Chile, y doña Ana de Chávez, natural de Llerena.

 

13.-Licenciado Alonso Pérez de Andrade, chantre en la catedral de Tlaxcala, dejó un patronato para sus deudos.

 

14.-El maestro fray Pedro Ramírez, del orden de San Agustín, provincial de Andalucía.

 

15.-Los padres fray Diego Jaramillo y…

 

16.-Fray Andrés de Zafra, provinciales en la descalcez de San Gabriel.

 

17.-Fray Francisco de Zafra, de la orden observante de San Francisco, Provincial tres veces en la de Santiago.

 

18.-Don Gómez de Figueroa, obispo de Cádiz y electo de Segovia.

 

19.-Don García de Figueroa, de la orden de Santiago, comendador de Villafranca y gentilhombre de Cámara del señor rey don Felipe II.

 

20.-Fray Gabriel de Ribera, de la orden de San Francisco, provincial en la de San Miguel, compuso un libro de sermones.

 

21.-Fray Francisco Montiel, provincial dos veces en la misma provincia.

 

22.-Fray Juan Bautista Montalegre, lector jubilado, vicario provincial y provincial después en la misma provincia, calificador del Santo Oficio de la Inquisición y visitador de la provincia de los Algarbes.

 

23.-Don García de Silva, corregidor de Badajoz y embajador a Pérsico en el año de 1614 y, volviendo de su embajada, murió en Lisboa. Dotó una capellanía en el convento de San Francisco de dicha villa, su patria, y dejó muchas limosnas a sus hospitales.

 

24.-Álvaro de Sepúlveda, caballero de la orden de Santiago.

 

25.-Frey Gómez de Maraver, comendador en ella.

 

26.-Hernando de Guillade, capitán.

 

27.-Don Gonzalo Jaramillo de Andrade, caballero de la orden de Santiago.

 

28.-Don Alonso Ramírez Ponce, racionero en la santa iglesia de México y capellán del señor rey don Carlos II.

 

 

BODONAL

 

1.-Fray Benito del Bodonal, religioso perfectísimo, y gran imitador de su seráfico patriarca; ayunaba sus siete cuaresmas y los viernes y sábados del año a pan y agua. Vivió en la religión ochenta años, y los de su edad llegaron a 105.

 

2.-Fray Juan del Bodonal, lego, muy ejercitado en virtudes y excelente en la caridad con los pobres. Después de muchos años difunto, hallaron su cuerpo entero y reciente.

 

3.-Fray Juan de San Miguel, en la misma seráfica provincia de San Miguel que murió en el convento de Zafra, con crédito de santidad.

 

 

VILLAGARCÍA

 

Fueron naturales de esta villa:

 

1.-El eminentísimo cardenal Silíceo, Arzobispo de Toledo y su sobrino…

 

2.-Don Francisco Silíceo, abad de Santa Leocadia, dignidad y canónigo en la iglesia primada. El primero costeó y dotó con seis capellanías de renta competente en la parroquia de dicha villa, al lado de la epístola, donde habiendo dotado otra capellanía se mandó enterrar el segundo, su sobrino referido.

 

 

FREGENAL

 

Naturales de Fregenal han sido los siguientes:

 

1.-Alonso de Paz, cuyo testamento fue tan cristiano y bien dispuesto que el señor rey don Felipe II gustó de leerle. En él declara que tenía de renta seis cuentos cuatrocientos y treinta mil maravedís que hacen ciento ochenta y nueve mil ciento diecisiete reales castellanos y veintidós maravedís. Fundó con ellos el colegio de la compañía y el convento de la paz, con otras obras de piedad, a conveniencia de sus parientes y patricios.

 

2.-Su nieto don Alonso de Paz, caballero de la orden de Santiago, colegial de la real universidad de Granada, caballerizo de la reina y patrono de todas sus memorias.

 

3.-El padre fray Francisco de Fregenal, descalzo y…

 

4.-El siervo de Dios fray Francisco de Santiago, observante de San Francisco, bien celebrados en las crónicas.

 

5.-Don Francisco Rodríguez, deán de la catedral de Michoacán. Fundó cuatro capellanías que se sirven en su patria.

 

6.-Licenciado Juan Pérez Garrido, canónigo en la colegial de Jerez de la Frontera. Dejó para sus parientes una obra pía.

 

7.-Licenciado Juan Martínez de Villalobos, canónigo de Sevilla. Fundó otras obras pías.

