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Historia de España

PROGRAMA DE LAS VIII JORNADAS DE HISTORIA DE ALMENDRALEJO Y TIERRA DE BARROS

PROGRAMA DE LAS VIII JORNADAS DE HISTORIA DE ALMENDRALEJO Y TIERRA DE BARROS

TRES CENTENARIOS: TEATRO CAROLINA CORONADO, CERVANTES Y RUBÉN DARÍO

Viernes 18 de noviembre de 2016 (tarde)

 

16:00 Recepción de asistentes. Entrega de documentación (Centro Cívico de Almendralejo, salvo que se exprese otro lugar).



16:30 Inauguración Oficial de las Jornadas.



16:45 Ponencia 1: “La restauración del Teatro Carolina Coronado. Reconciliación de un edificio con la ciudad”, por don Vicente López Bernal, Arquitecto



17:45 Café



18:00 Comunicaciones. Sesión I: Teatro y cultura.

 

Sábado, 19 de noviembre de 2016 (mañana)



10:00 Ponencia 2: "Personajes y programas cervantinos en el arte extremeño", por don Francisco Javier Pizarro Gómez, Director de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes.



11:00 Café



11.15 Comunicaciones. Sesión II: El Tiempo de Cervantes en Extremadura.



Debate.



14:00 Almuerzo (se indicará más adelante el lugar y precio)

 

Sábado, 19 de noviembre de 2016 (tarde)



16:30 Ponencia 3: “Huellas extremeñas de Rubén Darío”, por don José Luis Bernal Salgado, Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Extremadura / Académico de la Real Academia de Extremedura de las Letras y las Artes.



17:30 Comunicaciones. Sesión III: Las letras extremeñas en la época modernista



Debate.



18:45 Café



19:00 Comunicaciones: Sesión IV: Tema libre (I).



Debate.



20:30 Concierto: LUNA DE PONIENTE.

Mamen Navia, acompañada por un grupo de músicos, interpreta poemas de Carolina Coronado y otros poetas extremeños e hispanoamericanos. (Teatro Carolina Coronado).

 



Domingo, 20 de noviembre de 2016 (mañana)



10.00 Traslado de los congresistas a Salvatierra de los Barros



11.00 Casa de la Cultura: Ponencia 4: “Alfarería tradicional de Salvatierra de los Barros en el tiempo del Quijote”, por don José Ángel Calero Carretero y don Juan Diego Carmona Barrero, de la Asociación Histórica de Almendralejo.



Debate



12.15 h Visita guiada a la localidad de Salvatierra de los Barros y al Museo de Alfarería



14.00 Acto de Clausura.

 



Ponencias VIII Jornadas

Alfarería tradicional de Salvatierra de los Barros en tiempos del Quijote, por José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

 

Huellas extremeñas de Rubén Darío, por José Luis Bernal Salgado

La restauración del Teatro Carolina Coronado. Reconciliación de un edificio con la ciudad, por Vicente López Bernal

 

Personajes y programas cervantinos en el arte extremeño, por Francisco Javier Pizarro Gómez

Comunicaciones VIII Jornadas

La Fuente del Maestre a fines del Antiguo Régimen, por Teodoro Martín Martín

LXXX años de Hermandad en la vida cofrade de los almendralejenses, por Antonio Rodríguez Rol

 

Pedro González Torres y el Teatro Carolina Coronado de Almendralejo en vida de su fundador, por Francisco Zarandieta Arenas

 

La compra-venta de esclavos en Tierra de Barros (siglos XVI al XVIII), por Esteban Mira Caballos

 

Publicaciones regionalistas de Don Antonio Elviro Berdeguer, por Juan Carlos Monterde García

 

Salvatierra de los Barros en la segunda mitad del siglo XVIII. Economía y sociedad, por José Antonio Ballesteros Díez

 

Cervantes y el Quijote en la Filatelia Española de comienzos del siglo XX, por Miguel Ángel Amador Fernández

 

Volver a los pupitres: el Centro de Educación Permanente de Adultos San Francisco de Almendralejo (1970-1980), por Isabel Collado Salguero

 

El cine de una época en Almendralejo (1933-1947) y la vinculación del antiguo Palacio de Justicia con el Teatro Cajigal, por María Luisa Navarro Tinoco

 

Francisco Valdés lee a Rubén Darío: apuntes sobre su prosa crítica, por Guadalupe Nieto Caballero

 

Regionalismo extremeño y su influencia en los autores extremeños en la literatura de principios del siglo XX. Una puesta en común, por Pedro Manuel López Rodríguez

 

Espacios de ocio y sociabilidad en Almendralejo (1830-1850), por Carmen Fernández Daza Álvarez

 

Felipe Trigo, un modernista europeo, 150 años después, por Víctor Guerrero Cabanillas

Datos para la biografía de Jaime Graño y Graño, médico titular de Salvatierra en el siglo XVIII, por Miguel Ángel Amador Fernández

 

El contencioso del duque de Feria y Medinaceli contra los planes beneficiales de las iglesias de las villas del marquesado de Villalba, por Joaquín Castillo Durán

 

El Puente del Cardenal sobre el Tajo. Nuevas aportaciones históricas, recomposición de 1855, por Francisco Javier Cambero Santano

 

Gobernar la villa en la Edad Moderna. Elecciones y candidatos en Salvatierra de los Barros, por José María Moreno González

 

Estudio y catalogación de la sección colonial existente en la casa-museo Guayasamín de Cáceres, por Alicia Díaz Mayordomo

El convento franciscano de Santa María de Jesús de Salvatierra de los Barros visto desde las nuevas tecnologías, una ventana al pasado, por Juan Diego Carmona Barrero y José Ángel Calero Carreter.

LA DEFENSA TERRESTRE DEL IMPERIO HABSBURGO

LA DEFENSA TERRESTRE DEL IMPERIO HABSBURGO

        Desde tiempos de Carlos V, el Imperio de los Habsburgo alcanzó unas dimensiones realmente indefendibles, con tres frentes bien diferenciados: el europeo, el americano y el africano. No había en esos momentos medios humanos, técnicos ni económicos para garantizar la defensa de decenas de miles de km2  repartidos entre los cuatro continentes conocidos. Sus compromisos militares para defender su integridad territorial provocaron un incremento de la actividad militar que tuvo un altísimo coste humano y financiero. Una lucha en la defensa de su imperio, tanto en las Indias como en Europa, especialmente en los Países Bajos y en los frentes italiano, francés y alemán. 

        La defensa terrestre de la Península Ibérica tendría como puntal básico la fortificación del litoral. Se trataba de una extensa franja de una anchura de veinte leguas donde habría toda una red de plazas estratégicas, bien abaluartadas y con personal suficiente para garantizar su defensa, todo ello con el apoyo de las tropas de las Guardas de Castilla. Ya Jerónimo Castillo de Bobadilla, en el siglo XVI, destacó a necesidad de fortificar bien las principales plazas españolas tanto para contrarrestar las guerras civiles interiores como para frenar el odio que las demás naciones tienen a su gran imperio. El sistema se completaría con una red de atalayas y torres a lo largo de la costa que cumplían una labor estrictamente de vigilancia, controladas por las Guardas de la Mar. Este cuerpo estaba integrado tanto por los guardas de las atalayas como por jinetes atajadores que recorrían diariamente el trecho comprendido entre un puesto de vigilancia y otro.

        El amplísimo programa de fortalezas llevado a cabo durante el reinado de Felipe II, no tenía precedentes en la historia, levantando baluartes defensivos en todos los confines del Imperio. Un caso extremo y por ello representativo es la construcción, a partir de 1585, de la fortaleza de San Felipe, en la isla de Santiago, en el archipiélago de Cabo Verde, con el objetivo de proteger la ruta del comercio de esclavos.

        Ahora bien, las fortalezas del interior peninsular y aquellas costeras que no fuesen estrictamente imprescindibles quedarían abandonadas a su suerte. De ahí que muchos castillos, fortalezas, murallas y atalayas de la España interior, que habían perdido su utilidad estratégica, entrasen en ruinas en la misma época moderna. Y es que no había ninguna potencia en aquella época que pudiese mantener una red defensiva tan extensa. Había que optar por mantener las estrictamente operativas, fundamentalmente las ubicadas en la costa, cuyas infraestructuras mejoraron desde la segunda mitad del siglo XVI, y algunas plazas claves en el interior. En las fortalezas estratégicas se pondrían todos los esfuerzos, siendo descomunal la inversión en infraestructuras defensivas durante el reinado de Felipe II. Para el abaluartar las principales fortalezas costeras se contrataron los servicios de ingenieros extranjeros de la talla de Francesco di Marchi, Felipe Terzi, João Nunes, Juan Bautista Calvi, Cristóbal de Rojas y sobre todo los hermanos Juan Bautista y Bautista Antonelli. Ellos fueron los responsables de visitar los principales baluartes y planificar la mejora de sus defensas.  Pese a los esfuerzos, las dificultades para su mantenimiento y para el abono de los salarios fue un problema recurrente a lo largo de toda la Edad Moderna.

        La estrategia de los Habsburgo en el Mediterráneo fue fundamentalmente defensiva, incluyendo en ellas la toma de Túnez (1538) o la batalla naval del golfo de Lepanto. Es cierto, por un lado, que se perdieron plazas como Vélez de la Gomera (1522), Argel (1529) o Bujía (1555) y, por el otro, que los corsarios se atrevían a asaltar con éxito lo mismo Gibraltar (1529 y 1543), que Cádiz (1596). La defensa de esta última ciudad requería solo en mantenimiento de sus estructuras defensivas y de personal una inversión de más de 100.000 ducados anuales y aun así, nunca estuvo garantizada su seguridad frente a los enemigos. Tal era el coste que tenía su defensa que a finales del siglo XVI, se llegó a plantear incluso su abandono, pasando su población al Puerto de Santa María.  Obviamente, la propuesta no prosperó, pero nos da una idea exacta de las dificultades defensivas de un Imperio que sufría el acosó incluso en sus propias fronteras peninsulares. No obstante, todos estos contratiempos no dejaban de ser pequeñas derrotas dentro de una gran batalla global que tuvieron controlada los Habsburgo durante un siglo y medio. Que pudieran atacar Cádiz, Mahón, o el castillo de Salobreña no era más que una anécdota, teniendo en cuenta que los turcos ocuparon Hungría y estuvieron a punto dos veces de tomar Viena, lo que les hubiese abierto las puertas de Italia. Insisto, en general, la estrategia defensiva del Mediterráneo funcionó y prueba de ello es que España conservó intactos casi todos sus territorios en los siglos XVI y XVII.

        En cuanto a las Guardas de Castilla, originalmente llamadas Guardas Viejas, constituyeron un cuerpo de a pie y de a caballo, creado por los Reyes Católicos el 2 de mayo de 1493, y que era algo así como un pequeño ejército profesional permanente. Aunque en sus orígenes su misión era exclusivamente la defensa del territorio peninsular, ya en tiempos del Emperador Carlos V extendieron su campo de acción ocasionalmente a todos territorios del imperio, como Perpiñán, el norte de África e incluso Italia. En general, fueron el complemento idóneo de los soldados ubicados en las fortalezas, siendo las primeras fuerzas de choque ante cualquier ataque enemigo. Y todo ello a pesar de que, como se reconocía en las propias ordenanzas de 1573, su número era insuficiente, estaban mal retribuidos y peor equipados.

         La defensa terrestre de la Península se completaba con un número difícil de precisar de hombres de reserva, para casos de extrema urgencia, procedentes de las levas de milicianos que los municipios de realengo, los propietarios de señoríos jurisdiccionales y las órdenes militares estaban obligados a aportar, cada vez que el soberano lo solicitara. También los caballeros y aristócratas, estaban obligados a acudir armados cuando fuesen requeridos. Incluso, había prelados, como el obispo de Toledo, con señorío territorial, que también contribuía con un número de hombres armados. Había una milicia general de interior para acudir en ayuda de las zonas costeras en situaciones de emergencia, y una milicia local o compañías de socorro, formadas por vecinos de la costa para la defensa de su propio territorio. Dado que su recluta y organización dependía de los propios concejos, ésta recibía distintos nombres: batallones de milicias de voluntarios de Granada, compañías de socorro de la ciudad de Almería o la milicia local de Málaga, en unos casos formadas por voluntarios y en otras por reclutas forzosos.  En un interesante documento, fechado en 1632 y extractado por José Contreras, se cifraba el número de hombres de armas que podían acudir a la milicia en la franja de veinte leguas de los territorios de la Corona de Castilla –desde el País Vasco a Murcia- en 197.443 hombres. No estaba mal, pero una cosa era la teoría y otra la práctica. A la hora de la verdad, muchos trataban de escabullirse, no acudiendo a los llamamientos, mientras que otros carecían de cualquier formación militar y, en ocasiones, no disponían ni tan siquiera de un arcabuz. Así ocurrió en un alarde realizado en Almería en enero de 1621, pues la mayoría de los vecinos acudieron desarmados y solo unos pocos llevaron un arcabuz de mecha. El cabildo adquirió de inmediato medio millar de armas de fuego para repartirlos entre los reclutas. Lo cierto es que estas milicias estaban siempre a expensas de la improvisación y su nivel de preparación por lo general era muy deficiente.

        Había municipios donde el alistamiento era obligatorio por parte de todos los vecinos con capacidad para empuñar un arma, y otros, en los que éste era voluntario. Bien es cierto que en el siglo XVI muchos de los enrolados eran hidalgos bien armados que veían en el servicio militar una forma de obtener mercedes. Sin embargo, desde finales de dicha centuria, se perdió el ardor guerrero de la reconquista, la sociedad se desarmó y la milicia se desprofesionalizó. Y no era para menos; en unos reclutamientos realizados en varias ciudades de Castilla entre 1592 y 1599 cada soldado cobraba 34 maravedís diarios, menos de la mitad que un jornalero que recibía unos 83. Los quintos eran ya de baja extracción social, mal formados, mal equipados y levados de manera forzosa.

        El descenso del número de reclutas en Castilla unido a la delicada situación económica de la Corona, los dos males endémicos de la época de los Austrias, tuvieron dos consecuencias indeseables para la defensa: en primer lugar, se generalizó la venalidad, es decir, la venta de todo tipo de cargos militares. Así, hasta mediados del siglo XVI, la selección de los altos militares se hacía en función al mérito y tras haber ascendido en el escalafón, desde esta época los altos cargos se entregaban, bien a cambio de una cantidad de dinero, o bien, bajo el compromiso de entregar, armar y mantener un contingente de soldados. Por poner un ejemplo, ya el 29 de abril de 1558 se vendió la alcaidía de Carmona a don Fadrique Enríquez de Ribera por 30.000 ducados, cargo que ostentaron posteriormente sus herederos y que, por supuesto, sirvieron a través de tenientes. Evidentemente, la ruptura desde mediados del siglo XVI del sistemática meritocrático para lograr un ascenso provocó una disminución drástica de la efectividad de las tropas hispanas. Y en segundo lugar, se decidió paliar las necesidades de numerario, exigiendo más contribución económica y humana a los territorios periféricos.

        En general, en la defensa peninsular hubo improvisación, deficiente formación de las reclutas, escaso número, retraso tecnológico en el armamento y deficiencias en las fortalezas y en el número de hombres destinados en ellas. Pero, no es menos cierto, por un lado, que consiguieron mantener íntegro el territorio peninsular y, por el otro, que el esfuerzo continuado a lo largo de siglos fue verdaderamente ingente, titánico, colosal.

        Una buena parte del grueso de los recursos se dedicaban a pagar los Tercios de Infantería, cuerpos de una amplia capacidad de acción que combatían fuera de la Península Ibérica. Las Ordenanzas de Génova de 1536 regularon formalmente esta arma de infantería en cuatro unidades, a saber: Nápoles, Sicilia, Normandía y Málaga o Niza, prefiriendo entre sus integrantes a los españoles, que no en vano se reservaban en exclusiva los altos mandos. En total sumaban unos 20.000 efectivos de infantería más algunos artilleros y un millar de caballeros. Estos Tercios eran algo así como cuerpos de élite que asombraron a Europa por su eficacia y por constituir las primeras unidades militares europeas profesionales y permanentes. En cambio, las Guardas Viejas no pasaron nunca de ser un cuerpo militar mediocre, a pesar de que nunca fueron puestas a prueba seriamente. Con razón se suele decir que mientras la Península Ibérica era defendida con tropas poco cualificadas y mal armadas, la élite militar hispana –los Tercios- se dedicaban a las guerras que la monarquía mantenía en Europa. En cualquier caso, incluso estos cuerpos de élite que lucharon en Europa, fueron perdiendo la supremacía, por no aprovechar las innovaciones tecnológicas que usaban sus adversarios y por la escasez de recursos económicos que reducían el número de hombres disponibles.

         En lo referente a los territorios coloniales, el objetivo siempre fue que la defensa se costease de las rentas que cada uno de ellos producía. También Portugal, durante los años que estuvo anexionada a España, debía financiar su propia salvaguardia costera, así como sus presidios y armadas. Había territorios, como la isla de Cerdeña, que no ofrecían ingresos a la Corona porque todas sus rentas se gastaban en su propia defensa. Sin duda, un gran esfuerzo económico pero parecía coherente que la defensa de las colonias o del imperio portugués se financiase de sus propias rentas.

         Ahora bien, según el derecho medieval castellano sólo el monarca podía construir fortalezas y nombrar alcaides. Sin embargo, en el caso de las colonias americanas esta facultad fue delegada con frecuencia en capitanes generales y adelantados. En cuanto a la estrategia, hubo claramente una política de sostenibilidad del sistema: primero, solo se fortificarían los grandes enclaves coloniales, aquellos que eran estrictamente necesarios para garantizar el control de las remesas de oro y plata americana, cuya principal interesada era la misma institución. Y segundo, todas las colonias debían autofinanciarse, a través de impuestos propios. La mayor parte de estas fortificaciones y su sostenimiento se financiaron  del situado, es decir, de unas partidas de dinero de la hacienda real indiana que se destinaban a sufragar gastos de la administración colonial. Dicho numerario se uso con frecuencia para financiar la defensa, desde las construcciones militares a los salarios de los militares de las principales guarniciones. Aunque a fin de cuentas era dinero de menos que recibía la Corona tenía la ventaja de que evitaba la salida de capital de la Península, favoreciendo la autofinanciación de las colonias. Mediante el situado se financiaron las principales construcciones defensivas indianas, como las de Portobelo, Veracruz, o La Habana.  Gracias al propio metal precioso americano, se construyó a lo largo del siglo XVI una amplia red de plazas bien fortificadas. No obstante, el situado fue la principal fuente de financiación de la defensa pero no la única, pues también se destinó la sisa, un gravamen variable y eventual similar a un arancel que  los cabildos locales solían imponer a la entrada en la ciudad de algún producto.

         Hubo reclutas realizadas en Castilla para el envío a los presidios y fortalezas indianas, pero tan mal pagadas que muchos las aceptaban con el objetivo de desertar y obtener pasaje gratuito a las Indias. Por lo general, siempre adolecieron de guarniciones adecuadas para garantizar la defensa. Y ello ¿Por qué motivo? ¿Se desconocía la necesidad de soldados? ¿Se infravaloraba la ofensiva corsaria? Pues no, nada de eso, la necesidad de proteger tanto la Península como los territorios coloniales fue una de las mayores preocupaciones de la administración de los Habsburgo. El problema era simple y llanamente económico; el sostenimiento de amplias guarniciones militares en cada plaza era absolutamente inviable desde el punto de vista económico no sólo para el Imperio español sino para cualquier otra potencia de su tiempo. Por poner un ejemplo significativo, solamente el mantenimiento de un capitán y 50 soldados en la fortaleza de San Juan de Puerto Rico costaba más de dos millones y medio de maravedís. Asimismo, en 1590, se estimó que sólo en salarios se gastaría en el mantenimiento de una guarnición de poco menos de 300 hombres en la fortaleza de La Habana más de 13 millones de maravedís anuales, mientras que los 244 soldados destinados en las fortalezas de Cartagena costaban al fisco más de 8,5 millones. Y por poner un último ejemplo, los 409 soldados que había en la isla de Cuba en 1612 costaban a la hacienda pública más de 160 millones de maravedís, abonados del situado de Nueva España. Su alto coste provocó que muchas fortalezas indianas en la primera mitad del siglo XVI mantuviesen guarniciones inferiores al medio centenar de hombres. Con tan pobres destacamentos era imposible asegurar ninguna plaza, pues un solo galeón enemigo podía disponer de medio centenar de cañones y 600 hombres. Pero tan sólo el mantenimiento de este pequeño contingente de soldados en todas las ciudades y villas del Imperio habría supuesto un desembolso económico inasumible para la Corona. 

         Por todo ello, en el siglo XVI se pensó que la única forma viable de garantizar la defensa costera era movilizando a la población cada vez que las circunstancias así lo requerían. No es de extrañar que la mayor parte de la tropa estuviese formada por encomenderos y hacendados. Los primeros estaban obligados por ley a prestar contraprestaciones militares, es decir, debían poseer armas, y en los casos de encomenderos con más de medio millar de indios, caballo, y acudir tanto a los alardes como, en caso de ataque, a la defensa del reino. La no comparecencia podía acarrear, al menos en teoría, la pérdida de su encomienda. Por ejemplo, cuando a principios de 1523 se construyó la fortaleza de Cumaná, se destinaron 900 pesos al año como salario del alcaide, Jácome de Castellón y de una guarnición de ¡nueve hombres! Se entendía que se trataba de un retén de vigilancia y que, llegado el caso, debían ser las milicias locales quienes debían defender su propio territorio. Así, lo dispuso Hernán Cortés en sus ordenanzas militares de 1524, aunque sobre todo pensando en un posible alzamiento indígena. En el caso de Puerto Rico, la Corona compelía a los vecinos a que fuesen permanentemente armados y a caballo. En el importante enclave de Cartagena de Indias hasta después del asalto de Drake de 1586 no hubo ninguna guarnición militar. Ya en 1541, ante los rumores de un asalto corsario, el gobernador Pedro de Heredia se presentó en Cartagena y convocó un alarde en la plaza principal para que todos los españoles varones se presentasen con sus armas, los de a caballo a caballo y los de a pie, a pie. Ante la sorpresa del propio gobernador, muchos encomenderos ni siquiera acudieron al alarde, pese a que estaban obligados por ley. Por ello, el corsario francés Roberto Baal no tuvo problemas para asolar y saquear la ciudad con una pequeña escuadra compuesta por cuatro naves y 450 hombres. Pero, en las décadas posteriores la situación no cambio; Cartagena en esta época ni dispuso de fortalezas ni tampoco de guarnición militar. La defensa se confió exclusivamente a los vecinos quienes defendían la tierra, sirviéndoles además la posesión de arma y caballo como un elemento diferenciador de un alto status social. En la tardía fecha de 1650 la defensa de Jamaica se limitaba a medio millar de milicianos, encuadrados en seis escuadrones de infantería y uno de caballería, lo que facilitó su ocupación por los ingleses cinco años después. Con frecuencia estos hacendados, estancieros y dueños de ingenios acudían acompañados de su servidumbre, tanto indios como negros. Ya en la primera batalla naval de la Historia de América, librada en las costas de Nueva Cádiz de Cubagua, en 1528, varias decenas de canoas, una carabela y un bergantín se enfrentaron al galeón de Diego Ingenios que disponía de 45 cañones. Tras una dura resistencia en la que los flecheros indios causaron auténticos estragos, el corsario decidió retirarse en busca de objetivos más asequibles. La primera batalla naval indiana se decantó a favor del Imperio gracias a las tropas auxiliares indígenas.

         Para concluir, permítame el lector insistir en mi hipótesis: pese a las dificultades extremas por las que atravesó el Imperio, el sistema defensivo funcionó razonablemente bien. Y digo más, precisamente, y al contrario de lo que se suele decir, ese fue a mi juicio el mayor mérito de la España Imperial. Otra cosa bien distinta es que precisamente esos excesivos gastos militares a los que tuvo que hacer frente la monarquía, y que en parte pudo haber evitado, terminaron empobreciendo a los reinos peninsulares. Como escribió Antonio Miguel Bernal, las remesas de metales preciosos que pudieron emplearse en inversiones productivas, terminaron pagando los ejércitos de mercenarios que debía mantener en diversas partes del Imperio.

 

 

PARA SABER MÁS

 

ALBI DE LA CUESTA, Julio: “De Pavía a Rocroi. Los tercios de infantería española en los siglos XVI y XVII”. Madrid, Balkan Editores, 1999.

 

BERNAL, Antonio Miguel: “España, proyecto inacabado. Costes/beneficios del Imperio”. Madrid, Marcial Pons, 2005.

 

CALDERÓN QUIJANO, José Antonio: “Las defensas Indianas en la Recopilación de 1680”. Sevilla, E.E.H.A., 1984.

 

MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan: “Ejército y milicias en el mundo colonial americano”, Madrid, MAPFRE, 1992.

 

MIRA CABALLOS, Esteban: “Defensa terrestre de los reinos de Indias”, en Historia Militar de España (Hugo O’ Donnell, dir.), T. III, vol. I. Madrid, Ministerio de Defensa, 2012, pp.143-193,

 

-----“La relación coste/eficacia en la defensa de la España Imperial”, Revista de Historia MilitarNº 118. Madrid, 2015, pp. 111-146.

 

O`DONNEL Y DUQUE DE ESTRADA, Hugo: “Los hombres de armas de las Guardas de Castilla, elemento básico en la estructura militar de la España de Felipe II”, en La organización militar en los siglos XV y XVI. Málaga, 1993, pp. 43-47.

 

------ “Defensa militar de los reinos de Indias. Función militar de las flotas de Indias”, en Historia Militar de España (Hugo O’ Donnell, dir.), T. III, vol. I. Madrid, Ministerio de Defensa, 2012

 

PARKER, Geoffrey: “El ejército de Flandes y el Camino Español (1567-1659)”. Madrid, Alianza Editorial, 2006.

 

PI CORRALES, Magdalena de Pazzis: “Las Guardas de Castilla: algunos aspectos orgánicos”, en Guerra y sociedad en la Monarquía Hispánica, política, estrategia y cultura en la Europa moderna (1500-1700), T. I, Enrique García Hernán-Davide Maffi, edts. Madrid, 2006, pp. 767-785.

 

QUATREFAGES, R.: La Revolución Militar Moderna. El crisol Español. Madrid, Ministerio de Defensa, 1996.

 

THOMPSON, I.A.A.: Guerra y decadencia, gobierno y administración en la España de los Austrias, 1560-1620. Barcelona, Crítica, 1981.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

MENTIRAS DE LOS INGLESES SOBRE LA DERROTA DE LA ARMADA INVENCIBLE (1588)

MENTIRAS DE LOS INGLESES SOBRE LA DERROTA  DE LA ARMADA INVENCIBLE (1588)

         Es cierto que los ingleses ganaron a España la batalla de la información. Fueron ellos los que llamaron a la armada española “Invencible” y fueron ellos los que difundieron el estereotipo de que David había derrotado a Goliat. Pero estudiosos contemporáneos han desmentido esta circunstancia. De hecho, se enfrentaron 150 naves españolas contra 180 o 190 navíos ingleses. Pero descartando los buques auxiliares, España combatía con 65 galeones frente a más de un centenar de naves gruesas de la armada inglesa. Por tanto, primera mentira: era falso lo de la aplastante superioridad de la Armada Invencible.

            La armada española nunca fue derrotada directamente en su enfrentamiento con la inglesa. Un cúmulo de circunstancias, la mayor maniobrabilidad de los buques ingleses y varios errores tácticos propios nos llevó a esa derrota. Varias tormentas, ocurridas los días seis, diecinueve y veintidós de septiembre terminaron por desaparejar la armada. No pocos navíos se vieron obligados a arribar a puertos escoceses e irlandeses, corriendo los tripulantes una suerte muy dispar. Algunos fueron acogidos por familias escocesas y regresaron meses después a España pero la mayoría de ellos fueron robados y asesinados, mientras el resto de las naves sufrían hambrunas por falta de víveres, frío y epidemias. En total, de los ciento treinta buques regresaron sesenta y seis y de los treinta mil hombres embarcados tan solo diez mil. De poco sirve decir que la mayor parte de las pérdidas se produjeron por tormentas y accidentes no por combates. La improvisación con la que fue pertrechada, las indecisiones del Duque de Medina- Sidonia, la incompetencia de Alejandro Farnesio que incumplió gravemente las órdenes de abastecimiento de hombres y víveres en Calais, y los desastres atmosféricos convirtieron a la Invencible en uno de los mayores dramas de la historia naval española.