 

8.-Fray Francisco Peña, lector jubilado en la orden de San Francisco y Provincial en la de San Miguel.

 

9.-Doctor don Diego de Olmedo y Liaño, colegial en Santa María de Jesús de Sevilla y canónigo doctoral en esta iglesia. Fundó dos capellanías para sus parientes.

 

10.-Doctor don Fernando de Paz Fajardo, colegial de la real universidad de Granada, provisor de este obispado y del de Coria, capellán de Su Majestad en la Real capilla de Granada, canónigo de la colegial de Antequera y prior en la catedral de Guadix.

 

11.-Don Francisco Fajardo, visitador del arzobispado de Sevilla y calificador del Santo Oficio de la Inquisición.

 

12.-Don Lucas Fajardo Melgarejo, corregidor de Ayamonte y alcalde de la justicia de Sevilla. Pasó al estado eclesiástico y fue visitador general de este obispado my gobernador del estado de Medina Sidonia.

 

13.-Don Alonso de Sotomayor, sargento mayor

 

14.-Don Francisco Carvajo de Prado, familiar del Santo Oficio y capitán de caballos.

 

15.-Juan Mateos Candilejo, capitán de infantería.

 

16.-Licenciado don García Bazán, comisario general y superintendente de las rentas reales de esta provincia, del Consejo de Su Majestad en la audiencia de Sevilla, corregidor de Badajoz y presidente de Granada, año de 1701.

 

17.-Su hermano don Juan Bazán, alcalde de corte, del Consejo Real de Hacienda y enviado extraordinario a la República de Génova.

 

18.-Don Alonso de Amaya, auditor de infantería y teniente de comisario general en este ejército.

 

19.-Don Alonso de Castilla Tinoco, corregidor de Tarifa.

 

20.-Padre Francisco de Figueroa, de la Compañía de Jesús, visitador de las provincias de México. Volviendo a España tuvo el puesto de asistente en Roma y, concluido con desempeño este preeminente encargo, enriqueció el colegio de su patria con insignes reliquias, y entre ellas las preciosísimas de una espina de la corona de nuestro redentor Jesucristo y un pedazo del Lignum Crucis.

 

21.-Padre fray Melchor de San Lorenzo, de la orden de San Gerónimo, había estudiado en Salamanca los sagrados cánones y, graduado en ellos, vistió la beca en el mayor de Cuenca y dejándolo todo por Dios, trató de retirarse a la religión.

 

22.-El eruditísimo Benedicto Arias Montano, conocido por sus escritos en toda Europa y en toda la iglesia. De la orden de Santiago y capellán de honor del señor rey don Felipe el Prudente. Estudió gramática, artes y teología en Sevilla, perfeccionose y tomó grado de doctor en Alcalá, y adquirió perfectamente las lenguaas hebrea, griega, siria y arábiga. Hallose con don frey Marín Pérez de Ayala, obispo de Segovia en el santo Concilio de Trento, cuyos padres hicieron estimación de su literatura, erudición y noticias. Sacole el rey del retiro que había elegido, junto a Aracena de Sevilla, no muy distante de su patria, para que asistiese en Flandes con otros varones que Su Majestad había escogido de suma erudición para hacer una Biblia Regia. Perfeccionada, Su Majestad le gratificó este trabajo con dos mil ducados de renta en pensiones y la encomienda de Nuestra Señora de Tudía que, dicen, incorporó y perpetuó en los conventuales de Santiago de Sevilla. Y siendo prior en su convento, murió en 1 de junio de 1611. Allí dejó su librería y en la Cartuja sus alhajas. Instituyó una cátedra en Nuestra Señora de los Ángeles, sierra de Aracena. No bebió vino ni comía más de una vez al día y era por la noche. Los días de fiesta, sin interrumpir sus estudios, se divertía en hacer versos, en que fue copioso y elegante, y aun tradujo en metro latino los salmos de David. Comentó los doce profetas, Isaías, los Actos de los Apóstoles, el Apocalipsis, los Jueces, Josué. Elucidó loss cuatro evangelios, escribió nueve libros de las antigüedades judaicas, historia del linaje humano, de la vida de Cristo, idiotísimos hebreos, con otras cosas de curiosidad, figuras de ambos testamentos, la Pasión de Cristo, cuatro libros de himnos y poesía sagrada, cuatro libros de retórica, índice correctorio de libros, aforismos sacados de Cornelio Tácito. Supo sobre las referidas lenguas toscana, francesa, alemana, flamenca, inglesa y otras. Escribió otras obras que alega el erudito don Nicolás Antonio en su Biblioteca Hispana.