            Y lo peor es que la derrota no acabó ahí. Los ingleses aprovecharon la indefensión española para atacar los puertos de la Coruña, Lisboa y Vigo. Tal desastre obligó a Felipe II a preparar una nueva armada, tan contundente como la invencible, que si no acabó enfrentándose a la inglesa fue por la muerte del rey Prudente. Ahora bien, huelga decir, que la derrota se debió a un cúmulo de desgracias y no exactamente a la superioridad naval inglesa. De hecho, igual que la batalla de Lepanto no fue decisiva en el Mediterráneo, tampoco lo fue la de la Invencible en 1588. Aunque es cierto que no lograron el dominio en el Canal de la Mancha, no lo es menos que siguió dominando las rutas americanas, manteniendo su hegemonía hasta el final de la Guerra de los Treinta Años.

            Ahora bien, la historiografía inglesa vuelve a tergiversar cuando interpreta que esta derrota supuso el inicio de la decadencia de España y el inicio de la hegemonía naval inglesa. Nada más lejos de la realidad.  Huelga decir, que igual que la batalla de Lepanto no fue decisiva en el Mediterráneo tampoco lo fue la de la Invencible en 1588. Aunque es cierto que los ingleses lograron el dominio en el Canal de la Mancha, no lo es menos que España siguió dominando las rutas americanas, manteniendo su hegemonía hasta el final de la Guerra de los Treinta Años.

         Felipe II, desde el desastre de la Invencible, promovió un programa de reconstrucción de la armada, repartiendo derramas entre todos los corregimientos de España. Una década después del desastre de la Invencible el potencial náutico de España era similar al que existía en antes de 1588. En 1602, ya reinando su hijo Felipe III, una armada inglesa, capitaneada por Sir Richard Levenson, decidió atacar en mar abierto a la flota de la plata. Sin embargo, ésta venía bajo la protección de treinta galeones, los mismos que dejó recién construidos Felipe II. No consiguió capturar ni uno solo de los navíos, pues fue rechazo por el fuego artillero de los galeones españoles. Su mayor mérito fue conseguir huir sin apenas bajas, pues los galeones españoles se limitaban a proteger la plata del rey y rehusaban atacar a aquellas armadas nacionales o corsarias que decidían huir.

 

PARA SABER MÁS

FERNÁNDEZ DURO, Cesáreo: La Armada Invencible. Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1884.

 

GARRETT MATTIMGLY: La Armada Invencible. Madrid, Turner, 2004.

 

MIRA CABALLOS, Esteban: Las Armadas Imperiales. Madrid, La Esfera de los Libros, 2005.

 

ORTEGA Y MEDINA, Juan A.: El conflicto anglo-español por el dominio oceánico (siglos XVI-XVII). Málaga, Editorial Algazara, 1992.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

MÍSTICOS Y SANTOS: ¿DEVOTOS O ENFERMOS?

MÍSTICOS Y SANTOS: ¿DEVOTOS O ENFERMOS?

        La lectura de los libros de profesiones de los conventos es siempre gratificante y sorprendente sobre todo porque se trata de personas reales. Había cientos de estos libros manuscritos, tantos como conventos. Se trataba de dejar constancia de la vida edificante que habían llevado muchos de los moradores de esos cenobios. Yo tengo fotocopiados en mi casa varios de ellos, y su lectura siempre me impresiona.

        En este artículo no quiero ofrecer datos concretos sobre los conventos en los que profesaron por respeto, entre otras cosas porque algunos de ellos todavía subsisten en la actualidad. Por otro lado, quiero tratar el tema con todo mi respeto a unas personas que, seguramente equivocadas, llevaron hasta sus últimas consecuencias su creencia en la vida eterna y su amor por Dios. Bien es cierto, que he subrayado los casos más extremos, la mayoría simplemente se enclaustró entre cuatro paredes y dedicaron su vida a la oración o, en el caso de algunos frailes, al servicio a los más desfavorecidos.  

        Veamos algunos de esos casos; Como ya he dicho, algunos en ese afán de acercarse a Jesús no dudaban en lesionarse gravemente con un silíceo, en azotarse hasta sangrar, en ayunar durante días o en dormir en un ataúd para mostrar su desapego a la vida terrenal. Por ejemplo, el venerable fray Pedro de Barcarrota, se dice que a los cuatro años ya oía misa de rodillas con muchísima devoción y siendo muy joven tomó los hábitos. Pues destacan las crónicas su santidad porque sus ayunos, disciplinas y silíceos fueron continuos: “arrojábase a las ortigas y zarzas desnudo y estaba en cruz mucho tiempo”.

        Fray Diego de Almendralejo, le pidió al Señor el favor de que le enviase graves padecimientos para acercarse a él y éste se lo concedió: “dándole un tan recio mal de gota en todas las junturas de pies, piernas, manos y brazos, con tan intensísimos dolores que le postró en la cama más de doce años, haciéndosele en todas las junturas unos grandes tumores y torciéndosele las manos y pies. En tanta y tan larga enfermedad, siempre se vio en el bendito fray Diego una alegría espiritual, una tolerancia de mártir y unas continuas gracias a Dios por la merced que le hacía. Aseguró su confesor que en estos trabajos le regaló el Señor con favores y consuelos espirituales. En los últimos años le dio un tan grande hastío que no podía comer, ni pasar más que algunos pocos tragos de sustancia por lo que llegaron a persuadir a los frailes que solo le alimentaba y conservaba la vida el sacro santo manjar Eucarístico que recibía todos los días. Conoció la hora última y pidió los santos Sacramentos, que recibió con admirable devoción, entregado el alma a su criador un viernes en cuyos días sentía con más viveza la Pasión y Muerte de Nuestro Redentor, a veintisiete de febrero de 1604”.    

        Fray Juan de Guinaldo se mortificaba ayunando y azotándose. Cuentan las crónicas de su orden que su comida era “una escudilla de agua caliente en que humedecía unos pedazos de pan y otras veces solo comía de lo que se recogía de las sobras de los demás frailes”. Se disciplinaba más que nadie pues “traía a continuo un áspero silíceo”. En cuaresma entraba en el refectorio –el comedor- “desnudo del medio cuerpo arriba, cubierto de ceniza, azotándose cruelmente y otras veces arrastrando por la tierra, tirando de él otro fraile con una soga de esparto”.

        Con no menos saña se empleaba fray Antonio de Zafra a mediados del siglo XVII.  Se disciplinaba “hasta derramar la sangre y entraba en la oración, después caminaba de rodillas desde el coro hasta el altar mayor…En la misma postura, rodillas por tierra, bajaba a otro altar y puesto en él tomaba una calavera de un difunto que tenía prevenida y con la otra mano una piedra, con la cual se hería cruelmente. Doliéndose de sus pecados y pidiendo a Dios misericordia por ellos y por los de todo el mundo”.

        Y por citar el caso de una monja, Sor María de la Concepción, dormía en un ataúd colocado en el coro, para evidenciar a todos su desapego a la vida terrenal. Solo bebía caldo de pollo y algún pedazo de pan que remojaba en dicho plato. Murió a la edad de veintitrés años, consumida en sus huesos, totalmente entregada a Dios y conm reputación de santa.

        Uno de los síntomas más comunes de santidad que aparecen en todos los libros de profesiones es que estos religiosos de vida santa, cuando morían, en vez de desprender el hedor propio de la corrupción del cuerpo, emanaban “gratísimas fragancias”. En 1661 se enterró fray Antonio de Zafra y todos los presentes juraron que en el momento justo de su óbito “exhaló de sí tal fragancia que llenó de ella no solo el cuarto donde estaba, pero toda la enfermería y que era tal y de tan suave gusto que no hallaban olor en la tierra con quien compararle. Y que por mucho tiempo perseveró en él aquella suave fragancia”. Asimismo, el ya citado fray Pedro de Barcarrota, cuando murió el 20 de octubre de 1684 se cubrió la atmósfera de su habitación “de una nieblecita sutil y clara, exhalando tan suave fragancia que todos pasmaron al ver semejante maravilla”. Por cierto, que  cuando a los cinco años abrieron su sepultura se encontraron supuestamente su cuerpo incorrupto “y con la misma suave fragancia”.

        Mi reflexión, con todos los respetos, es la siguiente: ¿Eran simplemente creyentes radicales o había algo más? Leyendo la forma que algunos de ellos tenían de mortificarse para acercarse a los padecimientos de Jesús, yo pienso que algunos tenían alguna patología mental. Seguramente un psiquiatra podría hacer una tesis doctoral con los comportamientos de algunos de ellos.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

EL ALZAMIENTO FRANQUISTA PUDO HABER FRACASADO

EL ALZAMIENTO FRANQUISTA PUDO HABER FRACASADO

          Un día como hoy de hace ochenta años se producía el golpe militar en España que acarreó una cruenta Guerra Civil y una dictadura de más de tres décadas. Todavía hoy argumentar sobre ella provoca grandes recelos porque se mantiene viva la memoria de los vencedores y de los vencidos. Por ello, he pensado no entrar en la polémica y centrarme en un asunto muy concreto, absolutamente histórico y con pocas conexiones ideológicas.    

            Por supuesto, el origen de la guerra parte de una conspiración militar, con el beneplácito de los elementos más conservadores del país. En realidad, era el último gran coletazo de un largo enfrentamiento entre la España conservadora y la progresista que había provocado ya tres guerras civiles en el siglo XIX. La Republica quería reformar, y los conservadores estaban a la defensiva; el triunfo de la derecha en las elecciones de 1933 los tranquilizó, pero el acceso al poder del Frente Popular en 1936 desencadenó el fatídico golpe militar de trágicas consecuencias.  Es cierto que en el período que transcurrió entre febrero y julio de 1936 hubo una grave crisis de convivencia, así como detenciones ilegales de derechistas. Pero, como ha escrito Francisco Espinosa, no sabemos aún hasta qué punto las amenazas y los intentos de golpe de estado, que empezaron en 1931, provocaron reacciones violentas entre los republicanos para así obtener la cobertura ideológica necesaria para emprender el alzamiento definitivo. En la zona gubernamental, controlada por la República, se produjeron excesos y matanzas de inocentes. Sin embargo, la diferencia fundamental es que mientras estos desmanes fueron obra de personas o de grupos de incontrolados, los nacionales urdieron un plan sistemático de exterminio del adversario político. Y prueba de esta premeditación es que allí donde triunfaba el alzamiento, le seguía la represión, variando tan sólo la intensidad de la misma, dependiendo de las circunstancias.

            Entrando en materia, diremos que la Armada Española pudo haber abortado el golpe de Estado, pero fracasó por la pasividad del Almirante Miguel Buiza, jefe de la Flota Republicana en la Guerra Civil. Buena parte de la armada española permaneció fiel al gobierno democráticamente elegido por los españoles. En Cartagena estaba fondeada la flota cuando estalló el alzamiento. El buque insignia de la armada era el crucero Libertad, bonito nombre con el que rebautizó la República al buque botado en 1927 con el nombre de Príncipe Alfonso. Y junto a él estaban los cruceros El Cíclope, Miguel de Cervantes, Méndez Núñez, el acorazado Jaime I, los destructores Almirante Ferrándiz, Almirante Miranda, Almirante Valdés, Almirante Antequera, Ulloa, Gravina, Escaño, Lepanto y Jorge Juan, así como otros navíos de aprovisionamiento, lanchas cañoneras, patrulleras y algunos submarinos de la clase C-2. Otros estaban en proceso de reparación como los destructores Velasco, Alsedo y Churruca. La mayor parte de la armada de guerra española permaneció en poder de los republicanos.

            Estos efectivos pudieron poner las cosas muy difíciles a los alzados. Había navíos suficientes como para bloquear su llegada a la Península desde las islas Canarias y el norte de África. Varios barcos, entre ellos el Libertad y el Miguel de Cervantes, además del acorazado Jaime I fueron enviados a la zona del estrecho para bloquear el paso. Un grave error pues el gobierno infravaloró las posibilidades del enemigo de sortear el bloqueo. La República debió enviar más medios, simplemente porque disponía de ellos, imponiendo así un bloqueo efectivo. Los alzados, entre ellos la Primera Bandera de la Legión y el Tercer Tambor de Regulares llegaron sanos y salvos a Algeciras con la única protección del viejo cañonero Dato, apoyado por algunos aviones de combate. Impotentes, con insubordinaciones a bordo y con escasa capacidad decisoria por parte de los oficiales, decidieron resarcirse bombardeando Ceuta, Melilla y Algeciras, alcanzando al Dato. Sin embargo, no dejaba de ser una anécdota porque los Nacionales habían conseguido su objetivo de llegar sanos y salvos a tierra.

            El 1 de septiembre de 1936 el gobierno nombró al sevillano Miguel Buiza Fernández Palacios, jefe de la flota republicana. Sin embargo, este hombre calificado por Hugh Thomas de reservado y valiente pero tímido, tuvo una actuación mucho más que mediocre. Dispuso de efectivos suficientes para haber conseguido el bloqueo del estrecho, impidiendo la llegada de nuevos refuerzos a los alzados. Pero tampoco lo logró; no se había aprendido la lección. Se destinó al bloqueo a dos destructores, el Ferrándiz y el Gravina, pensando que los Nacionales no disponían de buques que pudiesen hacerles frente. Pero volvieron a menospreciaron de nuevo al oponente, en un error que les costó caro. El crucero Canarias, que todos creían que estaba fuera de servicio, y el Almirante Cervera, en poder de los sublevados, hundieron al Ferrándiz al tiempo que el Gravina era alcanzado y debía refugiarse en un puerto de Marruecos. Todo se pudo haber solventado si Miguel Buiza hubiese destinado a ese fin un número superior de efectivos. Para colmo, en 1937 se produjo otro enfrentamiento en el cabo Cherchel, en la costa argelina, con superioridad aplastante de la flota republicana, y el crucero Baleares, consiguió huir sin sufrir ni un solo rasguño. Ante un fracaso que rozaba el ridículo, el 25 de octubre de 1937 era destituido Miguel Buiza, jefe de la Flota, nombrando en su lugar a Luis González Ubieta.

            La Armada Republicana no marchó mucho mejor con este cambio de mando, siempre quejosos de las insubordinaciones de la marinería y de su indefensión ante los ataques aéreos de los Nacionales. El 22 de enero de 1939 se decidió restituir en el cargo al experimentado Miguel Buiza, pese a estar éste convencido de que la guerra estaba perdida. El 16 de marzo de ese mismo año se reunió con varias autoridades civiles y militares, como el presidente Juan Negrín, el coronel Segismundo Casado y el general José Miaja, pidiendo la capitulación ante los franquistas. El presidente y el general Miaja se negaron por lo que decidió desertar por su cuenta. Dicho y hecho, zarpó con la Flota de Cartagena –tres cruceros, ocho destructores y otros navíos de apoyo- con destino a la base tunecina de Bizerta, donde fondeó los barcos, dejándolos bajo control francés. En su descargo dijo que el objetivo era evitar que cayesen en manos de los Nacionales. Pero se volvió a equivocar porque los franceses tardaron muy poco en entregar los barcos a los franquistas.

            Cada vez tengo más claro que la desastrosa actuación de la Armada Republicana en la guerra fue uno de los factores decisivos que desencadenaron la victoria final de los autollamados Nacionales. Si la armada hubiese estado a la altura de las circunstancias, si se hubiese bloqueado el aprovisionamiento por mar de los rebeldes, el triunfo de estos hubiese sido mucho más complicado y quizás el destino de la República hubiese sido otro. Insubordinaciones, decisiones erróneas, traiciones y cobardías se congratularon para hacer fracasar uno tras otro todos los objetivos encomendados a la Armada.

 

PARA SABER MÁS

 

-ALONSO, Bruno: La Flota republicana y la Guerra Civil española. Sevilla, Ediciones Espuela de Plata, 2006.

 

-FERNÁNDEZ DÍAZ, Victoria. El exilio de la marina republicana. Valencia, Universidad, 2011.

 

-PERAL PERAL, Aurelio: “Un marino sevillano Miguel Buiza Fernández Palacios, jefe de la Flota Republicana”, Archivo Hispalense Nº 294-296. Sevilla, 2014, pp. 141-170.

 

-PRESTÓN, Paul: El final de la guerra. Las últimas puñaladas a la República. Barcelona, Círculo de Lectores, 2014.

 

-THOMAS, Hugh: Historia de la Guerra Civil española. Barcelona, Círculo de Lectores, 1976.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS 

CONSIDERACIONES SOBRE EL BREXIT Y OTRAS REFLEXIONES ÉTICAS

CONSIDERACIONES SOBRE EL BREXIT  Y OTRAS REFLEXIONES ÉTICAS

Vivimos tiempos difíciles y muy preocupantes, donde las noticias saltan a diario y cada cual es peor. Desde 2008 vivimos una gravísima crisis económica del capitalismo y actualmente el brutal problema de los refugiados o, en estos días, el famoso y cacareado BREXIT.

Pero lo que yo quiero insistir ahora que el famoso BREXIT es solo un eslabón más en ese proceso de descomposición del sistema económico y político global que estamos viviendo en el siglo XXI. Ya escribió hace algunos años Jorge Riechmann que el siglo XX fue trágico pero que el XXI lo iba a ser multiplicadamente, de no producirse un cambio radical en el modo de producción, el consumismo y la relatividad ética. Otros muchos intelectuales, en esta misma línea, como José David Sacristán, Slavoj Zizek, Juan Pedro Viñuela o Tzvetan Todorov han advertido por activa y por pasiva que de no dar la situación un giro radical llegará una nueva Edad Media.

En el fondo lo que subyace es una profunda crisis ética, donde cada individuo lo que quiere es salvarse a sí mismo, y hacer oídos sordos a lo que pasa a su alrededor. Lo importante soy yo, después mi familia, luego mi Comunidad Autónoma y luego, si acaso, mi país. Lo que ocurra en Europa me coge demasiado lejos mientras que lo extraeuropeo ya ni siquiera existe. Y por supuesto, el poder lo delegamos en políticos –corruptos o no, eso es lo de menos- que tiren del carro como puedan mientras nos ajustamos a esa "servidumbre humana voluntaria" de la que hablara La Boètie.

Socialmente, la tendencia mundial es hacia una progresiva polarización. Es decir, hay una minoría que está concentrando la riqueza y que cada vez es más rica mientras que el grueso de la población se empobrece. Una realidad que, si ningún cambio radical lo impide, se irá acentuando progresivamente en las próximas décadas. Y mientras eso ocurre, las autoridades transmiten la idea de que solo hay dos modelos productivos: el capitalismo existente o el fracasado modelo soviético. Es decir, capitalismo o capitalismo. Y lo peor de todo, es que estos discursos terminan calando en una parte de la población que piensa erróneamente que no hay alternativa.

Ante esta situación, la respuesta de los países desarrollados, sometidos a la dictadura de los mercados, ha sido emprender una política de ajustes económicos, consistentes básicamente en la reducción de los salarios públicos y privados y en una disminución considerable del gasto social. Lo cual está provocando, a corto plazo, un aumento de la tasa de población que vive en el umbral de la pobreza y una reducción del poder adquisitivo de las clases medias. De hecho, los autores aportan un dato demoledor: 1.400 personas en España acaparan el 80,5% del PIB nacional. Es decir, el 0,0034% de la población acumula más de cuatro quintas partes de la riqueza. Y lo peor de todo, es que las recetas neoliberales sólo van a conseguir acentuar aún más esta brecha social. La competitividad no aumentará bajando los salarios. De hecho, en España son más bajos que en los países ricos de la Unión Europea y no por ello el país es más competitivo.

A nivel mundial, la situación es aún más catastrófica, hay 2.400 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, y la cifra tiende a aumentar por el descenso acusado de la ayuda de los países desarrollados al llamado Tercer Mundo.

El BREXIT es un eslabón más en esta cadena de despropósitos que a largo plazo van a acabar con el mundo que conocemos. Éste nos preocupa más porque afecta al corazón de Europa, a nuestro mundo.

A mi juicio, fue un despropósito la propia convocatoria del Referéndum porque ha creado un grave problema donde no lo había. La salida de la segunda economía europea de la Unión va a tener consecuencias catastróficas tanto para Gran Bretaña como para el resto de Europa.

Políticamente ya hay otros partidos ultraderechistas que están reivindicando este mismo refrendo para Francia, Austria, etc. Habrá nuevos plebiscitos de resultado incierto que pueden terminar con este proyecto democrático que fue la Unión Europea. Al final, los nacionalismos, la gran enfermedad de la Edad Contemporánea, están acabando con el gran sueño de la unión europea. Ni que decir tiene que el BREXIT supone un camino reaccionario que implica más nacionalismo y menos cosmopolitismo así como el triunfo de la reacción frente al progreso. Los partidos ultraderechistas europeos se frotan las manos, esperando pescar en aguas revueltas, al igual que el presidente de la Federación Rusa, que espera ocupar los espacios que deje Europa.

Socialmente, supondrá un debilitamiento de los amplísimos derechos que otorgaba la ciudadanía europea. Los valores sociales europeos, los mismos que hasta hace poco todo el mundo admiraba, están a punto de naufragar, dando la razón a los regímenes totalitarios que siempre confiaron en su fracaso.

Y económicamente el perjuicio puede ser catastrófico tanto para Gran Bretaña, que puede decrecer más de un 5 por ciento anual en los próximos años, como para la Unión Europea en su conjunto. Para España el menoscabo puede ser la gota que colme el vaso. Somos el tercer inversor mundial en Gran Bretaña con una inversión global de 60.000 millones de euros. La recesión en Gran Bretaña afectará también a la de decenas de compañías españolas que operan en aquel país. Asimismo, hay 250.000 españoles trabajando en Gran Bretaña que en breve necesitarán pasaporte y visado. Y por último, no olvidemos que Gran Bretaña es el país que más turistas envía a España. Una recesión económica en aquel país como la que se espera puede provocar un descenso drástico del número de ingleses que visitan nuestro país, afectando a la primera industria de España. Y en medio de esta zozobra, lo único que se le ocurre decir al Ministro de Exteriores español, García-Margallo, es que a lo mejor estamos más cerca de colocar nuestra bandera en Gibraltar.

Y a todo esto, el domingo tenemos unas nuevas elecciones en nuestro país que vive una crisis política, social y económica mucho más delicada de lo que la gente cree. La situación financiera de España, con una deuda equivalente al cien por cien de nuestro P.I.B., es preocupante. Dependemos de los mercados internacionales para obtener liquidez y estos están extremadamente volátiles, especialmente después del BREXIT. Y a todo esto España sin gobierno y con muchas posibilidades de que sigamos en esta situación muchos meses más.

Desgraciadamente se están cumpliendo las peores predicciones de grandes sociólogos, filósofos y economistas. Se avecinan tiempos difíciles; suerte a todos y, sobre todo, animo a todos los ciudadanos de bien a votar con responsabilidad el próximo domingo 26 de junio.



ESTEBAN MIRA CABALLOS

CATÁLOGO DE VARONES ILUSTRES DEL OBISPADO DE BADAJOZ (ASCENSIO DE MORALES, 1754)

CATÁLOGO DE VARONES ILUSTRES DEL OBISPADO  DE BADAJOZ (ASCENSIO DE MORALES, 1754)

Ascensio de Morales y Tercero en una carta autógrafa, fechada en Badajoz, el 26 de abril de 1754, explicaba todos los pormenores de su comisión de archivos. Una orden del Consejo de Estado dada en 1743 le encomendó la tarea de investigar en los archivos para hacer una Historia Eclesiástica de España. Sin embargo, detrás de esa aparentemente altruista misión había motivos de más calado. Al parecer, los cardenales Acquaviva y Belluga, comisionados para negociar el Concordato de 1723 habían sostenido, frente al Papa, que la grandeza de los conventos y de las iglesias de España se debía al mecenazgo de los reyes. Felipe V quiso llevar a cabo una investigación para verificar eso y de paso “recuperar los legítimos derechos que con la Corona le habían dejado los señores reyes sus predecesores gloriosos en las iglesias que habían conquistado, fundado y dotado en sus dominios, y saber cuántas eran fundaciones reales”. Y para llevarlo a cabo se le otorgó el cargo de oidor honorario de Sevilla con la intención de que recibiese un sueldo de 75 reales diarios para llevar a cabo su misión. Empezó investigando en Castilla, León, Asturias y Galicia, para ver la regalía de patronatos de las iglesias catedrales de Palencia, Valladolid, León, Astorga, Santiago, Tuy, Lugo, Orense, Oviedo y Burgos. Con Fernando VI se le propuso Galicia, y, finalmente, por decreto del 23 de junio de 1750 se le encargo los obispados de Cuenca, Murcia, Cartagena, Orihuela, Plasencia y Badajoz (Rodríguez Moñino, 1930: 121-136).

Su obra más acabada fueron cuatro volúmenes con documentación sobre la diócesis de Badajoz. El cuarto de esos volúmenes, conservado por duplicado en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Colombina fue publicado en Badajoz en 1910 bajo el título de Crisis Histórica de la Ciudad de Badajoz y reeditado en la misma ciudad en el año 2006. Sin embargo, este último volumen era resumen de los tres anteriores, conservados en la sección de Códices del Archivo Histórico Nacional y que nunca vieron la letra impresa. De estos tres volúmenes hemos extractado algunos datos correspondientes a la villa de Barcarrota.

Entre el volumen de documentación inédito figura este catálogo de varones ilustres de los pueblos del obispado de Badajoz. Se enumeran un total de 347 personajes ilustres de un total de treinta ciudades, villas o aldeas del obispado de Badajoz. Hay que añadir que sigue muy de cerca el manuscrito de Juan Solano de Figueroa, estableciendo pocas modificaciones. De todos ellos, el 40 por ciento son de la ciudad de Badajoz y el resto se lo reparten los 29 núcleos de la diócesis. Concretamente, la distribución geográfica de los personajes es la siguiente: 139 de Badajoz, 6 de Talavera la real, 3 de Santa Marta, 3 de La Albuera, 4 de Almendral, 3 de Salvaleón, 9 de Salvatierra, uno de la Morera, 26 de La Parra, 10 de Feria, 28 de Zafra, 3 de Bodonal, 2 de Villagarcía, 22 de Fregenal de la Sierra, uno de Higuera, 8 de Burguillos del Cerro, 21 de Jerez, 3 de Higuera de Vargas, 2 de La Roca, 21 de Alburquerque, 2 de Campomayor, uno de Olivenza, 4 de Serpa, 3 de Mora, 2 de Villanueva del Fresno, 5 de Oliva, 4 de Alconchel, 11 de Barcarrota, 2 de Valverde de Leganés y uno de Telena.

Del total de 347 personajes solo se mencionan dos mujeres, que destacaron obviamente por su piedad, una como esposa de uno de los personajes y la otra, una barcarroteña llamada Isabel López, que fue muy piadosa con los pobres y se enterró en el convento de Rocamador. Por su parte los varones pertenecen en su inmensa mayoría al clero –secular o regular- apareciendo también un grupo de militares y algunos funcionarios reales. Todo esto no tiene nada de extraño, pues hay que contemplar este listado en el contexto de la época, donde la mujer vivía a la sombra del hombre. Y en cuanto a la abundancia de religiosos no podemos olvidar que Ascensio de Morales trataba de confeccionar una historia eclesiástica del obispado pacense, de ahí que se fije especialmente en los religiosos.

Hay muchos datos equivocados, el más llamativo es el de Vasco Núñez de Balboa que aparece listado entre los badajocenses cuando en realidad era jerezano. Pero hemos querido presentar la lista tal cual la redacto este erudito del siglo XVIII. Pese al tiempo transcurrido creo que tiene su valor, y por ello me permito publicar el listado completo para disfrute de los curiosos de la historia local.

 

 

Catálogo de los varones ilustres, militares, políticos y eclesiásticos de Badajoz y lugares de su obispado: concluye con una apuntación de los prebendados de esta iglesia que han gozado otros puestos.