 

HIGUERA

 

1.-Don Francisco de Ávila, caballero de la orden de Santiago y alguacil mayor de la Inquisición de Lima.

 

BURGUILLOS

 

Naturales:

 

1.-Alonso Hernández Fernández de Segura, canónigo de la Santa Iglesia de Salamanca y fundador del convento de monjas que hay en dicha villa y de otras obras pías.

 

2.-Don Cristóbal de Mesa, maestreescuela en esta iglesia catedral.

 

3.-Miguel de Mesa

 

4.-Hernando de Mesa y…

 

5.-Francisco de Mesa y Segura, todos canónigos en Badajoz.

 

6.-Francisco de Toro, canónigo de Coria.

 

7.-Pedro Tinoco, racionero de Toledo y…

 

8.-Fray Francisco, de los Descalzos de San Francisco, provincial en la de san Gabriel.

 

 

JEREZ

 

1.-Don Alonso de Vargas, capitán general en Aragón.

 

2.-Don Juan de Silva, gobernador y capitán general en Filipinas.

 

3.-Don Gabriel de Silva, de la orden de San Juan, gobernador de la isla de Ternate.

 

4.-El capitán Pedro Rosado.

 

5.-Licenciado Sotomayor, colegial de Cuenca.

 

6.-Doctor Valcárcel, alcalde de corte en Granada y Valladolid.

 

7.-Don Agustín de Silva, gobernador de Puerto Rico, caballero de la orden de Alcántara y familiar del Santo Oficio de la Inquisición, hermano de…

 

8.-Don Fernando de Silva y Figueroa, alcalde mayor perpetuo de Jerez.

 

9.-Don Juan de Silva y Figueroa, su hijo, caballero de la Orden de Santiago.

 

10.-Don Antonio de Laguna, de la orden de Alcántara, y comendador de Piedrabuena.

 

11.-Baltasar Bravo de Lagunas, caballero de la Orden de Santiago.

 

12.-Don García de Porres y Silva, colegial del maestrazgo de Cuenca, caballero de la orden de Santiago, catedrático de Vísperas de Cánones en la universidad de Salamanca y del Consejo Real de Castilla. Su hermano…

 

13.-Don Pedro de Porres, de la misma orden, corregidor de Logroño y Écija.

 

14.-Licenciado don Fernando de Alor, inquisidor apostólico en el tribunal de Llerena.

 

15.-Don Pedro Baltasar de Vargas y Mexía, caballero de la orden de Santiago y colegial del mayor de Cuenca.

 

16.-Don García de Porres, caballero de la orden de Santiago, y capitán de caballos de este ejército.

 

17.-Fray Alonso Pacheco de la orden de San Francisco, comisario en Indias y provincial en la provincia de Santiago.

 

18.-Fray Diego Enríquez, de la misma orden, provincial en la de San Gabriel.

 

19.-Fray Diego Blanco, provincial en la misma provincia.

 

20.-Fray Pedro Ardila, de los mismos descalzos, varón que pondera su crónica de muy virtuoso.

 

21.-Licenciado Francisco de Chávez, familiar del Santo Oficio de la Inquisición, provisor de este obispado, abad de la colegiata de Zafra.

 

 

HIGUERA DE VARGAS

 

1.-El padre Pedro Gómez, de la Compañía de Jesús, cumplido a satisfacción de sus superiores el encargo de fundar en las islas Terceras un colegio, pasó de ellas, conseguida la licencia, y encendido en ardiente celo de la mayor gloria de Dios y bien de las almas, al Japón, donde con copiosísimos frutos espirituales que cogió de ellas, y de la suya en dieciséis años que cultivó sus conciencias con su admirable dirección y publicación de la Divina palabra, siendo en los diez últimos años superior y vicario provincial de todos aquellos celosos y apostólicos obreros. Murió en el de 1600.

 

2.-Don Alonso de Alvarado y Tordoya, canónigo de esta Iglesia.

 

3.-Fray Andrés de la Higuera, murió con opinión de santidad, como lo refiere la crónica de su provincia descalza de San Gabriel libro 3º, cap. 31.