 

BADAJOZ

 

1.-Garcilaso de la Vega, natural de esta ciudad, fue embajador de Roma, comendador mayor de León y del Consejo de Estado.

 

2.-Lorenzo Suárez de Figueroa y Mendoza, embajador a Roma y Venecia.

 

3.-Gonzalo Ruiz de la Vega de la Orden de Santiago, embajador también a Venecia.

 

4.-Don Juan de Hortega y Zafra, oidor de Granada.

 

5.-Don Luis González, oidor de Valladolid.

 

6.-Fernando de Badajoz y Garci Méndez de Moscoso, secretarios de el señor rey don Enrique IV.

 

7.-Don Juan Rodríguez, médico de la princesa de Portugal.

 

8.-Don Paz, médico del duque de Saboya.

 

9.-Don Luis González, escribió un “Tratado de la Virtud”.

 

10.-Garci Sánchez de Badajoz, poeta célebre, murió loco y enamorado.

 

11.-Luis de Morales, apeles de su siglo, como Juan de Badajoz, otro virtuoso.

 

12.-Juan de Solís, Maestre de Campo, general en la conquista de La Florida.

 

13.-Luis de Moscoso y Alvarado, maestre de Campo.

 

14.-Lucas Vázquez de Ayllón, oidor en esta conquista.

 

15.-Vasco Núñez de Balboa, descubrió el Mar del Sur, y de él tuvo título de adelantado. Fue gran soldado y se le debió mucha parte en la conquista del Darién. Pero murió degollado a manos del gobernador su suegro.

 

16.-Francisco Moscoso, caballero del Orden de Santiago, corregidor de Logroño y Écija y veedor general del reino de Portugal.

 

17.-Gonzalo Ruiz de Figueroa, escribió “El Juicio de Paris y la Fábula de Piques y Cupido”.

 

18.-Gregorio Silvestre, mucho y bueno a lo divino y humano.

 

19.-El maestro fray Gerónimo de Sotomayor, orden de San Agustín, provincial de Andalucía y catedrático de vísperas de teología en la Universidad de Osuna.

 

20.-Pedro Suárez de Figueroa, fue valeroso caballero, sirvió al rey don Enrique IV en embajadas y otros negocios de mucha cuenta. De él desciende en conde de los Arcos.

 

21.-Bartolomé Sánchez de Badajoz, secretario del señor rey don Juan II.

 

22.-Gonzalo Fernández de Badajoz, escribano de cámara del mismo señor rey.

 

23.-Garci Fernández de Badajoz, secretario del señor rey don Enrique IV.

 

24.-Alfonso Godínez, caballero poderoso, muy cálido del señor rey don Sancho el Bravo, y canciller mayor del infante don Fernando que, aunque fue portugués de nación, se connaturalizó y arraigó en esta ciudad.

 

25.-Fernán Ibáñez de la Cámara, fue heredado en Cubillos y Malpartida, aldeas de esta ciudad.

 

26.-Pedro Rodríguez de Fonseca, pasó de Portugal a Castilla, fue guarda mayor de la persona del rey don Juan I, y su aposentador mayor y es tronco de los marqueses de la Lapilla.

 

27.-Don Juan de Fonseca y Figueroa, embajador de Parma.

 

28.-Garci Laso de la Vega, poeta insigne y celebrado en su tiempo. Escribió “El infierno de amor” y otras obras bien aplaudidas y descienden de él los condes de la Monclova.

 

29.-Gómez Suárez de Moscoso y Figueroa, comendador de Portezuelo, en la orden de Alcántara. Fundó y dotó magníficamente en esta iglesia catedral la capilla de Santa Ana.

 

30.-Hernán Gómez de Solís, señor de las villas de Salvatierra y Barcarrota, de quien se escribe que tuvo título de duque de Badajoz. Hízole esta merced el señor rey don Enrique, pero no llegó a lograr la posesión porque la ciudad y sus caballeros se lo estorbaron.

 

31.-Gómez Hernández de Solís, fue padre de pobres evangelios. Fundó los conventos de Santo Domingo y San Gabriel de esta ciudad y la capilla mayor del convento de San Agustín.

 

32.-Don Pedro de Alvarado Mesía y Contreras, caballero de la orden de Santiago, adelantado de la provincia de Guatemala, Jalisco y Honduras, capitán general del Mar del Sur; héroe incomparable de quien se escribe mucho en las conquistas de México y Perú.

 

33.-Su hermano Hernando de Alvarado, famoso capitán y conquistador.

 

34.-Su abuelo Juan de Alvarado, comendador de Hornachos en la orden de Santiago.

 

35.-Diego de Alvarado, comendador de Lobón, Puebla, Montijo, Cubillana, señor de Castellanos, dignidad en la Orden, alcaide de Montánchez, maestresala del rey don Enrique. Hizo el castillo de Lobón y, por bula especial, labró para hospital la iglesia que hoy sirve al convento de San Francisco de aquella villa.

 

36.-Juan de Alvarado, comendador de Lobón.

 

37.-García de Alvarado, comendador de el Montijo.

 

38.-Luis de Alvarado, nuevo Hércules, de quien se escriben casos extraños de sus agigantadas fuerzas, casó en Trujillo.

 

39.-Alonso de Alvarado, capitán general de las islas de Canarias, donde murió peleando con los ingleses.

 

40.-Don Nuño de Alvarado, capitán de caballos, comendador de Puerto Marín, en la religión de San Juan.

 

41.-Gómez de Alvarado, conquistó y pobló la ciudad y provincia de Huánuco.

 

42.-El mariscal Garci González de Herrera, señor de la villa del Arroyo del Puerco y aldea el Conde.

 

43.-Rodrigo Mexía, señor de la villa y castillo del Cortijo, de quien desciende el marqués de la Guardia.

 

44.-García Contreras, del hábito de San Juan, comendador de El Final.

 

45.-El Inca Garcilaso de la Vega, capitán en la rebelión de Granada, escribió la vida y hechos del adelantado Hernando de Soto, conquistador de la Florida, los Comentarios Reales de los Reyes y reinos del Perú. Tradujo del toscano al español los Diálogos de León Hebreo.

 

46.-Su padre Garcilaso de la Vega y Figueroa, capitán y conquistador de aquellos dilatados reinos, que casó en el Cuzco con la Palla (o infanta) doña Isabel Yupanqui, hermana de Huayna Cápac, último rey de aquellas provincias.

 

47.-Juan de Vargas y Alonso de Vargas, capitanes y conquistadores de aquel imperio.

 

48.-Francisco Moscoso, fue de parecer que no se diese muerte al inca Atahualpa.

 

49.-Ruy Fernández Briceño, conquistador del Perú, fue alcaide y guarda de la persona del Inca, cuando le prendió Pizarro.

 

50.-Juan Núñez Sedeño y Hernando de Badajoz, poblaron la ciudad de Antequera, asiento del obispado de Yucatán.

 

51.-Gonzalo de Badajoz, famoso capitán en la conquista del Darién.

 

52.-Bartolomé González de Mendoza, caballero de la Orden de Santiago, comendador de Monesterio, y trece de la orden. Gozó después su mayorazgo doña Leonor de Mendoza y Figueroa, casada con don Fernando de Godoy Ponce de León, caballero de la orden de Alcántara, capitán de caballos en este ejército, teniente de maestre de campo general y gobernador de Valencia.

 

53.-Francisco Calderón, comendador de Usagre, en la orden de Santiago.

 

54.-Juan Méndez de Moscoso, comendador de Alcuéscar, de la misma orden.

 

55.-Diego de Vargas Machuca, maestre de campo y gobernador de Gibraltar.

 

56.-Su hijo don Juan de Vargas Machuca, corregidor de Cáceres y Plasencia.

 

57.-Sus nietos don Diego de Vargas, caballero de la orden de Alcántara y…

 

58.-Don Alonso de Vargas, de la orden de Santiago, capitanes.

 

59.-Don Francisco Freire, maestre de campo en Flandes.

 

60.-Francisco de Badajoz, coronel.

 

61.-El capitán Vargas, que lo fue en Flandes.

 

62.-El licenciado Juan Rodríguez de Mora, regidor de esta ciudad, corregidor de Zamora, de la merindad de Trasmiera y de la de Saldaña, del consejo de Su Majestad, oidor en Panamá, en Santa Fe y en la ciudad de La Plata. Manda en su testamento doscientas misas por los indios del Perú. Y contiene una cláusula de notable ejemplo: y porque en el uso –dice- y administración de los dichos oficios podré haber tenido algunas negligencias cono hombre, por descargo de mi conciencia, mando a Su Majestad los doscientos ducados que tengo de renta de pensión en cada un año sobre la ciudad de Sevilla. Fundó un razonable mayorazgo en las casas del Castillo y dehesa de los Fresnos y otras pensiones que después gozó don Pedro de Carvajal y Tovar, caballero de la orden de Calatrava y capitán de caballos de este ejército.

 

63.-Don Francisco Mateo Fernández Bejarano, gran médico y filósofo, escribió “De pulsibus, de Facultatibs Naturalibus, de Coctione et putredine, de Purgatione, de Metheoris y Noticia intuitiva de todas las Artes y Ciencias”.

 

64.-El doctor Santiago, protomédico del señor rey don Felipe II y…

 

65.-Su hijo, el padre Diego de Santiago, de la Compañía de Jesús, que murió en Filipinas, ahogado en el mar, por confesar un católico.

 

66.-De tiempos modernos, en el siglo XVII, son el doctor don Íñigo de Arguello Carvajal, caballero de la orden de Calatrava, consultor del Santo Oficio de la Inquisición, del Consejo de Su Majestad, fiscal y oidor en la chancillería de México. Acrecentó las rentas reales de aquel imperio en más de 400.000 ducados al año.

 

67.-Don Fernando de Arguello Carvajal, corregidor de la provincia Sinaloa, en Nueva España, capitán general de la Nueva México (sic).

 

68.-Don José de Arguello Carvajal, caballero de la religión de San Juan; nietos ambos de don Íñigo Arguello Carvajal, caballero de la orden de Santiago.

 

69.-Don Alonso de Vargas, capitán de caballos en Cataluña.

 

70.-Don Bernardino Morante de Silva, caballero de la orden de Calatrava, capitán de infantería y corregidor de La Coruña y Betanzos.

 

71.-Don Francisco de Moscoso, capitán de infantería en Cataluña, murió sobre Tarragona.

 

72.-Don Alonso Martel y Vargas, caballero de la orden de Santiago, corregidor de La Coruña, Ronda y Trujillo.

 

73.-Don Gonzalo Martel, su hijo, y de la misma orden, capitán de caballos de este ejército.

 

74.-Don García Martel, de la misma orden, teniente de maese de campo general.

 

75.-Don Miguel Martel de Mendoza, de la misma orden, capitán de caballos.

 

76.-Licenciado Rodrigo Moscoso de Chávez, oidor en Guatemala.

 

77.-Don Miguel de Mendoza, capitán de infantería.

 

78.-Don Gómez de la Rocha, caballero de la orden de Santiago, capitán de caballos.

 

79.-Don Antonio Cabrera de Chávez (capitán de infantería).

 

80.-Don Diego Cabrera, (capitán de infantería).

 

81.-Don Juan de Morales y Cabrera, digo Guzmán, (capitán de infantería).

 

82-83.-Don Gómez de Hoces y Moscoso, hijo de Lope de Hoces, caballero de la orden de Santiago, (capitán de infantería).

 

84.-Don Pedro de León y Rocha, caballero de la orden de Alcántara, (capitán de infantería)

 

85.-Don Pedro de León (capitán de infantería).

 

86.-Don Bartolomé de Alvarado (capitán de infantería).

 

87.-Y don Juan de Tovar, caballero de la orden de Santiago, todos capitanes de infantería.

 

88.-También lo han sido don Andrés de Chávez.

 

89.-Don Bartolomé Suárez.

 

90.-Don Juan de Andrade.

 

91.-Don Gómez de Solís Portocarrero.

 

92.-Don Juan de Chávez y Salto.

 

93.-Don Juan de Alvarado, sargento mayor.

 

94.-Don Baltasar de Tovar, auditor general del consejo de Su Majestad y alcalde del crimen en Granada.

 

95.-Don Nuño de Chávez y Figueroa, maestre de campo, hijo de…

 

96.-Don Francisco de Chávez Sotomayor, caballero de la orden de Santiago y procurador en Cortes.

 

97.-Don Pedro de Mendoza y Guevara, maestre de campo, y…

 

98.-Su hijo don García de Mendoza, caballero de la orden de Santiago, y sirvió en este ejército.

 

99.-Pedro de Ardila Guerrero, comisario general y…

 

100.-don Pedro de Ardila, su hijo, capitán de caballos.

 

101.-Francisco Guerrero, capitán de caballos.

 

102.-Don Enrique Silnera, capitán de caballos.

 

103.-Don Juan de Solís Portocarrero, corregidor de Medina del Campo, alcaide de Tarifa y gentilhombre de boca de Su Majestad.

 

104.-Licenciado Pedro del Álamo, alcalde mayor de esta ciudad, auditor de la artillería.

 

105.-Licenciado Mateo de Álamo, gobernador de Montánchez y Hornachos.

 

106.-F. Cana-baca, sargento mayor y gobernador militar de Piedrabuena.

 

107.-Don Salvador de Monforte, caballero del orden de Santiago, gobernador general de la caballería del real ejército de Cataluña.

 

108.-Don Juan de Alva Maraver, del mismo hábito, veedor general de dicho ejército, murió con merced de consejero de Guerra o Hacienda.

 

109.-Su hijo, don Juan Antonio de Alva, capitán de caballos.

 

110.-Don Antonio de Portugal, caballero del orden de Santiago, subalterno de capitán general de Ceuta y otros muchos.

 

 

ECLESIÁSTICOS:

 

Por el estado de la Iglesia hay los siguientes:

 

1.-En primer lugar San Atón, canónigo de esta iglesia y obispo de la de Pistoia.

 

2.-Don Alonso Manrique de Solís, arzobispo de Burgos.

 

3.-Don fray Fernando de Vera y Becerra, de la orden de San Agustín, obispo de Bujía, canónigo cardenal de Santiago de Galicia, gobernador del obispado de Badajoz, arzobispo de Santo Domingo, obispo del Cuzco y electo arzobispo de Lima.

 

4.-Don fray Tomás de Paredes, de la misma orden, provincial de Andalucía, obispo titular de Claudio, tesorero dignidad en la santa iglesia de Granada y obispo electo de Mondoñedo.

 

5.-Don Bernardino de León y la Rocha, colegial en el maestrazgo de Cuenca, inquisidor en Córdoba, Llerena y Sevilla, donde presidió autos de fe, del consejo de la Inquisición y obispo de Tuy y Coria.

 

6.-Don Juan de Mendoza y Guevara, canónigo de Santiago.

 

7.-Francisco Suárez Campos, canónigo en la misma iglesia.

 

8.-Don Alonso Pérez de la Cueva, canónigo penitenciario de Coria.

 

9.-Don Manuel Rodríguez, canónigo de Palencia.

 

10.-Simón Rodríguez Carvallo, canónigo de Palermo.

 

11.-Don Gonzalo Cabezas Altamirano, arcediano de Écija y canónigo de Sevilla. Labró y dotó la capilla de la Purificación con dos capellanías perpetuas, dejando por patrono al cabildo.

 

12.-Don Francisco Cabezas, tesorero de la iglesia de Granada.

 

13.-Don Fernando Cabezas, arcediano de la misma iglesia y…

 

14.-Juan Cabezas, canónigo de Badajoz y Granada, a un tiempo, todos hermanos los cuatro antecedentes.

 

15.-Licenciado Alonso Pérez de Vita, canónigo penitenciario de esta iglesia y fundador del colegio de la Compañía de Jesús de esta ciudad.

 

16.-Don Pedro de Hoces, racionero de la santa iglesia de Salamanca y capellán de honor del señor rey don Felipe III a quien vino sirviendo en la jornada que Su Majestad hizo a Portugal.

 

17.-Don Francisco Rodríguez Lindo, maestrescuela en la catedral de Tucumán.

 

18.-Don Rodrigo Verjano, canónigo en la catedral de Orense.

 

19.-Don Francisco Romo Pardo, canónigo magistral de Baza.

 

20.-Don José de Valvellido, colegial del mayor de Cuenca y canónigo magistral de Córdoba.

 

21.-Licenciado Pedro Ramos, tesorero y canónigo de Tuy.

 

22.-Don Antonio Gutiérrez, provisor y vicario general del arzobispado de Valencia.

 

23.-Licenciado don Diego Camacho, colegial en el mayor de Cuenca, canónigo magistral de esta iglesia de Badajoz, y electo arzobispo de Manila.

 

24.-Maestro fray Diego Calaborrano, de la orden de Santo Domingo, Provincial de Andalucía.

 

25.-Maestro fray Miguel Ruiz, de la orden de la Santísima Trinidad, provincial de la Andalucía, y de la misma orden el…

 

26.-Maestro fray Juan de Campo, predicador del rey.

 

27.-Fray Diego de Chávez, provincial de los Descalzos de San Gabriel.

 

28.-Fray Juan de Aldana, de los observantes de san Francisco, lector jubilado y calificador del Santo Oficio de la Inquisición.

 

29.-Julián Becerra de Alvarado, ejemplar de sacerdotes, escribió un libro célebre de casos morales que por los años de 680 conservaba original en su archivo don Íñigo Antonio de Argüello Carvajal, patrono de los capítulos provinciales que hace la provincia de San Gabriel en el convento de la villa de Brozas.

 

 

TALAVERA

 

1.-Son naturales de la villa de Talavera, el deán don Rodrigo Grajera, tesorero dignidad en esta iglesia catedral de Badajoz.

 

2.-Francisco Doblado Atienza, racionero entero y continuo del cabildo.

 

3.-El padre Maestro fray Bartolomé López, de la orden de san Agustín, predicador de su Majestad.

 

4.-El padre maestro fray Pedro de la Cruz, de la misma orden.

 

5.-Don Bernardino de Medina, sargento Mayor.

 

6.-Y el padre fray Juan de Talavera, de los descalzos de San Francisco, definidor, custodio y provincial.

 

 

SANTA MARTA

 

De esta villa de Santa Marta fueron naturales:

 

1.-El padre fray Alonso Romero, del Orden de Predicadores, provincial de Andalucía.

 

2.-Bartolomé Hernández Bueno, racionero en la santa iglesia de Orense y después en la apostólica de Santiago. Hizo una muy loable distribución de ochocientos ducados de renta que tuvo en diferentes obras pías que fundó.

 

3.-Y el licenciado Pedro Martínez Marchena, comisario del Santo Oficio, gobernador del estado de Feria y el primer arcediano de la colegial de Zafra.

 

ALBUERA

 

1.-Don Alonso Hormigo, arcediano de Jerez, racionero en esta iglesia y notario del Santo Oficio.

 

2.-Fray Blas Bastida, descalzo de la provincia de San Gabriel, que con celo de la salvación de las almas pasó de edad crecida a las Indias, después de haber sido guardián y definidor. Murió en La Habana en opinión de santidad.

 

3.-Y fray Antonio de la Albuera, de quien hace su crónica muy clara memoria.

 

ALMENDRAL

 

1.-Fray Alonso de Almendral, de la provincia de San Gabriel, varón de mucha oración y penitencia, acreditado entre los suyos de muy perfecto.

 

2.-Fray Pedro de Almendral, llamado “el santo discreto”.

 

3.-Don Juan Sánchez Verjano, gobernador de Pontremulo, en el reino de Nápoles.

 

4.-Don Antonio de Céspedes y Figueroa, que sin militar hizo en la guerra que a mediado del siglo antecedente se tuvo en estos confines, muy particulares servicios que Su Majestad, dándose por bien servido, le remuneró con algunas mercedes para su casa y descendencia.

 

SALVALEÓN

 

Fueron naturales de esta villa:

 

1.-Fray Juan de Salvaleón, cuyas virtudes engrandecen las crónicas de su orden.

 

2.-Fray Domingo de Salvaleón y…

 

3.-Fray Diego de Salvaleón, provinciales de la provincia de San Gabriel.

 

 

SALVATIERRA

 

1.-Don Juan Méndez de Salvatierra, arzobispo de Granada.

 

2.-Don Lope de Tordoya y Figueroa, caballero de la orden de Santiago, comendador de Azuaga, capitán de caballos, maestre de campo en este ejército, gobernador de las ciudades de Mérida, Jerez y Llerena, gobernador de Badajoz en lo político y militar, con título de general de artillería y murió del consejo de Su Majestad, en el de Guerra.

 

3.-Gómez de Tordoya, maestre de campo y uno de los conquistadores del Perú. Hace de él memoria el Inca Garcilaso en su Comentarios.

 

4.-Francisco de Trigo, canónigo en la catedral de Tuy.

 

5.-Padre fray Juan de Vargas, de la orden de San Francisco, provincial en la de San Miguel.

 

6.-Francisco de Salvatierra, alférez en Amberes y capitán en Orán.

 

7.-Su hermano Alonso de Salvatierra, capitán en Flandes.

 

8.-Padre fray Bartolomé Rodríguez, de la orden de San Gerónimo, fue uno de los intérpretes de las Láminas del Monte Santo de Granada.

 

9.-Fray Fernando de Chávez y Tordoya, de la orden de San Agustín y provincial de Andalucía.

 

 

MORERA

 

1.-El licenciado don Juan González Cid, oidor de Guatemala.

 

 

PARRA

 

Fueron naturales de la villa de la Parra:

 

1.-Alonso González, Caballero Meneses (a quien llaman el Caballero Viejo), tuvo por su hijo al doctor…

 

2.-Don Juan González de la Parra Meneses, protomédico del católico rey don Fernando, y viudo de doña Inés de Quiñones, su mujer, fue obispo de Almería.

 

3.-Su hermano, el comendador don Bernardino de Meneses, fue regidor de Toledo y de la cámara del emperador Fernardino, hermano del señor Carlos V. Casó en Alemania y fue barón de Xercebech (sic).

 

4.-Blas Caballero de Meneses, otro hermano, fue canónigo de Toledo.

 

5.-Fernando de Meneses, colegial del mayor de Valladolid, sobrino del antecedente, y en quien resignó la expresada canonjía de Toledo.

 

6.-Don Rodrigo de Quiñones, hijo del obispo, fue capitán en tiempo del señor emperador.

 

7.-Don Juan de Meneses, obispo de Guadix.

 

8.-Don Juan Diosdado Meneses, monje cartujo en las Cuevas, prior del Paular, visitador de los conventos de su orden en España. Fue muy estimado del señor rey don Felipe II, a quien hablaba con entereza y libertad cristiana, como manifiesta este lance: hallábase Su Majestad en su celda al toque de vísperas y resolviéndose el prior a ir al coro, le dijo el rey: no os vais prior, a que no puedo, señor, dejar de ir al coro porque sirvo a otro rey más poderoso que vos.

 

9.-Don fray Domingo de la Parra, de la orden de predicadores, murió electo obispo del Cuzco.

 

10.-Don Martín de Salas, obispo titular y maestreescuela de la catedral de Santo Domingo, en las Indias Occidentales.

 

11.-Gonzalo Fernández de la Puente, caballero de la orden de Santiago, secretario del rey de Hungría y embajador a Portugal. De él descienden los Marteles de Badajoz, los marqueses de Fuentes y otros caballeros.

 

12.-Luis de Moscoso Alvarado, maestre de campo de la conquista de La Florida. Fue hijo del comendador Alonso Hernández Diosdado y doña Isabel de Moscoso, y nieto de Juan de la Parra Diosdado, comendador de Bienvenida, en la orden de Santiago, y secretario de los señores Reyes Católicos.

 

13.-Licenciado Estévez, oidor en la audiencia de Santo Domingo, en las Indias.

 

14.-Don Gonzalo Ruiz de la Parra, familiar del pontífice Alejandro VI, protonotario apostólico, arcipreste de La Parra. Unió el beneficio simple de Zafra al arciprestazgo, fue canónigo de esta iglesia y arcediano en ella con título de la Parra, cuya dignidad comenzó y acabó en él.

 

15.-Don Juan de Castro, arcediano de Jerez.

 

16.-Pedro González de la Parra, canónigo de esta iglesia.

 

17.-Don Francisco de Zevallos, arcediano titular y canónigo de la misma.

 

18.-Don Juan de Zevallos, su hermano, protonotario apostólico, maestreescuela en esta iglesia.

 

19.-Juan de Fromesta Zevallos, otro hermano, capitán y gobernador de Urbino.

 

20.-García de Vera Zevallos, otro hermano, sirvió al señor emperador en Flandes y volviendo a España con merced de hábito de Santiago murió en Madrid antes de recibirlo.

 

21.-Fray Lorenzo González, de la orden de San Francisco, comisario y custodio de la provincia de los Zacatecas.

 

22.-Fray Francisco de la Parra, de la orden de San Agustín, provincial de Castilla y varón de grandes talentos.

 

23.-Licenciado Juan Becerra, hijo del doctor Juan Becerra Moreno, protomédico del señor rey don Felipe II, colegial mayor de San Bartolomé, abad de Palermo, inquisidor de Sicilia y visitador de la inquisición de Barcelona.

 

24.-El doctor Juan Ortiz de Salvatierra, colegial de Santa María de Jesús de Sevilla, racionero en la iglesia de Málaga, comisario del Santo Oficio y visitador general del arzobispado de Granada. Escribió un libro de exorcismos y un Tratado de la campaña de Vililla.

 

25.-Licenciado Salvador Ortiz de Salvatierra: escribió sobre el derecho del arciprestazgo de su patria, y su eclesiástica jurisdicción, fue hermano del antecedente.

 

26.-Gómez Hernández de Solís y Figueroa, señor de Salvatierra, vivió y murió en La Parra, en sus casas, que para ello fabricó.

 

 

FERIA

 

1.-Don fray Pedro Ruiz, llamado de Feria, de la orden de Santo Domingo, provincial de México y obispo de Chiapas.

 

2.-Fray Pedro Guerrero, de la misma orden, presentado a la provincia de Andalucía y calificador de la Inquisición de Sevilla.

 

3.-Fray Francisco de Guzmán, de la orden de San Francisco, lector jubilado, provincial de la observancia de San Miguel, Comisario episcopal de la orden y de las Indias, confesor de la emperatriz María, hermana de Felipe II.

 

4.-Fray Bartolomé Guerrero, lector jubilado, calificador de Santo Oficio y Provincial en la de San Miguel.

 

5.-Otro fray Bartolomé Guerrero, de la misma patria, religión y empleos que el antecedente.

 

6.-Fray Miguel Diosdado, varón de gran talento y maduro juicio en el gobierno provincial, tres veces en dicha provincia.

 

7.-Bartolomñe Suárez, gran soldado y teniente de castellano en Milán.

 

8.-Maestro fray Pedro de San Nicolás, de la orden de San Agustín, gran predicador.

 

9.-Bartolomé Gómez Cordero, canónigo en esta iglesia.

 

10.-Don Pedro de Torrado y Guzmán, ingenio feliz del siglo antecedente, contador de administraciones y propios del consulado de Sevilla y comercio de Indias y secretario del gobierno del mismo tribunal. Dio a la estampa en octavas heroicas la Vida de Cristo y el Misterio de la Concepción Purísima de su Santísima Madre.

 

ZAFRA

 

Ilustraron con su nacimiento y honores a esta antiquísima de Zafra, los sujetos siguientes:

 

1.-El gran cardenal de España, don Pedro González de Mendoza, con los demás señores de su casa.

 

2.-Fernando de Zafra, fue secretario de los señores Reyes Católicos, con cuyas majestades se halló en la conquista de Granada. Hicieronle merced de una casa real de los moros en que se labró después el convento de la Reina con título de Santa Isabel. Fue señor de la villa de Castril, que gozan sus descendientes. Había sido secretario del señor rey don Enrique IV y después lo fue de la señora reina doña Juana y del Consejo de Guerra. La señora Reina Católica le nombró y encargo, con otros dos personajes, el cuidado y gobierno de Granada, y fue el que con especial comisión dispuso el zacatín con sus tiendas y tratos como hoy los tiene.

 

3.-Pedro de Valencia, fue eminente en letras humanas, y crosnista del señor rey Felipe III.

 

4.-Su hijo don Melchor de Valencia, llegó a ser del Consejo Real de Castilla.