 

 

SERPA

 

1.-Don fray Francisco Cuaresma, de la orden de San Francisco, provincial de los Algarbes, obispo de Tanger y Ceuta y…

 

2.-Don fray Antonio de Serpa, de la misma orden, de la provincia descalza de la Piedad, obispo de Cochin en el oriente.

 

3.-San Proculo y…

 

4.-San Hilarion Mártires, como lo acuerda con otros graves anticuarios el Martirologio Romano, en 12 de julio.

 

MORA

 

Fueron naturales de esta villa:

 

1.-San Julián que en la persecución de Domiciano con Dativo, Vicencio, Esteban, Máximo y otros veinticinco compañeros padeció martirio en Aguas Quincianas de Galicia, a 27 de enero del año 95 primero del santo pontífice Anacleto.

 

2.-Don fray Baltasar Limpo, arzobispo de Braga, y…

 

3.-Fray Juan Méndez, de la orden de San Francisco, provincial en la de San Miguel.

 

 

VILLANEVA DEL FRESNO

 

1.-Don Pedro Portocarrero, hijo de don Pedro Portocarrero y doña Juana de Cárdenas, marqueses de Villanueva, obispo de Ciudad Rodrigo, y pasó al arzobispado de Granada, aunque murió sin haber entrado en su iglesia, año de 1526.

 

2.-Otro de los mismos nombres y casa, obispo de Cuenca, año de 1599.

 

 

OLIVA

 

1.-El doctor Francisco Matamoros, gran médico, catedrático de medicina en la universidad de Osuna, y de la cámara del señor rey don Felipe IV.

 

2.-Fernando Antonio de Boza, capitán y familiar del Santo Oficio.

 

3.-Martín Vázquez Montiel y…

 

4.-Francisco Montiel, capitanes en el descubrimiento de las Indias.

 

5.-Don Bartolomé García Cordero, canónigo del Sacromonte de Granada, magistral de Badajoz, confesor del Real convento de la Encarnación de Madrid y calificador del supremo Consejo de la Inquisición. Murió de edad de 47 años.

 

 

ALCONCHEL

 

1.-Fray Francisco de Alconchel, provincial de la Piedad, reino de Portugal, y uno de los primeros fundadores de la provincia.

 

2.-Fray Pedro de Alconchel, provincial en la de San Gabriel.

 

3.-Fray Francisco de Molina, en la misma provincia y…

 

4.-Fray Alonso de Alconchel, todos franciscanos descalzos, de cuyos grandes talentos y virtudes hacen memoria las crónicas de dichas provincias.

 

 

VILLANUEVA DE BARCARROTA

 

1.-El adelantado Hernando Méndez de Soto, conquistador del Perú, gobernador y capitán general de la Florida, caballero de la Orden de Santiago; hombre tan grande y de hechos tan heroicos que hay libros enteros de sus empresas.

 

2.-Fray Luis de Soto, de la Orden de Santo Domingo, conquistador espiritual de aquellos indios.

 

3.-Fray Gonzalo Venegas, de la orden de San Francisco, lector jubilado y custodio y definidor de la provincia de San Miguel y calificador del Santo Oficio de la Inquisición.

 

4.-Licenciado Gonzalo Mexía Lobo, fiscal de la inquisición de Cuenca e inquisidor de Canarias y México, donde murió en 17 de octubre de 1627. Declaró en su testamento ser hijo de Pedro Mexía Méndez y (de) doña Beatriz González Lozano, vecinos de Barcarrota, y manda que sus sucesores sean trasladados a la capilla que fundó.

 

5.-El capitán Jorge Mexía, su hermano, en dicha villa.

 

6.-Don Pedro Mexía, canónigo de esta iglesia de Badajoz.

 

7.-Francisco Pérez de San Juan, Caballero de la Orden de Santiago, capitán de caballos en este ejército.

 

8.-El siervo de Dios fray Diego Milano, cuyas virtudes realza mucho la crónica de su orden.

 

9.-Fray Diego de San Nicolás, provincial de los Descalzos de San Gabriel, hombre verdaderamente celoso de la perfección y pureza de su instituto.

 

10.-Fray Lorenzo de Villanueva, de la misma provincia, varón penitente y que impelido del celo de la salvación de las almas pasó a las Indias.

 

11.-Isabel López, murió en opinión de mucha santidad.

 

 

OLIVENZA

 

Ha tenido esta villa (hoy de Portugal, y obispado de Yelves) muchos hombres ilustres en paz y en guerra. Y sus iglesias están llenas de sepulcros, inscripciones y memorias de nobles en calidad y oficios. De ella fue alcalde mayor Pedro Rodríguez de Fonseca por los años de 1384 a quien la reina doña Leonor Téllez de Meneses casó con doña Inés Téllez Botello, su dama y parienta. Fue señor de Mora, Fresneda, Castel, Rodrigo, Odemira, Saufel, Montalegre y San Román. Dejolo todo por seguir el partido de Castilla, en las pretensiones del maestre de Avis. En Castilla mle hizo el señor rey Juan I su aposentador mayor y guarda mayor de su persona y le dio las tercias de Badajoz que hoy gozan sus descendientes con la investidura de la merindad del Algarbe y villa de Alterdochaon, si se ajustase aquel derecho, pero la batalla de Aljubarrota quitó el logro de la posesión de aquellos estados.

 

 

VALVERDE DE BADAJOZ

 

1.-Fray Juan de Valverde, corista en la provincia de San Gabriel, murió mozo de mucha orden y pureza y…

 

2.-El siervo de Dios fray Juan de Cabrera, de la misma provincia, de cuyas virtudes escriben muchos los autores de su religión.

 

 

TELENA

 

1.-El siervo de Dios fray Domingo de Telena, descalzo de la provincia de San Gabriel, de cuyas virtudes trata su crónica, fol. 17.

 

 

CAMPOMAYOR

 

Fueron naturales de esta villa que pasó de este reino y obispado al de Yelves en Portugal.

 

1.-Don Alonso Mexía, obispo de Leiria, Lamego y Coimbra y…

 

2.-El padre Amadeo y su hermana la viuda, doña Beatriz de Silva.

 

 

ALBURQUERQUE

 

1.-Don fray Bernardo de Alburquerque, obispo de Chiapas.

 

2.-Don fray Juan de Alburquerque, obispo de Goa.

 

3.-Fray Juan Bejarano, de la orden de San Gerónimo, predicar del señor rey don Felipe II.

 

4.-Don Francisco de Amaya, tesorero dignidad en esta iglesia.

 

5.-Fray Agustín de Alburquerque, de la orden de San Agustín, provincial de Filipinas.

 

6.-Fray Bartolomé de Alburquerque, descalzo de San Francisco y provincial.

 

7.-Fray Diego de Alburquerque, mínimo de San Francisco de Paula, provincial de Andalucía.

 

8.-Don Juan Alonso Bustamante, caballero de la orden de Santiago, gobernador y capitán general de la provincia de Arequipa.

 

9.-Licenciado Gómez Hidalgo, del Consejo de Su Majestad, fiscal en la audiencia de Guatemala.

 

10.-Pedro Gómez de Espinosa, fundó una obra pía para casar huérfanas.

 

11.-Don Diego Sarmiento, caballero de la orden de Santiago, señor del Valle de las Hachas, en Galicia. Dio felices partos de su ingenio en verso y en prosa.

 

12.-Bartolomé del Pilar, comendador en la orden de Jesucristo.

 

13.-Don Pedro de la Rocha, capitán de caballos corazas en este ejército.

 

14.-Don Francisco de la Rocha, caballero de la orden de Santiago, su hijo.

 

15.-Doctor don Juan de Bustamante, maestreescuela y canónigo en esta iglesia y notario del Santo Oficio de la Inquisición.

 

16.-Licenciado don Feliciano Gallego de Frías, gobernador de Brozas y Castro Torafe.

 

17.-Licenciado don Pedro de Meneses, oidor en Lima.

 

18.-Licenciado don José Tello de Meneses, oidor en Santo Domingo y Guadalajara, alcalde de corte en México y oidor de Chile.

 

19.-Don Martín de Rojas y Durán, capitán de infantería.

 

20.-Francisco Martínez, capitán de caballos en este ejército.

 

21.-Pedro de Alburquerque, racionero en la santa iglesia de Sevilla

 

 

ROCA

 

1.-El reverendísimo padre fray Diego de Cáceres, del orden de San Gerónimo, lector de teología en Salamanca y general de su religión. Varón muy docto y virtuoso. Escribió muchas y lucidas materias escolásticas y expositivas.

 

2.-Fray Alonso del Manzanete, de la provincia de San Gabriel, de cuyas selectas virtudes trata su crónica, fol. 526.

 

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

 

(Introducción y transcripción)