 

5.-El padre Juan Maldonado, de la Compañía de Jesús, escritor insigne y hombre de suma erudición y humildad.

 

6.-El licenciado Alonso Ramírez de Prado, gran jurista y el que a voto de muchos, escribió mejor que todos el derecho que tenía a Portugal el señor rey don Felipe el Prudente, quien satisfecho de este servicio, le dio luego plaza en Navarra, con la fiscalía del Consejo de Hacienda, desde el cual pasó al de Castilla.

 

7.-Su hijo don Lorenzo Ramírez de Prado, caballero de la orden de Santiago, varón de muchas prendas, noticias y estudios. Pasó por empleos grandes al supremo de justicia. Escribió, siendo del Consejo colateral de Nápoles “Theseram Legum” y otro tratado “De officio Consiliaris”. En Madrid los siguientes: “Comentos a Marcial”, “El Penthecontarche”, “Notas al conmonitorio de San Oriencio”, “De liberalibus Estudiis”, “Comentos a Luitprando, onispo de Cremona”, “Notas a Julián Pérez Barroso, arcipreste de Santa Justa de Toledo”, “Consejo y Consejeros de Príncipes”, “Dificultad de el traducir”, “Decisiones ventilatarum litium”, otro “In tres posteriores libros códicis”, otros cuatro libros ·De erudición profana y sagrada”, una carta muy discreta al doctor Cristóbal Medrano, catedrático de medicina en Salamanca, explicando una sentencia de Plinio, que dice: “Est aliquis morbus per sapientiam mori”. Fue embajador al rey cristianísimo Luis XIII, en cuyo encargo lucieron mucho su juicio, letras y capacidad grande, siendo por todo muy estimado de naturales y extranjeros.

 

8.-Don fray Marcos Ramírez de Prado, hermano del referido don Lorenzo, de la orden de San Francisco, fue obispo de Michoacán y murió electo arzobispo de México. Labró una capilla suntuosa en el noviciado de la Compañía de Jesús de Madrid, intitulada del Sacramento, y es la primera y más preeminente, al lado del evangelio.

 

9.-Otro hermano, don Alonso Ramírez de Prado, del Consejo de Hacienda, regente de Sevilla, del Consejo de Indias y su cámara.

 

10.-Doctor don Francisco Machado de Chávez, arcediano de Santiago de Chile, comisario del Santo Oficio y de la Santa Cruzada y provisor de su obispado.

 

11.-Don Juan Machado de Chávez, deán de la catedral de Trujillo, autor de “La Summa”, que corre en dos cuerpos, con afirmación común, y obispo electo de Popayán.

 

12.-Doctor don Pedro Machado de Chávez, oidor en la audiencia de Chile, todos tres fueron hijos del licenciado Hernando Machado, oidor en Chile, y doña Ana de Chávez, natural de Llerena.

 

13.-Licenciado Alonso Pérez de Andrade, chantre en la catedral de Tlaxcala, dejó un patronato para sus deudos.

 

14.-El maestro fray Pedro Ramírez, del orden de San Agustín, provincial de Andalucía.

 

15.-Los padres fray Diego Jaramillo y…

 

16.-Fray Andrés de Zafra, provinciales en la descalcez de San Gabriel.

 

17.-Fray Francisco de Zafra, de la orden observante de San Francisco, Provincial tres veces en la de Santiago.

 

18.-Don Gómez de Figueroa, obispo de Cádiz y electo de Segovia.

 

19.-Don García de Figueroa, de la orden de Santiago, comendador de Villafranca y gentilhombre de Cámara del señor rey don Felipe II.

 

20.-Fray Gabriel de Ribera, de la orden de San Francisco, provincial en la de San Miguel, compuso un libro de sermones.

 

21.-Fray Francisco Montiel, provincial dos veces en la misma provincia.

 

22.-Fray Juan Bautista Montalegre, lector jubilado, vicario provincial y provincial después en la misma provincia, calificador del Santo Oficio de la Inquisición y visitador de la provincia de los Algarbes.

 

23.-Don García de Silva, corregidor de Badajoz y embajador a Pérsico en el año de 1614 y, volviendo de su embajada, murió en Lisboa. Dotó una capellanía en el convento de San Francisco de dicha villa, su patria, y dejó muchas limosnas a sus hospitales.

 

24.-Álvaro de Sepúlveda, caballero de la orden de Santiago.

 

25.-Frey Gómez de Maraver, comendador en ella.

 

26.-Hernando de Guillade, capitán.

 

27.-Don Gonzalo Jaramillo de Andrade, caballero de la orden de Santiago.

 

28.-Don Alonso Ramírez Ponce, racionero en la santa iglesia de México y capellán del señor rey don Carlos II.

 

 

BODONAL

 

1.-Fray Benito del Bodonal, religioso perfectísimo, y gran imitador de su seráfico patriarca; ayunaba sus siete cuaresmas y los viernes y sábados del año a pan y agua. Vivió en la religión ochenta años, y los de su edad llegaron a 105.

 

2.-Fray Juan del Bodonal, lego, muy ejercitado en virtudes y excelente en la caridad con los pobres. Después de muchos años difunto, hallaron su cuerpo entero y reciente.

 

3.-Fray Juan de San Miguel, en la misma seráfica provincia de San Miguel que murió en el convento de Zafra, con crédito de santidad.

 

 

VILLAGARCÍA

 

Fueron naturales de esta villa:

 

1.-El eminentísimo cardenal Silíceo, Arzobispo de Toledo y su sobrino…

 

2.-Don Francisco Silíceo, abad de Santa Leocadia, dignidad y canónigo en la iglesia primada. El primero costeó y dotó con seis capellanías de renta competente en la parroquia de dicha villa, al lado de la epístola, donde habiendo dotado otra capellanía se mandó enterrar el segundo, su sobrino referido.

 

 

FREGENAL

 

Naturales de Fregenal han sido los siguientes:

 

1.-Alonso de Paz, cuyo testamento fue tan cristiano y bien dispuesto que el señor rey don Felipe II gustó de leerle. En él declara que tenía de renta seis cuentos cuatrocientos y treinta mil maravedís que hacen ciento ochenta y nueve mil ciento diecisiete reales castellanos y veintidós maravedís. Fundó con ellos el colegio de la compañía y el convento de la paz, con otras obras de piedad, a conveniencia de sus parientes y patricios.

 

2.-Su nieto don Alonso de Paz, caballero de la orden de Santiago, colegial de la real universidad de Granada, caballerizo de la reina y patrono de todas sus memorias.

 

3.-El padre fray Francisco de Fregenal, descalzo y…

 

4.-El siervo de Dios fray Francisco de Santiago, observante de San Francisco, bien celebrados en las crónicas.

 

5.-Don Francisco Rodríguez, deán de la catedral de Michoacán. Fundó cuatro capellanías que se sirven en su patria.

 

6.-Licenciado Juan Pérez Garrido, canónigo en la colegial de Jerez de la Frontera. Dejó para sus parientes una obra pía.

 

7.-Licenciado Juan Martínez de Villalobos, canónigo de Sevilla. Fundó otras obras pías.

 

8.-Fray Francisco Peña, lector jubilado en la orden de San Francisco y Provincial en la de San Miguel.

 

9.-Doctor don Diego de Olmedo y Liaño, colegial en Santa María de Jesús de Sevilla y canónigo doctoral en esta iglesia. Fundó dos capellanías para sus parientes.

 

10.-Doctor don Fernando de Paz Fajardo, colegial de la real universidad de Granada, provisor de este obispado y del de Coria, capellán de Su Majestad en la Real capilla de Granada, canónigo de la colegial de Antequera y prior en la catedral de Guadix.

 

11.-Don Francisco Fajardo, visitador del arzobispado de Sevilla y calificador del Santo Oficio de la Inquisición.

 

12.-Don Lucas Fajardo Melgarejo, corregidor de Ayamonte y alcalde de la justicia de Sevilla. Pasó al estado eclesiástico y fue visitador general de este obispado my gobernador del estado de Medina Sidonia.

 

13.-Don Alonso de Sotomayor, sargento mayor

 

14.-Don Francisco Carvajo de Prado, familiar del Santo Oficio y capitán de caballos.

 

15.-Juan Mateos Candilejo, capitán de infantería.

 

16.-Licenciado don García Bazán, comisario general y superintendente de las rentas reales de esta provincia, del Consejo de Su Majestad en la audiencia de Sevilla, corregidor de Badajoz y presidente de Granada, año de 1701.

 

17.-Su hermano don Juan Bazán, alcalde de corte, del Consejo Real de Hacienda y enviado extraordinario a la República de Génova.

 

18.-Don Alonso de Amaya, auditor de infantería y teniente de comisario general en este ejército.

 

19.-Don Alonso de Castilla Tinoco, corregidor de Tarifa.

 

20.-Padre Francisco de Figueroa, de la Compañía de Jesús, visitador de las provincias de México. Volviendo a España tuvo el puesto de asistente en Roma y, concluido con desempeño este preeminente encargo, enriqueció el colegio de su patria con insignes reliquias, y entre ellas las preciosísimas de una espina de la corona de nuestro redentor Jesucristo y un pedazo del Lignum Crucis.

 

21.-Padre fray Melchor de San Lorenzo, de la orden de San Gerónimo, había estudiado en Salamanca los sagrados cánones y, graduado en ellos, vistió la beca en el mayor de Cuenca y dejándolo todo por Dios, trató de retirarse a la religión.

 

22.-El eruditísimo Benedicto Arias Montano, conocido por sus escritos en toda Europa y en toda la iglesia. De la orden de Santiago y capellán de honor del señor rey don Felipe el Prudente. Estudió gramática, artes y teología en Sevilla, perfeccionose y tomó grado de doctor en Alcalá, y adquirió perfectamente las lenguaas hebrea, griega, siria y arábiga. Hallose con don frey Marín Pérez de Ayala, obispo de Segovia en el santo Concilio de Trento, cuyos padres hicieron estimación de su literatura, erudición y noticias. Sacole el rey del retiro que había elegido, junto a Aracena de Sevilla, no muy distante de su patria, para que asistiese en Flandes con otros varones que Su Majestad había escogido de suma erudición para hacer una Biblia Regia. Perfeccionada, Su Majestad le gratificó este trabajo con dos mil ducados de renta en pensiones y la encomienda de Nuestra Señora de Tudía que, dicen, incorporó y perpetuó en los conventuales de Santiago de Sevilla. Y siendo prior en su convento, murió en 1 de junio de 1611. Allí dejó su librería y en la Cartuja sus alhajas. Instituyó una cátedra en Nuestra Señora de los Ángeles, sierra de Aracena. No bebió vino ni comía más de una vez al día y era por la noche. Los días de fiesta, sin interrumpir sus estudios, se divertía en hacer versos, en que fue copioso y elegante, y aun tradujo en metro latino los salmos de David. Comentó los doce profetas, Isaías, los Actos de los Apóstoles, el Apocalipsis, los Jueces, Josué. Elucidó loss cuatro evangelios, escribió nueve libros de las antigüedades judaicas, historia del linaje humano, de la vida de Cristo, idiotísimos hebreos, con otras cosas de curiosidad, figuras de ambos testamentos, la Pasión de Cristo, cuatro libros de himnos y poesía sagrada, cuatro libros de retórica, índice correctorio de libros, aforismos sacados de Cornelio Tácito. Supo sobre las referidas lenguas toscana, francesa, alemana, flamenca, inglesa y otras. Escribió otras obras que alega el erudito don Nicolás Antonio en su Biblioteca Hispana.

 

HIGUERA

 

1.-Don Francisco de Ávila, caballero de la orden de Santiago y alguacil mayor de la Inquisición de Lima.

 

BURGUILLOS

 

Naturales:

 

1.-Alonso Hernández Fernández de Segura, canónigo de la Santa Iglesia de Salamanca y fundador del convento de monjas que hay en dicha villa y de otras obras pías.

 

2.-Don Cristóbal de Mesa, maestreescuela en esta iglesia catedral.

 

3.-Miguel de Mesa

 

4.-Hernando de Mesa y…

 

5.-Francisco de Mesa y Segura, todos canónigos en Badajoz.

 

6.-Francisco de Toro, canónigo de Coria.

 

7.-Pedro Tinoco, racionero de Toledo y…

 

8.-Fray Francisco, de los Descalzos de San Francisco, provincial en la de san Gabriel.

 

 

JEREZ

 

1.-Don Alonso de Vargas, capitán general en Aragón.

 

2.-Don Juan de Silva, gobernador y capitán general en Filipinas.

 

3.-Don Gabriel de Silva, de la orden de San Juan, gobernador de la isla de Ternate.

 

4.-El capitán Pedro Rosado.

 

5.-Licenciado Sotomayor, colegial de Cuenca.

 

6.-Doctor Valcárcel, alcalde de corte en Granada y Valladolid.

 

7.-Don Agustín de Silva, gobernador de Puerto Rico, caballero de la orden de Alcántara y familiar del Santo Oficio de la Inquisición, hermano de…

 

8.-Don Fernando de Silva y Figueroa, alcalde mayor perpetuo de Jerez.

 

9.-Don Juan de Silva y Figueroa, su hijo, caballero de la Orden de Santiago.

 

10.-Don Antonio de Laguna, de la orden de Alcántara, y comendador de Piedrabuena.

 

11.-Baltasar Bravo de Lagunas, caballero de la Orden de Santiago.

 

12.-Don García de Porres y Silva, colegial del maestrazgo de Cuenca, caballero de la orden de Santiago, catedrático de Vísperas de Cánones en la universidad de Salamanca y del Consejo Real de Castilla. Su hermano…

 

13.-Don Pedro de Porres, de la misma orden, corregidor de Logroño y Écija.

 

14.-Licenciado don Fernando de Alor, inquisidor apostólico en el tribunal de Llerena.

 

15.-Don Pedro Baltasar de Vargas y Mexía, caballero de la orden de Santiago y colegial del mayor de Cuenca.

 

16.-Don García de Porres, caballero de la orden de Santiago, y capitán de caballos de este ejército.

 

17.-Fray Alonso Pacheco de la orden de San Francisco, comisario en Indias y provincial en la provincia de Santiago.

 

18.-Fray Diego Enríquez, de la misma orden, provincial en la de San Gabriel.

 

19.-Fray Diego Blanco, provincial en la misma provincia.

 

20.-Fray Pedro Ardila, de los mismos descalzos, varón que pondera su crónica de muy virtuoso.

 

21.-Licenciado Francisco de Chávez, familiar del Santo Oficio de la Inquisición, provisor de este obispado, abad de la colegiata de Zafra.

 

 

HIGUERA DE VARGAS

 

1.-El padre Pedro Gómez, de la Compañía de Jesús, cumplido a satisfacción de sus superiores el encargo de fundar en las islas Terceras un colegio, pasó de ellas, conseguida la licencia, y encendido en ardiente celo de la mayor gloria de Dios y bien de las almas, al Japón, donde con copiosísimos frutos espirituales que cogió de ellas, y de la suya en dieciséis años que cultivó sus conciencias con su admirable dirección y publicación de la Divina palabra, siendo en los diez últimos años superior y vicario provincial de todos aquellos celosos y apostólicos obreros. Murió en el de 1600.

 

2.-Don Alonso de Alvarado y Tordoya, canónigo de esta Iglesia.

 

3.-Fray Andrés de la Higuera, murió con opinión de santidad, como lo refiere la crónica de su provincia descalza de San Gabriel libro 3º, cap. 31.

 

 

SERPA

 

1.-Don fray Francisco Cuaresma, de la orden de San Francisco, provincial de los Algarbes, obispo de Tanger y Ceuta y…

 

2.-Don fray Antonio de Serpa, de la misma orden, de la provincia descalza de la Piedad, obispo de Cochin en el oriente.

 

3.-San Proculo y…

 

4.-San Hilarion Mártires, como lo acuerda con otros graves anticuarios el Martirologio Romano, en 12 de julio.

 

MORA

 

Fueron naturales de esta villa:

 

1.-San Julián que en la persecución de Domiciano con Dativo, Vicencio, Esteban, Máximo y otros veinticinco compañeros padeció martirio en Aguas Quincianas de Galicia, a 27 de enero del año 95 primero del santo pontífice Anacleto.

 

2.-Don fray Baltasar Limpo, arzobispo de Braga, y…

 

3.-Fray Juan Méndez, de la orden de San Francisco, provincial en la de San Miguel.

 

 

VILLANEVA DEL FRESNO

 

1.-Don Pedro Portocarrero, hijo de don Pedro Portocarrero y doña Juana de Cárdenas, marqueses de Villanueva, obispo de Ciudad Rodrigo, y pasó al arzobispado de Granada, aunque murió sin haber entrado en su iglesia, año de 1526.

 

2.-Otro de los mismos nombres y casa, obispo de Cuenca, año de 1599.

 

 

OLIVA

 

1.-El doctor Francisco Matamoros, gran médico, catedrático de medicina en la universidad de Osuna, y de la cámara del señor rey don Felipe IV.

 

2.-Fernando Antonio de Boza, capitán y familiar del Santo Oficio.

 

3.-Martín Vázquez Montiel y…

 

4.-Francisco Montiel, capitanes en el descubrimiento de las Indias.

 

5.-Don Bartolomé García Cordero, canónigo del Sacromonte de Granada, magistral de Badajoz, confesor del Real convento de la Encarnación de Madrid y calificador del supremo Consejo de la Inquisición. Murió de edad de 47 años.

 

 

ALCONCHEL

 

1.-Fray Francisco de Alconchel, provincial de la Piedad, reino de Portugal, y uno de los primeros fundadores de la provincia.

 

2.-Fray Pedro de Alconchel, provincial en la de San Gabriel.

 

3.-Fray Francisco de Molina, en la misma provincia y…

 

4.-Fray Alonso de Alconchel, todos franciscanos descalzos, de cuyos grandes talentos y virtudes hacen memoria las crónicas de dichas provincias.

 

 

VILLANUEVA DE BARCARROTA

 

1.-El adelantado Hernando Méndez de Soto, conquistador del Perú, gobernador y capitán general de la Florida, caballero de la Orden de Santiago; hombre tan grande y de hechos tan heroicos que hay libros enteros de sus empresas.

 

2.-Fray Luis de Soto, de la Orden de Santo Domingo, conquistador espiritual de aquellos indios.

 

3.-Fray Gonzalo Venegas, de la orden de San Francisco, lector jubilado y custodio y definidor de la provincia de San Miguel y calificador del Santo Oficio de la Inquisición.

 

4.-Licenciado Gonzalo Mexía Lobo, fiscal de la inquisición de Cuenca e inquisidor de Canarias y México, donde murió en 17 de octubre de 1627. Declaró en su testamento ser hijo de Pedro Mexía Méndez y (de) doña Beatriz González Lozano, vecinos de Barcarrota, y manda que sus sucesores sean trasladados a la capilla que fundó.

 

5.-El capitán Jorge Mexía, su hermano, en dicha villa.

 

6.-Don Pedro Mexía, canónigo de esta iglesia de Badajoz.

 

7.-Francisco Pérez de San Juan, Caballero de la Orden de Santiago, capitán de caballos en este ejército.

 

8.-El siervo de Dios fray Diego Milano, cuyas virtudes realza mucho la crónica de su orden.

 

9.-Fray Diego de San Nicolás, provincial de los Descalzos de San Gabriel, hombre verdaderamente celoso de la perfección y pureza de su instituto.

 

10.-Fray Lorenzo de Villanueva, de la misma provincia, varón penitente y que impelido del celo de la salvación de las almas pasó a las Indias.

 

11.-Isabel López, murió en opinión de mucha santidad.

 

 

OLIVENZA

 

Ha tenido esta villa (hoy de Portugal, y obispado de Yelves) muchos hombres ilustres en paz y en guerra. Y sus iglesias están llenas de sepulcros, inscripciones y memorias de nobles en calidad y oficios. De ella fue alcalde mayor Pedro Rodríguez de Fonseca por los años de 1384 a quien la reina doña Leonor Téllez de Meneses casó con doña Inés Téllez Botello, su dama y parienta. Fue señor de Mora, Fresneda, Castel, Rodrigo, Odemira, Saufel, Montalegre y San Román. Dejolo todo por seguir el partido de Castilla, en las pretensiones del maestre de Avis. En Castilla mle hizo el señor rey Juan I su aposentador mayor y guarda mayor de su persona y le dio las tercias de Badajoz que hoy gozan sus descendientes con la investidura de la merindad del Algarbe y villa de Alterdochaon, si se ajustase aquel derecho, pero la batalla de Aljubarrota quitó el logro de la posesión de aquellos estados.

 

 

VALVERDE DE BADAJOZ

 

1.-Fray Juan de Valverde, corista en la provincia de San Gabriel, murió mozo de mucha orden y pureza y…

 

2.-El siervo de Dios fray Juan de Cabrera, de la misma provincia, de cuyas virtudes escriben muchos los autores de su religión.

 

 

TELENA

 

1.-El siervo de Dios fray Domingo de Telena, descalzo de la provincia de San Gabriel, de cuyas virtudes trata su crónica, fol. 17.

 

 

CAMPOMAYOR

 

Fueron naturales de esta villa que pasó de este reino y obispado al de Yelves en Portugal.

 

1.-Don Alonso Mexía, obispo de Leiria, Lamego y Coimbra y…

 

2.-El padre Amadeo y su hermana la viuda, doña Beatriz de Silva.

 

 

ALBURQUERQUE

 

1.-Don fray Bernardo de Alburquerque, obispo de Chiapas.

 

2.-Don fray Juan de Alburquerque, obispo de Goa.

 

3.-Fray Juan Bejarano, de la orden de San Gerónimo, predicar del señor rey don Felipe II.

 

4.-Don Francisco de Amaya, tesorero dignidad en esta iglesia.

 

5.-Fray Agustín de Alburquerque, de la orden de San Agustín, provincial de Filipinas.

 

6.-Fray Bartolomé de Alburquerque, descalzo de San Francisco y provincial.

 

7.-Fray Diego de Alburquerque, mínimo de San Francisco de Paula, provincial de Andalucía.

 

8.-Don Juan Alonso Bustamante, caballero de la orden de Santiago, gobernador y capitán general de la provincia de Arequipa.

 

9.-Licenciado Gómez Hidalgo, del Consejo de Su Majestad, fiscal en la audiencia de Guatemala.

 

10.-Pedro Gómez de Espinosa, fundó una obra pía para casar huérfanas.

 

11.-Don Diego Sarmiento, caballero de la orden de Santiago, señor del Valle de las Hachas, en Galicia. Dio felices partos de su ingenio en verso y en prosa.

 

12.-Bartolomé del Pilar, comendador en la orden de Jesucristo.

 

13.-Don Pedro de la Rocha, capitán de caballos corazas en este ejército.

 

14.-Don Francisco de la Rocha, caballero de la orden de Santiago, su hijo.

 

15.-Doctor don Juan de Bustamante, maestreescuela y canónigo en esta iglesia y notario del Santo Oficio de la Inquisición.

 

16.-Licenciado don Feliciano Gallego de Frías, gobernador de Brozas y Castro Torafe.

 

17.-Licenciado don Pedro de Meneses, oidor en Lima.

 

18.-Licenciado don José Tello de Meneses, oidor en Santo Domingo y Guadalajara, alcalde de corte en México y oidor de Chile.

 

19.-Don Martín de Rojas y Durán, capitán de infantería.

 

20.-Francisco Martínez, capitán de caballos en este ejército.

 

21.-Pedro de Alburquerque, racionero en la santa iglesia de Sevilla

 

 

ROCA

 

1.-El reverendísimo padre fray Diego de Cáceres, del orden de San Gerónimo, lector de teología en Salamanca y general de su religión. Varón muy docto y virtuoso. Escribió muchas y lucidas materias escolásticas y expositivas.

 

2.-Fray Alonso del Manzanete, de la provincia de San Gabriel, de cuyas selectas virtudes trata su crónica, fol. 526.

 

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

 

(Introducción y transcripción)

ALONSO DE SOTOMAYOR, UN CARMONENSE PRESIDENTE DE LA GENERALITAT (1677-1680)

ALONSO DE SOTOMAYOR, UN CARMONENSE PRESIDENTE DE LA GENERALITAT (1677-1680)

        La historia de Cataluña está íntimamente ligada a la de España, al menos en los últimos cinco siglos. Hace algunos años me llamó la atención el dato de un paisano mío, carmonense, que ostentó el cargo de presidente de la Generalitat, entre 1677 y 1680. Se trataba de Alonso de Sotomayor, que había llegado a la Ciudad Condal varios lustros antes con el cargo de obispo.

Desde entonces siempre he estado pendiente por si me salía algún dato sobre este carmonense que ostento el máximo poder de la Generalitat. Los Sotomayor constituían un viejo linaje gallego que emigró a Andalucía durante la Reconquista. Muchos de sus miembros ostentaron hábitos de órdenes militares, tanto de Alcántara, como de Santiago, Montesa y Calatrava. En Carmona los encontramos afincados, al menos desde el siglo XV, formando parte de la oligarquía local. Asimismo, ostentaron cargos de gran relevancia como la alcaldía mayor de la ciudad y otros la capitanía perpetua. El primero de los cargos era, ya en el siglo XV, más honorífico que efectivo pero que les daba derecho a percibir un salario y, lo más importante, podían participar en los cabildos con voz y voto. La capitanía perpetua, en cambio, era un oficio activo, muy activo y de mucha responsabilidad, pues tenía como misión reclutar, adiestrar y acudir al combate junto a las milicias locales. Algunos de estos capitanes perdieron su vida en combate. Además, la Corona daba mucha importancia al cargo, pues, la seguridad del reino dependía de la colaboración de los concejos, tanto económicamente como en el apresto de las milicias. Máxime en tiempos de guerra, como las de Granada y Francia.

        Los Sotomayor obtuvieron la capitanía por un privilegio otorgado por el rey Juan II, probablemente tras participar en la célebre batalla de la Higueruela a las órdenes de Pedro Niño y del condestable don Álvaro de Luna. Sería de uno de esos más de un millar de caballeros que, desde marzo de 1431, estuvieron practicando el pillaje en la vega de Granada. Hacía 1540 ostentaba la capitanía Hernán o Fernán Gómez de Sotomayor, que entonces tenía solo dieciséis años, mientras que en 1582 encontramos a Alonso de Sotomayor como capitán perpetuo de Carmona.

        El Alonso de Sotomayor, objeto de estas líneas nació en Carmona en la primera década del siglo XVII, siendo sus padres don García de Sotomayor, hermano menor del capitán perpetuo de Carmona, y de doña Beatriz Castellanos. El futuro prelado tuvo una hermana, llamada Marina de Saavedra que se desposó con el regidor de la villa Fernando de Rueda. Fue arzobispo de Oristán, en la isla de Cerdeña y, desde 1663, obispo de Barcelona. Catorce años después le cupo el honor de alcanzar la presidencia de la Generalitat, tras el cese de su antecesor Esteve Mercadel i Dou. Durante tres años estuvo al frente de la máxima institución política catalana, sustituyéndole desde 1680 Josep Sastre i Prats. Dos años después, exactamente el 20 de junio de 1682, fallecía en la Ciudad Condal el citado prelado que debía tener en esos momentos más de setenta años.

Alonso de Sotomayor fue en su momento el segundo andaluz en presidir dicha institución, pues Luis Tena la encabezó entre 1617 y 1620 y era natural de Guadix. De todos los presidentes hasta nuestros días solo catorce nacieron fuera de Cataluña, tres de ellos en Andalucía, contando con José Montilla, natural, como es bien sabido, de Córdoba, presidente entre 2006 y 2010. Y esta historia, aunque sea anecdótica es mi pequeña contribución a la historia de una comunidad autónoma tan singular como querida, Cataluña,

 

 

 

PARA SABER MÁS:

 

“EL CURIOSO CARMONENSE” (Manuscrito del siglo XVIII editado por Antonio Lería en Carmona, S&C Ediciones, 1997.

 

MÉNDEZ BEJARANO, Mario: “Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia”. Sevilla, 1922 (Reed. En Sevilla, Padilla Libros, 1989).

 

MIRA CABALLOS, Esteban y Fernando VILLA: “Carmona en la Edad Moderna”. Sevilla, Muñoz Moya, 1999.

 

http:/es.m.wikipedia.org/wiki/presidente_de_la_Generalidad_de_Cataluña

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS