Blogia
Temas de historia y actualidad

Historia de Extremadura

EL CONVENTO DE MONTEVIRGEN DE VILLALBA DE LOS BARROS EN LOS MANUSCRITOS DE ASCENSIO DE MORALES (S. XVIII)

EL CONVENTO DE MONTEVIRGEN DE VILLALBA DE LOS BARROS EN LOS MANUSCRITOS DE ASCENSIO DE MORALES (S. XVIII)

        Ascensio de Morales y Tercero en una carta autógrafa, fechada en Badajoz, el 26 de abril de 1754, explicaba todos los pormenores de su comisión de archivos. Una orden del Consejo de Estado dada en 1743 le encomendó la tarea de investigar en los archivos para hacer una Historia Eclesiástica de España. Sin embargo, detrás de esa aparentemente altruista misión había motivos de más calado. Al parecer, los cardenales Acquaviva y Belluga, comisionados para negociar el Concordato de 1723 habían sostenido, frente al Papa, que la grandeza de los conventos y de las iglesias de España se debía al mecenazgo de los reyes. Felipe V quiso llevar a cabo una investigación para verificar eso y de paso recuperar los legítimos derechos que con la Corona le habían dejado los señores reyes sus predecesores gloriosos en las iglesias que habían conquistado, fundado y dotado en sus dominios, y saber cuántas eran fundaciones reales. Y para llevarlo a cabo se le otorgó el cargo de oidor honorario de Sevilla con la intención de que recibiese un sueldo de 75 reales diarios para llevar a cabo su misión. Empezó investigando en Castilla, León, Asturias y Galicia, para ver la regalía de patronatos de las iglesias catedrales de Palencia, Valladolid, León, Astorga, Santiago, Tuy, Lugo, Orense, Oviedo y Burgos. Con Fernando VI se le propuso Galicia, y, finalmente, por decreto del 23 de junio de 1750 se le encargo los obispados de Cuenca, Murcia, Cartagena, Orihuela, Plasencia y Badajoz (Rodríguez Moñino, 1930: 121-136).

        Su obra más acabada fueron cuatro volúmenes con documentación sobre la diócesis de Badajoz. El cuarto de esos volúmenes, conservado por duplicado en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Colombina fue publicado en Badajoz en 1910 bajo el título de Crisis Histórica de la Ciudad de Badajoz y reeditado en la misma ciudad en el año 2006. Sin embargo, este último volumen era resumen de los tres anteriores, conservados en la sección de Códices del Archivo Histórico Nacional y que nunca vieron la letra impresa. Uno de estos tres volúmenes es la historia de los conventos del obispado de Badajoz, de los que extractamos en estas líneas lo correspondiente a la villa de Villalba de los Barros.

        Fue mal investigador y buen copista, se dedicó a copiar literalmente de fuentes muy concretas: las crónicas de las respectivas órdenes, los libros de profesión de cada convento y de la Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz de Juan Suárez de Figueroa. Su valor es relativo, de aquellos cenobios de los que se conserva su documentación apenas presenta ninguna novedad reseñable pero sí, en cambio, de aquellos otros en los que la documentación está desaparecida o perdida.

        Y por último decir que hemos adoptado como criterios de transcripción la actualización de las grafías. Asimismo, hemos corregido sin previo aviso las erratas del propio autor y alterado aquellos signos de puntuación colocados inoportunamente, todo ello para facilitar su lectura.

 

 

CONVENTO DE MONTE-VIRGEN, DESCALZOS DE SAN FRANCISCO

 

 

            La imagen de Nuestra Señora que se venera en el convento de su título de Monte-Virgen, es tradición que refieren algunos instrumentos haber sido hallada en un montón de piedras, donde estuvo mucho tiempo oculta. Descubriola la voz de una urraca que girando por aquel sitio voceaba: “Montevirgen, Montevirgen”, lo que observado por un hombre que habitaba aquel desierto fue estímulo para buscar, hallarla y fabricarle una ermita con el expresado título de Montevirgen. Habitabanla por los años de 1532 algunos religiosos de San Francisco que se llamaban los ermitaños de Nuestra Señora de Montevirgen, como consta por una bula de perdones, con data de 10 de octubre del referido año de 1532, expedida a solicitud y petición de fray Francisco Ulmensa, fraile de san Francisco, ermitaño de la ermita de Nuestra Señora de Montevirgen, cerca de la villa de Villalba, obispado de Badajoz. Siendo, al parecer, de aquellos que a causa de los muchos trabajos que padecía entonces la reforma o descalzez, privados de muchas causas que tenían, quedaron necesitados a hacer vida solitaria en las ermitas y desiertos.

            En el año de 1568, el reverendo padre fray Juan de Talavera, provincial de esta de San Gabriel, con comisión del reverendo padre fray Francisco de Guzmán, comisario general de esta familia cismontana, convocó a su definitorio en el convento de Madre de Dios de la villa de Alburquerque, y en su junta, celebrada a 26 de agosto del mismo año, recibió la ermita citada de Montevirgen, de la liberalidad de don Juan de Ribera, obispo de Badajoz, para fabricar convento a sus religiosos, como se ejecutó desde este año hasta el de 1598 en que se concluyó, a esmeros de la piedad de los señores duques de Feria, Gómez Suárez de Figueroa, don Lorenzo, su hijo, y con especialidad la Excelentísima señora doña Juana Dormer, viuda de dicho don Gómez, y de la devoción y limosnas de las vecinas (de las) villas de Villalba y Aceuchal.

            A fines del año 1585, hecha ya la sacristía de bóveda, se proporcionó lo mejor que fue posible para iglesia y trasladaron a ella desde la referida ermita el Santísimo Sacramento y la milagrosa imagen de Nuestra Señora, con lo que cesó la incomodidad que padecían los religiosos por tiempo ya de diecisiete años, pasando a las horas y divinos oficios a dicha ermita, unida por medio de un callejón largo al nuevo convento.

            En el año de 1591, Lunes Santo, 8 de abril, siendo guardián de este convento fray Francisco de Madrid, y provincial fray Juan Bautista Moles, bendijo éste y puso por su mano, ayudado de Andrés Maheda, maestro de la obra, la primera piedra de la iglesia nueva, y en ella esculpida una cruz y el número en guarismo del año que corría. Y sobre ella pusieron otra el referido guardián, y el del convento de Salvatierra, fray Francisco Bolaños, con un letrero que dice: “Santa María”.

            No consta el número de religiosos que comenzaron a habitar este convento que hoy, aunque con mucha escasez y necesidad, mantiene veinte profesos y cuatro o cinco donados sirvientes, a expensas únicamente de las limosnas con que subviene la piedad de algunos pueblos vecinos.

            Por cuanto los religiosos de esta provincia de San Gabriel no tienen domicilio cierto porque la obediencia los muda con frecuencia de un lugar a otro, aunque en dicho convento han vivido muchos venerables, no se atreve a decir que fue la cuna de sus virtudes. Y solo entre muchos que profesaron en el estado de legos y donados se acuerda de uno que con especialidad se dice haber sido de vida muy ejemplar, sin expresar la virtud en que se singularizó. Dice lo escrito así: “En tres de febrero de mil seiscientos y cincuenta murió en este convento de Montevirgen Clemente de San Francisco, donado profeso y varón de buena vida, siendo guardián fray Fernando de Brozas”. Consta todo lo dicho de un libro pequeño que guarda el guardián de dicho convento y mucho de ello de la primera parte de las crónicas de la citada provincia de San Gabriel.   

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

LOS CONVENTOS DE ALMENDRAL (BADAJOZ) EN LOS MANUSCRITOS DE ASCENSIO DE MORALES (S. XVIII)

LOS CONVENTOS DE ALMENDRAL (BADAJOZ) EN LOS MANUSCRITOS DE ASCENSIO DE MORALES (S. XVIII)

        Ascensio de Morales y Tercero en una carta autógrafa, fechada en Badajoz, el 26 de abril de 1754, explicaba todos los pormenores de su comisión de archivos. Una orden del Consejo de Estado dada en 1743 le encomendó la tarea de investigar en los archivos para hacer una Historia Eclesiástica de España. Sin embargo, detrás de esa aparentemente altruista misión había motivos de más calado. Al parecer, los cardenales Acquaviva y Belluga, comisionados para negociar el Concordato de 1723 habían sostenido, frente al Papa, que la grandeza de los conventos y de las iglesias de España se debía al mecenazgo de los reyes. Felipe V quiso llevar a cabo una investigación para verificar eso y de paso recuperar los legítimos derechos que con la Corona le habían dejado los señores reyes sus predecesores gloriosos en las iglesias que habían conquistado, fundado y dotado en sus dominios, y saber cuántas eran fundaciones reales. Y para llevarlo a cabo se le otorgó el cargo de oidor honorario de Sevilla con la intención de que recibiese un sueldo de 75 reales diarios para llevar a cabo su misión. Empezó investigando en Castilla, León, Asturias y Galicia, para ver la regalía de patronatos de las iglesias catedrales de Palencia, Valladolid, León, Astorga, Santiago, Tuy, Lugo, Orense, Oviedo y Burgos. Con Fernando VI se le propuso Galicia, y, finalmente, por decreto del 23 de junio de 1750 se le encargo los obispados de Cuenca, Murcia, Cartagena, Orihuela, Plasencia y Badajoz (Rodríguez Moñino, 1930: 121-136).

        Su obra más acabada fueron cuatro volúmenes con documentación sobre la diócesis de Badajoz. El cuarto de esos volúmenes, conservado por duplicado en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Colombina fue publicado en Badajoz en 1910 bajo el título de Crisis Histórica de la Ciudad de Badajoz y reeditado en la misma ciudad en el año 2006. Sin embargo, este último volumen era resumen de los tres anteriores, conservados en la sección de Códices del Archivo Histórico Nacional y que nunca vieron la letra impresa. Uno de estos tres volúmenes es la historia de los conventos del obispado de Badajoz, de los que extractamos en estas líneas lo correspondiente a la villa de Almendral.

        Fue mal investigador y buen copista, se dedicó a copiar literalmente de fuentes muy concretas: las crónicas de las respectivas órdenes, los libros de profesión de cada convento y de la Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz de Juan Suárez de Figueroa. Su valor es relativo, de aquellos cenobios de los que se conserva su documentación apenas presenta ninguna novedad reseñable pero sí, en cambio, de aquellos otros en los que la documentación está desaparecida o perdida.

        Y por último decir que hemos adoptado como criterios de transcripción la actualización de las grafías. Asimismo, hemos corregido sin previo aviso las erratas del propio autor y alterado aquellos signos de puntuación colocados inoportunamente, todo ello para facilitar su lectura.

 

 

EL CONVENTO DE ROCAMADOR

 

            El convento de Nuestra Señora de Rocamador es uno de los conventos primitivos de descalcez. Fue admitido por los primeros fundadores, fray Juan de Guadalupe, fray Ángel de Valladolid, fray Pedro Melgar, y se principió por los años del Señor de 1512. Es este convento uno de los que señalaron para la custodia del Santo Evangelio que fueron once, siendo general de la Orden, el reverendísimo fray Bernardino de Prado. Está (a) una legua pequeña de la villa de Barcarrota (sic) y una legua grande de las villas de Almendral y Salvaleón. Barcarrota es de la jurisdicción de los marqueses llamados de Villanueva. Salvaleón y Almendral, es tierra de don Lorenzo Suárez de Figueroa, Duque de Feria, primero de este nombre, en cuyo término, digo del  Almendral, está este convento de Rocamador y todos tres lugares son del obispado de Badajoz, ciudad que dista de este convento siete leguas. El Duque de Feria cedió este sitio de Rocamador que se llama así por las peñas o rocas, en que está asentado y con autoridad Real y Pontificia se fundó este convento.

        Todo fue a expensa de los señores Duques de Feria, limosnas de los lugares ya referidos, de un sujeto que vivía en el Almendral (al parecer rico) que no está escrito su nombre en los libros del convento, y con especialidad de la señora doña Blanca de Vargas, señora de una dehesa que se llama Sierra Brava, en el término de Barcarrota, que vivía en la ciudad de Mérida, donde murió y viven sus herederos. Esta señora dio trescientos ducados para la iglesia con que se empezó a hacer la fábrica. Mandó también cien ducados para dorar el retablo que está en el altar mayor asentado. Juntamente mandó hacer un sepulcro debajo de dicho altar, donde yace una hija suya y la señora está en dicha ciudad de Mérida como en depósito. En el crucero de la capilla de dicho convento mandó poner las armas de los Vargas, como parece claro. Este convento tuvo su asiento primero junto a la villa de Salvaleón, como un tiro de fusil, en una huerta que allí está, viniendo a la fuente que llaman la Regadera, a mano derecha. De aquí se trasladó media legua del dicho Salvaleón, en la dehesa que llaman los Palacios, donde parecen los vestigios. De allí pasó a donde ahora está, y aun este está trasladado algunos pasos del primer sitio que tuvo, quedando el asiento primero fuera de la huerta, y junto a los muros de ella y de una fuente que allí está. Después acá ha tenido parciales reedificaciones de algunos guardianes, como hacer la bóveda, claustro, dormitorio y celdas y algunas añadidas de nuevo, En sus principios mantuvo de doce a trece frailes y hoy de veintidós a veintitrés con que está hoy el convento muy proporcionado para la vivienda religiosa, por estar rodeado de soberbios riscos y alcornoques, que todo está convidando a la oración y contemplación. 

            Varones ilustres en santidad, virtudes y letras ha tenido muchos este convento, sea primero el ínclito y esclarecido mártir San Juan de Prado, pues tomó el hábito y profesó en este convento a 18 de noviembre de 1585, siendo general de la orden fray Francisco de Gonzaga, ministro provincial de esta provincia de San Gabriel, fray Juan de Santa Ana y guardián de este convento, fray Andrés de Plasencia. Todo esto consta de un libro de a cuarteta, intitulado “Fundación del convento” donde también se asientan los que toman el hábito y profesan en dicho convento. Y porque el santo paso a la provincia de San Diego en Andalucía, donde fue su primer provincial y resplandeció en muchas y heroicas virtudes y desde allí pasó a Marruecos, donde coronó su portentosa vida con la palma del martirio.

            Fray Francisco Moneo, fue sacerdote y confesor muy humilde y de gran caridad, deseó grandemente el padecer martirio y con las licencias necesarias pasó a Marruecos. Allí predicó la palabra del Santo Evangelio con tanto espíritu y fervor que aquellos tiranos le dieron bien que padecer y merecer. No alcanzó la palma del martirio que tanto deseaba porque en aquella ocasión por ciertas treguas que hubo y lo echaron de aquella corte y lo enviaron con mercader a España. Visto por el siervo de Dios que le convenía mudar el martirio de sangre que tanto deseaba en el de una continua penitencia, la ejecutó con tal rigor que todos se llegaron a admirar. No le sabía otro nombre el pueblo que (a) boca llena llamarle santo. Diole la última enfermedad, habiéndole dicho antes a un religioso (lo que testifica con juramento) la hora y día de su tránsito. El guardián temeroso de perder tanta virtud lo envió con gran cuidado a curar a Barcarrota, pero allí (según piadosamente se cree) entregó su espíritu al Señor. Trajéronle a enterrar al convento, y como le tenían tanta devoción, todo el pueblo le vino acompañando y por más que los religiosos tenían cuidado con el cuerpo, por partes lo quedaron desnudo, quitándole mucha parte del hábito. Enterrose en el sepulcro de bóveda que estaba recién acabado. Hoy se mantiene entero e incorrupto, exhalando de sí un olor tan especial que da bien a entender su salvación.

            Yace asimismo, en este convento fray Rodrigo de Belvis. Vino a la provincia de tierna edad y de tierna edad murió. Aseguran sus confesores que era de tanta inocencia y candidez que en toda su vida cometió culpa mortal. Con todo eso, y no tener culpa, hizo una rígida penitencia; estando una vez enfermo con unas gravísimas calenturas, el enfermero que le asistía le quiso quitar los paños para ponerle otros limpios. El corista se resistió grandemente sin querérselos quitar, ni tampoco se quería rodear de una parte a otra. El enfermero forcé(je)ó con él, a que se dejase limpiar y el bendito corista por dos veces se llegó a resistir hasta que a la tercera, con grande humildad, permitió aquel beneficio, aunque con disgusto suyo. Pero, ¡o gran Dios! Llegó el enfermero a quitarle los paños y los tenía pegados en dos partes de sus carnes, y en cada una llaga como la palma de la mano. Quedó éste admirado y para honra y gloria de Dios le dijo el enfermo: yo cuando los religiosos dormían hacía disciplinas crueles, aun cuando tenía calenturas mayores. Supo el día y la hora que había de morir y aquella mañana le dijo al enfermero que fuese a ver el sol y que en dando las ocho que había de morir. Así fue como lo dijo, y murió en la misma hora, dando un hermoso presagio de su bienaventuranza.

            Aquí está sepultado también fray Juan de San Miguel, religioso lego, y aunque éste llegó a muy anciano, hacía horrorosas penitencias como su fuera mozo, Dotole Dios con gracia de curación pues curaba las heridas más canceradas, haciendo milagrosas curas. Venían de diversas partes a él, y a todos llegaba a beneficiar. Era pobre en extremo, tenía un hábito solo y ese muy viejo y remendado. Cuando lo quería rendondear se metía en el agua hasta el tobillo, y cortaba el hábito hasta donde llegaba lo mojado. Era muy devoto del señor San Alejo, y así, muchos años antes de morir, se retiró a una celda muy estrecha que está por (de)bajo de la escalera, que baja para la cocina. Allí tenía su vivienda y cama que era de paja sola. Como le veían los religiosos tan viejo y necesitado se compadecían mucho de él, rogándole que se quitase de allí y le diese algún alivio, a su necesitado y mortificado cuerpo. Él respondía: gracioso he de vivir y morir como San Alejo. Así fue por los años del señor de 1567, donde con piedad bien fundada se discurre que acompaña a San Alejo en la Gloria.

            También yace aquí fray Pedro de Leyva, religioso lego de santa vida. Era de mucha oración y en todo muy recoleto y espiritual. Dotole Dios de una admirable prudencia, conversaba mucho con príncipes y señores porque admiraban a un mismo tiempo en él, la discreción y santidad. Era enemigo de la ociosidad y decía que el religioso lego (no olvidando lo espiritual) era solo para el trabajo, y así él nunca se vio ocioso. Tuvo en la provincia fama de santo, pasó al Señor por los años de 1568.

            Está sepultado en este mismo convento el venerable fray Pedro de Barcarrota, corista, cuya fama póstuma, hermoseada por repetidos prodigios y milagros, corre hasta el día de hoy en estos pueblos vecinos. Nació en la villa de su apellido, a 19 de junio de 1652, criaronle sus padres con gran cuidado, nunca le vieron inquieto, ni lloroso. A los cuatro años ya tenía su diversión en la iglesia y oía de rodillas misa y con tanta devoción estaba fijo y suspenso a la vista de la imagen de Nuestra Señora, que le costaba muchos llanos el traerle a casa. Llegó a los seis años y sus entretenimientos pueriles era el aseo de los altares. Ya mayor era de muy ardiente caridad, y estando en la casa de sus padres, todo lo que él había de comer lo repartía a los pobres. Tomó por su cuenta ser procurador de los vergonzantes, y el bien que con este oficio hizo, solo se supo en las informaciones que se hicieron de él, después de muerto. Sus ayunos, disciplinas y silíceos fueron continuos: arrojábase a las ortigas y zarzas desnudo y estaba en cruz mucho tiempo.

            Tomó el hábito en el convento de Aguas Santas, y pasó su noviciado con mucho ejemplo. Hizo su profesión a 16 de febrero de 1678. Fue a vivir al convento del Palancar y allí, a instancias del señor Obispo de Coria, se ordenó de menores y epístola. De aquí pasó a vivir a la ciudad de Trujillo. Acometiole en este convento una calentura ética y el superior por ver si mejoraba, lo envió a tomar los aires de su tierra. Llegó a Barcarrota, su patria, y halló a su madre bien enferma y habiéndola consolado, corriendo los accidentes de ambos dijo un día: “Mi madre y yo hemos de partir juntos”, instándole después contra esto porque su madre estaba mejor, respondió: hemos de morir en una misma hora, y ésta es la voluntad de Dios. Así se vio con asombro de los que fueron notando las circunstancias. Recibió los santos Sacramentos devotísimamente y luego, al punto, su madre, y uno y otro luego al punto entregaron sus almas al criador Divino a 20 de octubre de 1684. Quedó el cuerpo de fray Pedro, antes por la enfermedad, muy flaco y pálido, hermoso y rubicundo como una rosa y se cubrió de una nieblecita sutil y clara, exhalando tan suave fragancia que todos pasmaron al ver semejante maravilla. Sepultose en el dicho convento de Rocamador y a los cinco años se halló incorrupto y con la misma hermosura y suave fragancia. Y hoy día, después que se hicieron las informaciones de su vida y milagros por el ordinario, está colocado en un arca, experimentando la misma maravilla. Afirman sus confesores que cuando murió, no había manchado la gracia bautismal. Las aclamaciones a su santidad y devoción a sus reliquias fueron y son raras, confirmadas con repetidos prodigios que omito por no ser molesto; como los puede ver el curioso en el lugar de la margen.

            Fray Gabriel de Santa Cruz, confesor, fue perfectísimo religioso. Nunca vio (como afirman sus confesores) ni un ápice la observancia de la regla seráfica, y fue de todos su virtud muy conocida. Nunca permitió (aun en graves enfermedades) cosa especial de regalo, y alivio. Conservó siempre la pobreza y austeridad común, hasta el tiempo de morir que fue año de 1636. Fue reputado por todos (de) santo, y está sepultado en este dicho convento de Rocamador.

            Yace asimismo, en este mismo convento, fray Benito de Santa Ana, lector de Teología, cuya penitente y religiosa vida, la corona con una muerte muy preciosa. Es hoy día muy notoria su santidad y murió a 7 de marzo de 1695. Hoy se haya su cuerpo incorrupto y en un arca depositado, aforrada con terciopelo que le dio la devoción.

            Están aquí sepultados (dejando muchos) diversos religiosos que fueron en virtud y letras muy ejemplares y se merecieron muchas atenciones. Fray Juan Jesús de Berzocana, predicador general, murió a 29 de junio de 1692. Fray Domingo de Membrío, lector de moral, murió a 23 de diciembre de 1704. Fray Fernando de Alburquerque, lector de moral y ex definidor, murió a 15 de agosto de 1714. Fray Miguel de Burguilllos, predicador general, murió a 12 de julio de 1726. Fray Ponciano de San Vicente, lector graduado en teología, murió a 12 de junio de 1737. Fray Pedro Mata de Burguillos, lector de moral, murió a 6 de julio de 1735. En 21 de marzo de 1733 murió y se sepultó fray Juan de la Concepción y Trujillo, lector de moral. En 20 de febrero de 1752 fray Manuel Olalla de Garrovillas, lector graduado en teología y similar de artes. En 10 de junio de 1753 fray José Jesús de Badajoz, lector graduado en teología. En 10 de septiembre de 1702 fray Pedro Marcos de Garrovillas, predicador general. Todos fueron tenidos por especiales religiosos en virtud y letras cada uno en su ministerio.

            Corone las glorias de este convento la hermana Isabel López, natural de Villanueva de Barcarrota, que por ser mujer tan especial de la tercera orden de San Francisco y estar enterrada en este convento no quise privar de esta gloria a su sepulcro. Fue mujer rica y poderosa y todo lo gastó en pobres y religiosos, llegando a necesidad tan extrema que tenía a gran gusto pedir una limosna. Hizo muchos milagros en vida y muerte y hoy permanece su memoria. Al tiempo de morir, que fue una mañana antes de amanecer, vieron salir de su cuarto una claridad muy especial en figura de cometa que subía al cielo, y como por sus virtudes tenía tanta fama de santidad todos los que vieron el prodigio, quedaron admirados y edificados y no se oye otra voz entre ellos sino ya murió la señora, ya murió la santa. Enterrose en este convento de Rocamador pues así ella lo llegó a pedir. Está su cuerpo incorrupto y demás de éste y los referidos hay dos que no se sabe de quiénes son. 

 

 

CONVENTO DE SANTA CLARA

 

            El convento de religiosas franciscanas de la Orden de Santa Clara de la villa de Almendral lo mandó fundar Juan Pérez del Almendral, criado que fue de la señora reina católica doña Isabel, por su testamento que otorgó a 22 de enero de 1514. Tardose en ejecutar su voluntad porque su mujer, Mencía Vázquez, quedó por usufructuaria durante sus días, de los bienes que dejó señalados para la fundación. Y aun muerta ésta no hubiera tenido efecto si el conde de Feria don Pedro, con noticia que tuvo de ella y de que los referidos bienes estaban en poder de administradores no hubiera tomado la mano, haciendo venir de las Terceras de la Cruz de Zafra y a las de Salvatierra algunas que dispusiesen la fundación del convento, entre las cuales solo hay memoria de María de Figueroa, como lo ejecutaron en las casas destinadas por el fundador.

            Había éste dispuesto que profesasen las monjas la regla de Santa Clara y que cuando no se hallasen religiosas de ella que viniesen a fundar y viniesen de la Tercera Orden, procurasen cuanto antes profesar la referida regla. Con cuyo motivo, luego que se hizo la división de provincias, el primer provincial de esta de Santiago, en conformidad de lo dispuesto por el fundador y que pretendían las monjas, teniendo ya iglesia y convento formal, le dio el hábito y regla de Santa Clara, año de 1549. Hizose la habitación con capacidad para treinta religiosas y ayudó mucho para ella el licenciado Pedro Mexía Bejarano que les dejó su hacienda en valor de cinco mil ducados. Padeció el convento mucho en la invasión que hicieron los portugueses el año de 1650 y quedó tan derrotado que las monjas estuvieron albergadas primero en el hospital de la villa de los Santos y después divididas en otros conventos por el tiempo de diez años hasta que ganada Olivenza volvieron al convento en donde se han conservado, aunque no en el número primero por lo que se ha deteriorado la hacienda.

            Tienen en la iglesia una espina de la corona de Nuestro Redentor en gran veneración, como legítima que dicen la dio un general de la Orden y que con ella se han experimentado muchas maravillas que es la única auténtica que la legítima. Y también se venera por la experiencia de muchos casos milagrosos una imagen de San Diego.

            Han florecido en él muchos religiosos de virtud, entre ellos la madre Mayor de San Francisco, Francisca de San Lorenzo, Mayor de los Ángeles, Felicia de Jesús, Isabel de San Diego y Leonor de San Bernardo de quienes trata el cronista de esta provincia.

 

 

CONVENTO DE FINIBUS TERRE

 

            Las primeras noticias que se halla del convento de religiosas agustinas de la villa de Almendral, conocido con el nombre de Finibus Terre son del año de 1513, en cuyo tiempo era su advocación de Nuestra Señora de la Concepción, pues en él ya consta del libro de profesiones que tiene haber profesado Leonor de Aliste a 15 de agosto en manos del padre fray Juan de Calahorra, prior del convento de San Agustín de Badajoz, en voz del reverendísimo padre maestro Egidio de Viterbo, general de la dicha Orden y del reverendo padre maestro Antonio de Fuentes, provincial de los reinos de Castilla y Navarra. No consta otra cosa de sus principios y solo sí que su primera situación la tuvo en donde están las casas que fueron del bachiller Pedro Martínez Bejarano, hasta el año de 1527 en que se pasaron a la ermita de Nuestra Señora de Finibus Terre, extramuros de la villa, la cual aseguran los naturales fue oratorio de templarios y desde entonces fue conocido el convento por el nombre de la ermita.

            De él no hacen memoria las crónicas de la región aunque se conservó debajo de su obediencia hasta el año de 1537 en que a 7 de julio consta haber hecho profesión María de las Vírgenes, en manos de fray Luis de Gines, prior del convento de Badajoz. Después dieron la obediencia al ordinario y resulta que en 18 de enero de 1542 hizo profesión María de Santa Cruz, natural de la Albuera, en manos de don Gerónimo Suárez, obispo de esta ciudad, y de su provincial Cristóbal Fernández Valtodano, desde cuyo tiempo se han conservado en ella. Es convento muy religioso y en él han florecido muchas religiosas virtuosas quienes no se ha podido adquirir novedad segura.

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS      

HISTORIA DE LOS CONVENTOS DE JEREZ EN LOS MANUSCRITOS DE ASCENSIO DE MORALES (S. XVIII)

HISTORIA DE LOS CONVENTOS DE JEREZ EN LOS MANUSCRITOS DE ASCENSIO DE MORALES (S. XVIII)

        Ascensio de Morales y Tercero en una carta autógrafa, fechada en Badajoz, el 26 de abril de 1754, explicaba todos los pormenores de su comisión de archivos. Una orden del Consejo de Estado dada en 1743 le encomendó la tarea de investigar en los archivos para hacer una Historia Eclesiástica de España. Sin embargo, detrás de esa aparentemente altruista misión había motivos de más calado. Al parecer, los cardenales Acquaviva y Belluga, comisionados para negociar el Concordato de 1723 habían sostenido, frente al Papa, que la grandeza de los conventos y de las iglesias de España se debía al mecenazgo de los reyes. Felipe V quiso llevar a cabo una investigación para verificar eso y de paso recuperar los legítimos derechos que con la Corona le habían dejado los señores reyes sus predecesores gloriosos en las iglesias que habían conquistado, fundado y dotado en sus dominios, y saber cuántas eran fundaciones reales. Y para llevarlo a cabo se le otorgó el cargo de oidor honorario de Sevilla con la intención de que recibiese un sueldo de 75 reales diarios para llevar a cabo su misión. Empezó investigando en Castilla, León, Asturias y Galicia, para ver la regalía de patronatos de las iglesias catedrales de Palencia, Valladolid, León, Astorga, Santiago, Tuy, Lugo, Orense, Oviedo y Burgos. Con Fernando VI se le propuso Galicia, y, finalmente, por decreto del 23 de junio de 1750 se le encargo los obispados de Cuenca, Murcia, Cartagena, Orihuela, Plasencia y Badajoz (Rodríguez Moñino, 1930: 121-136).

        Su obra más acabada fueron cuatro volúmenes con documentación sobre la diócesis de Badajoz. El cuarto de esos volúmenes, conservado por duplicado en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Colombina fue publicado en Badajoz en 1910 bajo el título de Crisis Histórica de la Ciudad de Badajoz y reeditado en la misma ciudad en el año 2006. Sin embargo, este último volumen era resumen de los tres anteriores, conservados en la sección de Códices del Archivo Histórico Nacional y que nunca vieron la letra impresa. Uno de estos tres volúmenes es la historia de los conventos del obispado de Badajoz, de los que extractamos en estas líneas lo correspondiente a la villa de Jerez de los Caballeros.

        Fue mal investigador y buen copista, se dedicó a copiar literalmente de fuentes muy concretas: las crónicas de las respectivas órdenes, los libros de profesión de cada convento y de la Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz de Juan Suárez de Figueroa. Su valor es relativo, de aquellos cenobios de los que se conserva su documentación apenas presenta ninguna novedad reseñable pero sí, en cambio, de aquellos otros en los que la documentación está desaparecida o perdida.

        Y por último decir que hemos adoptado como criterios de transcripción la actualización de las grafías. Asimismo, hemos corregido sin previo aviso las erratas del propio autor y alterado aquellos signos de puntuación colocados inoportunamente, todo ello para facilitar su lectura.

 

 

CONVENTO DE SANTA MARGARITA, DESCALZOS FRANCISCANOS

 

            El convento de Santa Margarita, extramuros de la ciudad de Jerez de los Caballeros, de la provincia de San Gabriel, Descalzos de San Francisco, está sito en una dehesa que dista media legua de Jerez, que hoy se dice Margarita, en un espacioso valle, de que empieza a elevarse la Sierra de San José, y en lo antiguo a la parte del medio día fundose el año de 1440, en primero de septiembre. Y aunque se expresan cinco religiosos en el instrumento de posesión, pero se infiere (que) había más. Habitáronse entonces religiosos claustrales de este orden que lo donaron a esta provincia, cerca del año de 1508. La fundadora fue Catalina Pérez, vecina que fue de dicha ciudad y viuda de Álvaro Alfonso Sirgado, quien le dotó con algunas heredades que renunció la provincia luego que entró a habitarle. El sitio es muy saludable, deleitoso y proporcionado al instituto.

            Su fábrica es estrecha y aun lo más de tapias, sin haber tenido otros aumentos que los precisos reparos. Y los más se han hecho en el siglo presente de setecientos. Y ha subsistido siempre en el mismo sitio de su fundación.

            En el estado presente se habitan por lo regular de veintiún a veinticuatro individuos, según las procedencias del superior, en el cual número entran los donados, sirvientes precisos en la comunidad y se mantiene de la divina providencia y limosnas que le ofrecen los fieles.

            En esta casa vivió mucho tiempo y está sepultado en ella fray Antonio Ortiz, que fue dos veces provincial, muy docto, penitente, austero y un dechado de toda perfección y predicador celebérrimo y fervoroso. Y pasó a las Indias americanas a la conversión de gentiles de donde se restituyó a la provincia, fue de tan ferviente oración que pasaba en ella las noches enteras y en cruz. Pasó también al África a predicar a los mahometanos. Y premió Dios las ansias del martirio con sus fervorosos deseos.

            También floreció y murió en esta casa   el doctosísimo y famoso fray Gerónimo de Ariza, tan terrible en el púlpito que temblaban las gentes y mejoraban sus costumbres, convirtiendo un sinnúmero de pecadores a verdadera penitencia. Fue austerísimo, muy pobre y de una castidad angélica. Y hasta la mayor ancianidad ejerció el ministerio de la predicación, diciendo con jocosidad santa, que aunque le faltaban los pies, tenía aún voz para exterminar los vicios y plantar virtudes. Tuvo revelación de su muerte y los dos o tres días la daba a entender a los religiosos en las palabras de David: “Non mires in iudicium”.     

            Fray Alonso Velázquez, acabó también (en) este convento su carrera. Fue celosísimo de la salvación de las almas, y tanto que pasó a las misiones del Río de la Plata, en que trabajó treinta y dos años con infinitos pareceres e incomodidades. Fue azotado y apaleado muchas veces por aquellos bárbaros, y aun una vez le ataron a un tronco para asaetarle y comérsele vivo, de lo que le libró una india cristiana. Lo que lloraba hartas veces, atribuyéndolo a sus pecados, no haber alcanzado la palma del martirio. Fundó cinco grandes poblaciones en aquellas partes de indios cristianos. A favor de los que volvió a España y le señaló la provincia este convento en el que acabó su santa vida en rigurosas penitencias y perpetua oración. Y tanto que en cualquiera hora de día y de noche le encontraban en oración.

 

 

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE AGUAS SANTAS

 

        El convento de Nuestra Señora de Aguas Santas extramuros de la ciudad de Jerez de los Caballeros está a la parte de occidente de dicha ciudad, un paseo algo largo fuera de ella, junto (a) un cerro alto que llaman del Mercado. Fundose con las facultades necesarias, por los años de 1571. No consta en qué día, ni con qué número de religiosos empezó. Su fábrica es la moda de la descalzés, perfecta y acabada. La que se costeo con algunas limosnas que dieron nuestros antiguos monarcas, y otras personas bienhechoras. El año pasado de cincuenta y dos se acabó un pedazo del ángulo que mira hacia el norte en que están sacristía, librería y otras piezas.

        El número de los individuos de este convento son treinta por lo regular, incluso los donados sirvientes. Y tal vez suele exceder en dos o tres más, según los tiempos y providencias de los superiores.

        Este convento fue instituido por bula especial de nuestro señor padre Benedicto XIII, en Seminario de Misioneros, cuyo apostólico ejercicio continúa por Extremadura y Andalucía con fruto conocido de las almas. Y el número de misioneros es doce, incluido el guardián.

        Está sepultado en él, el venerable fray Cristóbal de Tornavacas, muy austero, penitente, caritativo y un dechado de toda perfección religiosa y a quien reveló su Majestad la hora de su muerte. También yace en su sepulcro fray Francisco de la Concepción, religioso laico, de vida tan austera que daban horror sus disciplinas y silíceos. De tan elevada oración que se puede decir sin hipérbole que siempre estaba orando, de forma que las veinticuatro horas que componen el día natural, solo dos gastaba en el preciso descanso del sueño y las relevantes a la oración, mortificación y ocupaciones de la obediencia. Usaba de un hábito sencillo, el pie siempre desnudo sobre la tierra, su cama una tabla desnuda y una piedra por almohada. Tuvo revelación de su muerte que sensiblemente se la dio San Pascual. Yace también en si iglesia fray Martín Curiel, predicador y padre de provincia, religioso muy austero, perfecto y celosísimo de la disciplina regular. Asimismo, descansan las cenizas de fray Manuel de Plasencia, lector de teología moral, muy docto en ella, y vicario provincial que fue. Está también depositado en su iglesia fray Alonso de San Antonio y Villar del Rey, religioso muy ejemplar, y de vastísima erudición, como consuma en todas (las) artes y facultades, de suerte que se tenía por el monstruo de sus tiempos y lo dicen algunos rasgos que dio a la prensa, pues jamás pudo acabarse con él diese al público alguna obra de mayor estofa.

 

 

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

 

            Este convento de Nuestra Señora de Gracia, religiosas franciscanas de la Orden Tercera de la ciudad de Jerez tuvo sus primeros principios por una casa de beatas de honrado linaje y hacienda que había en ella, las cuales separadas del comercio del mundo vivían santamente, observando el instituto de la Orden Tercera. Erigiose en formal convento a las instancias y persuasiones del  visitador general fray Bernardino de Guaza, concurriendo a este fin la autoridad del sumo pontífice Inocencio VIII por su bula, expedida a este fin en 30 de mayo de 1491, en que concedió la facultad de erigir el convento, incorporando en él el hospital de San Bartolomé contiguo, dando en trueque para que sirviese de hospital otras casas mejores. Y mandando que las monjas observasen y profesasen la Orden Tercera y estuvieran sujetas al provincial de la provincia de Santiago o al visitador del ordinario de Santa Clara si el primero no las quisiere recibir.

            Todo se hico como el Papa dispuso y las primeras monjas que ocuparon el convento fueron Catalina Pinel, que era la principal y fue la superiora. Y hasta ocho que eran: Beatriz Vázquez, Mencía Álvarez, Beatriz González, María Sánchez, Leonor de Silva, Mencía de Vargas y Antonia Vázquez. Quedaron estas religiosas sujetas al visitador porque el provincial de Santiago no parece quiso cargar con este cuidado y, a instancias de él, aunque con diversidad de pareceres y no sin repugnancia, ocho años después profesaron la regla de Santa Clara que observaron algún tiempo. Así, mientras duró la sujeción a los visitadores como a las claustrales y observantes después volvieron a su primer instituto de terceras y quedó este convento con otros de la ciudad sujetos al ordinario, como lo están al presente.

 

 

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN

 

            El convento de Nuestra Señora de Consolación de Terceras también de San Francisco de la misma, tuvo el mismo origen y principios que el antecedente pues al propio tiempo que en Jerez vivía Catalina Pinel y otras beatas en una casa observando la orden Tercera que fueron las fundadoras del convento. De general había también otras beatas que seguían el propio rumbo en otras cosas diferentes y este beaterio, a persecución del mismo visitador de Bernardino se erigió en convento formal, bajo el título de Nuestra Señora de Consolación, y regla de Santa Clara, con breve que a este fin expidió el Papa Alejandro VI el año de 1499.

        Corrió también la propia fortuna este convento en cuanto al gobierno que el antecedente porque primero estuvo sujeto a los visitadores del orden de Santa Clara, después a los claustrales hasta la extinción de estos, y últimamente, desde el año de 1577, al ordinario, hoy observan la Tercera Orden y no se sabe cuando mudaron el instituto, aunque se cree o presume que fue cuando se sujetaron al ordinario.

 

 

CONVENTO DE MADRE DE DIOS

 

            El convento de Madre de Dios, religiosas de la orden de Santa Clara de la misma ciudad, es hijo del de Nuestra Señora de Gracia que queda referido, pues viniendo aún las primeras fundadoras y viendo que la comunidad iba creciendo y que la habitación que tenían no les bastaba, solicitó la abadesa Catalina Pinel con doña Mayor Pinel y don Juan de Silva, parientes muy cercanos suyos, que se hiciesen el cargo de labrarles un convento. Estos convinieron en la propuesta y habiendo sacado licencia por la traslación del visitador fray Bernardino Guaza, llegado el caso se ejecutase ésta, salieron solo Catalina Pinel y hasta catorce monjas a ocupar el nuevo convento a lo que se entiende por la contradicción que entre ellas había, ocasionada de haber recibido con violencia la regla de Santa Clara, mudando su primer instituto de terceras.

            Este convento se fundó por los referidos don Juan de Silva y su mujer a la parte del oriente de la ciudad, en el arrabal que llaman de los Mártires. Tardose en erigirse formalmente por las fundadoras que había entonces, con la reforma de los claustrales y por otros motivos hasta el año de 1507 en que solo habían quedado cinco de las catorce monjas que salieron del convento de Gracia. Expidió su bula para el referido efecto León X, su data a 11 de octubre de 1513. Y por un breve de la misma fecha les concedió la facultad de que pudiesen vivir la Tercera Regla de la Orden que era lo que apetecían y sujetarse al provincial ordinario. Hiciéronlo al primer momento y las gobernaron los claustrales hasta la reforma de Pío V, año de 1567 que les sucedieron los observantes, cuyo provincial de San Miguel desde entonces es su superior, habiendo el año de 1590 abrazado la regla de Santa Clara que es la que hoy profesan.

        En él han florecido muchas religiosas de gran virtud, como son María de Cristo, Doña María Bolaños, Catalina de San Antonio, doña María de Silva, doña María de Vargas, doña Leonor de Silva, Francisca de Jesús, de cuyas virtudes hace honorífica mención el cronista de esta provincia de San Miguel.

 

 

CONVENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 

            Casi cincuenta años después de la fundación formal del convento de Madre de Dios de Jerez tuvieron, con otras, cierta disensión tres hermanas, doña Leonor, doña Isabel y doña María Bazán, y las tres resolvieron salir para fundar un nuevo convento del orden de Santa Clara. Dioles licencia el provincial de Santiago, fray Pedro Bañuelos. Depositaronse en el convento de Gracia y estuvieron en él hasta que se concluyó la habitación, y estándolo ya, en 13 de diciembre de 1562, dio el mismo provincial su patente para erigirla en convento formal del orden de Santa Clara, con advocación de la Santísima Trinidad y bendecir iglesia. Previendo habían de estar sujetas al general provincial y prelados del expresado orden. Todo se hizo así y fue elegida por primera abadesa, doña Isabel Bazán, después, en el año de 1564 bendijo la iglesia y convento el Ilustrísimo don José Francisco de Salazar, obispo de Salamina, adjunto del referido orden y observancia.

            Tres años después de esta bendición, llegó la reforma de Pio V por la que pasó este convento, como los de Gracia y Consolación, quedando todos, por disposición del Pontífice, reducidos al gobierno de los observantes y provincia de San Miguel. Pero habiendo esta tenido embarazo de acudir a tantos conventos los dejó al ordinario que es el que desde entonces los gobierna, aunque éste de la Trinidad sin que se sepa el motivo tardó más en sujetarse al obispo que los de Gracia y Consolación que son los tres que tiene este superior en Jerez. Volvió también a la Orden Tercera, aunque no se sabe cuándo ni otra cosa de él.  

 

 

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ

 

            Aunque del archivo de este convento de Nuestra Señora de la Luz de Jerez, religiosas de Santa Clara no consta de su fundación, no hay más documentación que los causados desde la reformación de San Pio V. No obstante, lo que está recibido acerca de este convento es que, viviendo en el de la Consolación de la misma ciudad debajo de la regla de Santa Clara, doña María de Alvarado, hija de Arias Vázquez de Silva y de María de Alvarado, su mujer, viendo que se iba resfriando el primer instituto y que sus compañeras casi observaban ya la Tercera Orden, no queriendo asentir a esto pidió y consiguió licencia del provincial Fray Silvestre de Avisa para salir del convento y depositarse en el de Gracia, mientras buscaba en donde mantener el instituto que habían profesado. En él estuvo siete años y al fin de ellos, viendo también que aquellas monjas habían pasado a la Tercera Orden, resolvió salir de él y con licencia del provincial, acompañadas de dos hermanas suyas se trasladó a unas casas pequeñas donde determinó fundar nuevo convento con las rentas que su padre Arias Vázquez de Silva había depositado a las tres hermanas y dotes que las nuevas monjas llevasen y que en él se observase el orden de Santa Clara. Con efecto así sucedió y, aunque no consta el tiempo que se tardó en reducir las casas a convento, labrar iglesia, se conjetura que todo esto vino a estar corriente el año de 1523. Aumentó la renta después Vasco Fernández de Silva, señor de la casa y mayorazgo de los Reales, y los descendientes de ella labraron la capilla mayor y son patronos y hoy la condesa de la Roca que es la sucesora.

            Este convento ha mantenido siempre, desde su institución, loablemente, el primitivo orden de Santa Clara, así en los trece años que estuvo sujeto a los claustrales como después de la reformación de estos, desde el año de 1567, el que ha estado hasta de presente a los observantes.

            En él han vivido muchas religiosas con gran fama de santidad, pero por descuido ha quedado la memora de pocas, tales son la venerable madre Mayor de San Francisco, la venerable María de la Cruz, la madre Inés de la Cruz y Leonor de Cristo, cuyas vidas y ejemplares virtudes refiere el cronista de esta provincia de San Miguel.

 

 

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA

 

            El convento de Nuestra Señora de la Esperanza, religiosas descalzas de San Francisco, de la misma ciudad de Jerez, tuvo su origen por beaterio que instituyó San Pedro de Alcántara cuando andaba por esta provincia, en unas casas de la parroquia de San Miguel. Vivían en ellas, retiradas, diferentes mujeres virtuosas, beatas de la Tercera Regla de San Francisco, y su vida era tan ejemplar que se determinaron muchas a seguir sus pisadas. Entre éstas fue una doña Elvira de Soto, doncella, hija de Gutierre de Acosta y de doña Ana de Aguilar, la cual huyendo de su casa y del estado del matrimonio a que la destinaban sus padres se albergó en este recogimiento. En él estuvo algún tiempo hasta que, muerto el padre, a instancias de su madre y aconsejada de san Pedro de Alcántara, volvió a la compañía de ésta, en donde cumpliéndose lo que le había profetizado el santo se erigió el convento de un pequeño principio.

            El caso fue que viendo la referida doña Elvira, retirada en sus c asas, haciendo una vida penitente, movidas de su virtud y persuasión, determinaron seguirla su hermana menor, doña Beatriz, y dos primas suyas. A éstas les dio el santo fundador ciertas constituciones para su conservación y, con licencia del vicario, les hizo oratorio y señaló capellán. Fueronse multiplicando y habiendo conseguido de Badajoz, don Juan de Rivera y don Gómez de la Madriz, facultad para formar oratorio y celebrar misas públicamente, se conservaron así por el espacio de cuarenta años, en los cuales ya se había extinguido el antiguo beaterio y trasladándose las beatas que en él había a éste que se llamaba el de las Acostas.

             Pasado este tiempo, solicitaron estas beatas la erección formal en convento y con efecto, conseguidas las licencias necesarias y obrado en las casas lo necesario, se efectuó la erección y colocó en la iglesia el Santísimo Sacramento en 10 de julio de 1594, declarándose por patrón de él, Francisco de Acosta, presbítero, hermano de las fundadoras y sus sucesores. Y dieron el mismo año la obediencia al prelado de su orden, el provincial de San Miguel, declararon que querían profesar la segunda regla de Santa Clara por tener rentas de qué vivir y no atreverse a observar vida cuaresmal, aunque lo demás abrazaron la primera regla y así son verdaderamente descalzas. Pasó a instruirlas, a su pedimento, la venerable madre María de Bolaños, religiosa del convento de la Madre de Dios de la misma ciudad que habiéndolas asistido en su noviciado profesaron y algunos años después se volvió a su convento.

            Cumplido el noviciado, hicieron profesión todas que en número eran once, quedando por abadesa la madre doña María de Bolaños. Y luego que ésta se retiró a su convento, le sucedió en la prelacía sor Beatriz de los Santos, que lo fue tres veces y era unas de las dos fundadoras. Muertas éstas, viendo que el convento se iba arruinando y que por falta del patrono que había fallecido no había esperanzas del reparo, con sus dotes y limosnas compraron unas casas más acomodadas, las cuales se pudieron en forma de convento y se trasladaron a ellas con las licencias necesarias, año de 1622. Acabose la capilla mayor y se dijo la primera misa en 24 de diciembre de 1631. Después se perfeccionó la iglesia que es muy bastante y aseada, aunque lo interior del convento padecen las monjas inconvenientes por no haber podido perfeccionarlo con la disminución que han padecido en rentas y limosnas con las Guerras de Portugal.  

            Siempre ha florecido este convento en virtud de modo que todas las religiosas que lo han habitado han dejado muy buen olor de virtud, pero con singularidad las dos hermanas fundadoras, sor María de San Francisco y sor Beatriz de los Santos y demás de éstas, Mencía de Jesús, Catalina de la Concepción, Francisca de San José, Catalina de la Ascensión e Inés de Jesús, de nación portuguesa, de quienes trata el cronista de esta provincia.

 

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

EN TORNO AL ESCRITOR BARCARROTEÑO JUAN ANTONIO GALLEGO Y VÁZQUEZ

EN TORNO AL ESCRITOR BARCARROTEÑO  JUAN ANTONIO GALLEGO Y VÁZQUEZ

          Hace unas pocas semanas recibí en mi casa la reedición que ha publicado el Excmo. Ayuntamiento de Barcarrota (Colección Altozano, 2016) de la obra “Lectura gradual. Primer libro de los Niños para que sirva de auxiliar a los métodos racionales de lectura” (Sevilla, 1875) de Juan Antonio Gallego y Vázquez. Me llamó la atención que de su biografía no se aportasen más que dos datos:

Uno, que nació en Barcarrota en 1838, porque en 1878 en una instancia dirigida a la autoridad competente de la Escuela Normal de Sevilla, declaró tener 40 años.

Y otro, que era profesor en dicha Escuela Normal de Sevilla, porque aparecía reflejado junto a su nombre en la portada del citado libro.

           Dado que los archivos de las dos parroquias de Barcarrota conservan documentación desde el siglo XVI, pensé que en dichos documentos aparecerían todos los datos relativos a su nacimiento, ascendencia, hijos, etc. Y efectivamente, la partida de bautismo, apareció en la parroquia de Nuestra Señora del Soterraño:



           “En la villa de Barcarrota, a quince de marzo de mil ochocientos treinta y cinco, yo don José Méndez Gutiérrez, presbítero cura económo de esta iglesia parroquial y privilegiada de Nuestra Señora María del Soterraño de esta villa, bauticé en ella solemnemente y puse los santos óleos a Juan Antonio Eulogio, que nació el día diez de dicho mes y año, hijo legítimo de José Matías Gallego y de María Dolores Vázquez, naturales y vecinos de esta villa, nieto por línea paterna de Juan Antonio Gallego, natural de Villa Vieja, obispado de Ciudad Rodrigo, y de Ramona Vélez, natural del Almendral, y por la materna de Miguel Vázquez y María Maiso, naturales y vecinos de esta dicha villa. Fue su madrina Josefa Méndez Vázquez, a la que avisé la cognación espiritual y demás obligaciones que contrajo. Y lo firmé, José Méndez Gutiérrez”. (C.C.S.A. Película 384, Ítem 2, fol. 33v).



           Se deducen varias cosas de la partida transcrita: primero, no había nacido en 1838 sino exactamente el 10 de marzo de 1835. Ya sospechaba yo que esos 40 años que declaró tener en 1878 eran fruto de un redondeo. No hay que olvidar que antiguamente no se celebraba el aniversario sino la onomástica. La gente conocía su edad de manera aproximada, pues el paso del tiempo no era importante, lo que realmente interesaba era la vida eterna. Era casi una ofensa a Dios llevar la cuenta exacta del tiempo terrenal. Por eso no extraña que el conquistador Hernán Cortés, declarase varias veces su fecha de nacimiento y en ninguna de ellas coincidiese.

Y segundo, su nombre completo era Juan Antonio Eulogio, siendo hijo de personas naturales y avecindadas en Barcarrota. Bien es cierto que su abuelo fue natural de Villa Vieja, en Ciudad Rodrigo, y fue el primero de la estirpe de los Gallego que se radicó en Barcarrota, casándose con una mujer de la vecina villa de Almendral. Sus bisabuelos paternos, según consta en la partida de nacimiento del padre del escritor, eran Matías Gallego y Escolástica García, naturales ambos de Villa Vieja, en Salamanca.

           Vivió su juventud en Barcarrota, desposándose a los 24 años de edad, cuando ya era profesor de instrucción pública, con doña Florencia Dueñas y Hernández, natural también de Barcarrota. La partida de matrimonio decía así:



           “En la villa de Barcarrota, correspondiente a la provincia de Badajoz y su obispado, a diecinueve de diciembre de mil ochocientos cincuenta y nueve, yo don Antonio Vinagre y Caba, arcipreste del segundo distrito de Jerez de los Caballeros y cura prior propio de la iglesia parroquial y privilegiada de Nuestra Señora Santa María del Soterraño de (la) expresada villa, desposé y casé por palabra de presente a don Juan Antonio Gallego, de estado soltero, de edad de veinticuatro años, profesor de Instrucción Pública, e hijo legítimo de José Matías y de María de los Dolores Vázquez, naturales y vecinos de dicha villa, con doña Florencia Dueñas (en el margen: y Hernández), de igual estado, de veinte años de edad, e hija legítima de Patricio ya difunto, natural de San Millán de la Cogolla, y de Josefa Hernández Franco, natural con la contrayente y vecinos de esta villa… Siendo testigos el referido padre del contrayente, su oficio labrador, e Hipólito Caballero, sacristán segundo interino de esta parroquia, y para su verdad firmo la presente, fecha up supra. Antonio Vinagre y Caba” (C.C.S.A. Película 387, Ítem 7, fol. 39r).



           Rastreé los registros de bautismo de la parroquia del Soterraño en busca de posibles descendientes y no aparecieron. Tampoco he encontrado rastro de su partida de defunción. Y ello porque marchó primero a la Escuela Normal de Badajoz, pasando después a la de Sevilla. Lo más probable es que permaneciera el resto de su vida en la capital andaluza. Por ello, será allí donde tendremos que indagar datos sobre su descendencia y sobre la fecha exacta de su óbito.

Sí tenemos algunas noticias esporádicas de su labor como profesor y de algunos de los galardones que recibió. Estas noticias proceden de algunos periódicos de la época, recogidas en la introducción a la reedición de su libro. Se le reconoció su labor pedagógica no solo en la enseñanza de muchachos sino también en la de sordomudos y ciegos. El 17 de diciembre de 1892 recibió un importante galardón: la Encomienda de Isabel “la Católica”. Asimismo, consta, por una noticia aparecida en el periódico “El Imparcial” el 1 de febrero de 1897, que era poseía el rango de Catedrático de la Escuela Normal de Sevilla y que visitó en esa fecha al soldado barcarroteño José Velasco Jaramillo que había regresado herido de la guerra de Cuba y se encontraba hospitalizado en la capital hispalense. Y ahí perdemos su rastro, será necesario investigar en los archivos sevillanos para conocer más sobre su vida y su obra, una tarea que queda a la espera de algún historiador que la desentrañe.



ESTEBAN MIRA CABALLOS



PROGRAMA DE LOS XLIV COLOQUIOS HISTÓRICOS DE EXTREMADURA

PROGRAMA DE LOS XLIV COLOQUIOS HISTÓRICOS DE EXTREMADURA

PROGRAMA DE ACTOS

LUNES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 

 

Inauguración de los XLIV Coloquios Históricos de Extremadura.

20,45 horas:

 

Recepción de autoridades y participantes en el Excmo. Ayuntamiento de Trujillo.

21,00 horas:

 

Acto inaugural. Salón de Plenos

 

Bienvenida: Doña María Rosario Alvarado, presidenta de la A.C. Coloquios Históricos de Extremadura.

Intervención de autoridades.

Palabras de saludo e inauguración de Don Alberto Casero Ávila, Alcalde del Excmo.

Ayuntamiento de Trujillo.

 

21,30 horas:

Lectura Inaugural:

“Hernán Cortés: Mitos y leyendas del conquistador de Nueva España”, por don Esteban Mira Caballos.

En esta ponencia trazamos un recorrido por los principales mitos que han rodeado la vida y los hechos del conquistador de Medellín. Entre los aspectos que analizamosdestacan sus orígenes familiares, su parentesco con Francisco Pizarro, su paso por la Universidad, el desguace de los barcos en Veracruz, el asesinato de su primera esposa y la derrota de la confederación mexica. Para una adecuada valoración de su figura es importante no extraerlo de su contexto histórico. Estaba inmerso en ese cristianismo intransigente que desde finales de la baja Edad Media había llevado al exilio a todas aquellas personas que no profesaban la religión cristiana. También formaba parte de una civilización occidental etnocéntrica que se consideraba mejor y, por tanto, con el derecho a ocupar y a civilizar a los pueblos inferiores. ¿Se le puede censurar por ello? Evidentemente no; no se le puede criminalizar por pensar y actuar de una forma que estaba generalizada en la España de su tiempo. Pertenecía a su época y, obviamente, actuó de acuerdo a lo que la sociedad de su tiempo le exigía.

 

A continuación se ofrecerá un Vino de Honor.

 

 

MARTES, 22 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 

17,30 horas:

José Luis BARRIO MOYA

Aportaciones a la biografía de la señora cacereña doña María Teresa

de Ahumada y Muñoz, camarista de la reina Bárbara de Braganza.

 

18,00 horas:

José Antonio RAMOS RUBIO y Francisco LÓPEZ MUÑOZ.

Los puentes de Trujillo

 

18,30 horas:

Teodoro MARTÍN MARTÍN.

Jardines señoriales en la Vera de Plasencia.

 

19,00 horas:

Enrique MELÉNDEZ GALÁN

Las Escuelas de Enseñanza Artística en Cáceres:

La Escuela Municipal de Artes y Oficios (1922-1932.)

 

19,30 horas:

Álvaro MELÉNDEZ TEODORO

La Raya extremeña en 1750. El Informe de Gaver (II).

 

20,00 horas:

Francisco Javier TIMÓN GARCÍA.

Don Manuel Talabán Mateos (1757-1813), el cronista accidental.

 

MIÉRCOLES, 23 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 

17,30 horas:

Jesús BARBERO MATEOS.

Usurpación del derecho a la subsistencia. Propiedad y miseria.

Una relación perversa en Torrecillas de la Tiesa

 

18,00 horas:

Pablo IGLESIAS AUNIÓN

Estructura y propiedad de la tierra en la primera mitad del siglo XIX.

Los efectos de la Desamortización Liberal en la Comarca Emeritense.

 

18,30 horas:

Juan REBOLLO BOTE y Alberto ESCALANTE VARONA

De Extremadura a Europa. El cardenal trujillano Juan de Carvajal (ca. 1400-1469): una mirada cultural y viajera.

 

19,00 horas:

Carlos María NEILA MUÑOZ

Brozas (Cáceres): 1930-1939. Diez años de historia en la vida de una localidad.

 

19,30 horas:

Jaime Martín GRADOS REGUERO

La Aljama morisca de Alcántara

 

JUEVES, 24 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 

17,30 horas:

Ángela LÓPEZ VACAS.

Cofradía de Nuestra señora de la Soledad en la Alta y Baja Extremadura. Estudio de sus ordenanzas en Fuente del Maestre (Badajoz) y su comparación con las ordenanzas de Trujillo (Cáceres).

 

18,00 horas:

Teodoro Agustín LÓPEZ LÓPEZ.

Aproximación documental a la historia del Archivo Diocesano de Mérida-Badajoz.

 

18,30 horas:

Manuel RUBIO ANDRADA y Francisco Javier RUBIO MUÑOZ.

Aproximación histórica a los inicios del caudillismo:

Hernán Cortés y Vasco Núñez de Balboa.

 

19,00 horas:

Domingo QUIJADA GONZÁLEZ

Dos Vírgenes singulares de Montehermoso: la de Valdefuentes y la Inmaculada.


19,30 horas:

Francisco RIVERO DOMÍNGUEZ.

Herminio Torres, autor de la primera película extremeña.

 

VIERNES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 

17,30 horas:

Francisco GONZÁLEZ LOZANO y María Guadalupe PÉREZ ORTIZ.

Influencia pedagógica del obispo Fernando Ramírez Vázquez (1865-1890) en el Seminario Conciliar de San Atón.

 

18,00 horas:

José PASTOR VILLEGAS, Jesús Francisco PASTOR VALLE,

Montaña Belén PASTOR VALLE.

Itinerario de Hernán Cortés en el descubrimiento y conquista de México, antecedente de la Primera Expedición Científica al Virreinato de Nueva España.

 

18,30 horas:

Ismael LÓPEZ MARTÍN.

José Cadalso y el proceso de reinterpretación neoclásica de Hernán Cortés como héroe nacional y personaje literario.

 

19,00 horas:

Martiria SÁNCHEZ LÓPEZ

El Arte Popular de la Vera.

 

19,30 horas:

Pilar BARRIOS MANZANO

Reescribiendo la historia a través de la música. Extremadura y México en tiempo de Hernán Cortés.

 

20,00 horas:

Fernando MORENO DOMÍNGUEZ, Francisco PÉREZ SOLÍS,

Alberto DURÁN SÁNCHEZ y Gregorio FRANCISCO GONZÁLEZ.

Grabados e inscripciones inéditos de la ciudad de Trujillo (Cáceres).

 

SABADO, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 

10,30 horas:

Ignacio ESCRIBANO BARTLETT

La influencia de la Segunda República y la Guerra Civil Española

en el alistamiento de los voluntarios extremeños de la División Azul.

 

11,00 horas:

Miguel Ángel GARCÍA RODRÍGUEZ.

La Cumbre: del calcolítico a la Guerra de Cuba. Su historia.

 

11,30 horas:

CAFÉ

 

12,00 horas:

Juan Pedro RECIO CUESTA

Las expediciones militares carlistas en Extremadura durante la Guerra Civil de 1833 a 1840.

 

12,30 horas:

Carlos ZAMORA LÓPEZ.

La Primera Guerra Carlista en el Campo Arañuelo: La masacre de Peraleda de la Mata.

 

18,00 horas:

ACTOS DE CLAUSURA

Entrega de premios:

Premio “Xavier de Salas” en su XXVIII Edición.

Premio, “Fundación Obra Pía de los Pizarro” en su XXI Edición.

Premio “Centro de Profesores y Recursos de Trujillo”, en su X Edición.

Premio Especial XLIV Coloquios Históricos de Extremadura.

 

DOMINGO, 29 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Viaje y visita guiada a MEDELLÍN.

Comida de hermandad.

LAS DÉCIMAS NAVIDEÑAS DEL OBISPO DE PLASENCIA

LAS DÉCIMAS NAVIDEÑAS DEL OBISPO DE PLASENCIA

        Hace justo ahora dos décadas, cuando trabajaba como becario en el Archivo Histórico Provincial de Badajoz me topé con este curioso documento. Un tiempo más tarde, exactamente en la Nochevieja de 1996 lo publiqué en el periódico Hoy de Extremadura. Incorporo a mi blog este curioso texto que escribí hace dos décadas:

        Entre unos viejos manuscritos pertenecientes a la familiar Grajera, recientemente incorporados a los fondos del Archivo Histórico Provincial de Badajoz, se encontraban dos cuartillas en las que curiosamente una persona copió unas décimas que los pajes del obispo de Plasencia entonaban por estas fechas navideñas cuando el capitán general se acercaba a él. Lógicamente estos versos apenas tienen valor literario, pues son composiciones un tanto ingenuas e incluso, en ocasiones, con rimas forzadas y malsonantes. En cambio sí que tienen un cierto interés histórico, no solo por su indudable carácter anecdótico sino porque suponen un testimonio más de las protocolarias y a veces difíciles relaciones sociales en la historia pasada de España. Precisamente por estos motivos hemos creído oportuno transcribirlas y comentarlas.

        El texto fue redactado en la primera mitad del siglo XIX, pues, aunque no eestá fechado, la letra y la pertenencia a un conjunto homogéneo de documentos de la primera mitad del siglo XIX le otorgan sin lugar a dudas esta cronología. Estas composiciones muestran a la perfección la complejidad de las relaciones sociales en la España decimonónica donde el sentido de la jerarquía estaba bien patente. No en vano en el siglo XIX todavía seguían siendo el obispo y el capitán general las figuras más relevantes de la ciudad y tenían todo un protocolo para relacionarse. Las décimas decían así:

 

        Viva del obispo amado/ y San Juan la dulce unión/ en tranquila posesión/ de provincia y obispado/ a cada cual en su estado/ tal obediencia prestemos/ que la de Isaac imitemos/ la provincia brillará/ la religión triunfará/ y felices viviremos/ Para bien del reino y grey/ defienda Dios con su mano/ a San Juan y Cipriano/ amantes fieles del Rey/ hagan se cumpla la ley/ defiendan la religión/ como el jefe Gedeón/ y por premio de su celo/ y con venirles del cielo/ gloria del rey Salomón/ viva el ilustre pastor/ de Plasencia y obispado/ con San Juan para lechador/ de fidelidad y horror/ con expresión de amor/ y con ecos de alegría/ digan todos a porfía/ viva el pastor plasenciano/ viva el general amado/ de matusalén la vida/ logren con felicidad/ el general y pastor/ que Belén tuvo y logró/ la noche de NAVIDAD/ Viven con aquella paz/ que se anunció a los pastores/ y la estrella con resplandores/ les guíe tan permanente/ como a los Reyes de Oriente/ al ofrecer a Dios dones.

 

        Como se afirma en el propio manuscrito, estos versos eran entonados tradicionalmente por los pajes del obispo en fechas navideñas tan pronto como se le aproximada el capitán general. Sin embargo, debía ser bastante embarazoso para ambas autoridades que cada vez que se encontraban tuviese el militar que esperar a que le recitasen las mismas décimas. Por ello, al final del documento se inserta una frase que nos parece muy curiosa y que dice así: mas las grandes ocupaciones de dicho Excmo. Sr. (se refiere al capitán general) lo impidieron. Es decir, debido a las prisas que siempre debía mostrar la citada autoridad, optó finalmente el mitrado por suprimir este cortés preámbulo.

        El recitado de estas poesías no debió ser más que una idea de algún obispo placentino, no sabemos si talentoso o ingenuo, que debió tener sin duda poca vigencia práctica. Es de suponer que la primera vez agradara al oficial, pero no estamos tan seguros de que oída cinco o seis veces mostrara la misma actitud. En cualquier caso se empleó lo suficiente como para que una persona anónima la perpetuase para la posteridad en el papel que ahora hemos desempolvado.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

PROGRAMA DE LAS VI JORNADAS DE HISTORIA DE ALMENDRALEJO Y TIERRA DE BARROS (14 AL 16 DE NOVIEMBRE DE 2014)

 

Viernes 14 de noviembre de 2014 (tarde)
16:00 Recepción de asistentes. Entrega de documentación.
16:30 Inauguración Oficial de las Jornadas
16:45 Ponencia 1:
Política y políticos en Almendralejo durante la era isabelina (1833-1868), por don Miguel
Ángel Naranjo Sanguino, Catedrático de Enseñanza Secundaria y Doctor en Historia.
17:45 Café
18:00 Comunicaciones. Sesión I:
Modera: Don José Ángel Calero Carretero, Licenciado en Historia, Profesor de
Educación Secundaria
1. Aceuchal a finales del Antiguo Régimen. Economía y Sociedad, por don José Antonio Ballesteros Díez.
2. “Las Carboneras”: un proyecto de transformación agrícola en Almendralejo durante el Antiguo Régimen, por doña Carmen Fernández-Daza Álvarez.
3. Correspondencia entre Francisco Fernández Golfín y el II Marqués de Monsalud durante 1803. Proyecto de sociedad de Agricultura, tertulia literaria y otros asuntos, por don Francisco Zarandieta Arenas.
4. La abolición del régimen señorial. La ley aclaratoria de 1837 y su repercusión en el señorío Ducado de Feria y Marquesado de Villalba, por don Joaquín Castillo Durán
5. Pedro Fernández de Córdova y Mendoza, un alma romántica en la política, por doña Carmen Fernández-Daza Álvarez.
Debate.
                       Sábado, 15 de noviembre de 2014 (mañana)
10:00 Ponencia 2:
La prensa escrita, fuente para el estudio de la historia de Extremadura, Tierra de Barros, Almendralejo”, por don Antonio Carretero Melo, Doctor en Filología, Profesor del Centro Universitario “Santa Ana” y Cronista Oficial de Burguillos del Cerro.
11:00 Café
11:15 Comunicaciones. Sesión II:
Modera: Doña Matilde Tribiño García, Licenciada en Historia del Arte, Secretaria de las Jornadas
6. Entre el crecimiento y el entumecimiento: el nivel de vida biológico en Tierra de Barros durante los dos primeros tercios del siglo XX, por don Antonio M. Linares Luján.
7. Arquitectura, urbanismo e higiene en el Almendralejo del siglo XIX, por doña María Luisa Navarro Tinoco.
8. Un apunte político sobre don Pedro Fernández de Córdoba: el título de Ciudad a Almendralejo (1851), por don Juan Carlos Monterde García.
9. La consolidación de la sanidad municipal en Almendralejo el siglo XIX, por don Miguel Ángel Amador Fernández.
Debate.
13:15 Visita de la Exposición “Documentación municipal de los siglos XIX y XX en Tierra de Barros (1833-1978)”
14:00 Almuerzo (Restaurante “La Silera” de Almendralejo).


                        Sábado, 15 de noviembre de 2014 (tarde)
16:30 Ponencia 3:
Arquitecturas y transformaciones urbanas en Almendralejo (1850-1950), por don José Ángel Calero Carretero, Licenciado en Historia. Profesor de Educación Secundaria y don Juan Diego Carmona Barrero, Ingeniero en edificación, Máster de Investigación Universitaria en Arte y Humanidades.
17:30 Comunicaciones. Sesión III:
Modera: Don Tomás García Muñoz, Licenciado en Ciencias de la Educación, Profesor de Educación Secundaria.
10. Academia de Estudios Mercantiles en Almendralejo: Don Jorge Groiss Ervald, por doña Isabel Collado Salguero
11. Aproximación a la imaginería procesional de Almendralejo. Una mirada retrospectiva a su Semana Santa, por don Ángel María Díaz Rodríguez.
12. Breve historia del General Barbaza, por don Marcelino Díaz González.
Debate.
18:45 Café
19:00 Comunicaciones: Sesión IV:
Modera: Doña Nieves Moreno Horrillo, Periodista
13. Visiones de la Abadía, por don Teodoro Martín Martín.
14. Censos de vecindarios, ramos tributarios y procedimientos recaudatorios municipales a finales del reinado de Fernando VII en Villanueva de la Serena, por don Víctor Guerrero Cabanillas.
15. Don Luis de Solís y Manso, VI Marqués de Rianzuela y V Conde de Prado. Sus reflexiones sobre la cuestión electoral por el Distrito de Jerez de los Caballeros en 1863, por don Rogelio Segovia Sopo.
16. Los orígenes del fútbol en Tierra de Barros (I). La Cultural Villafranquesa y el nacimiento del Extremadura F.C., de Almendralejo (1919-1925), por don Ignacio Pavón
Soldevila y don Alonso Rodríguez Díaz.
17. Los orígenes del fútbol en Tierra de Barros (II). El Extremadura F.C. ante el dilema del profesionalismo (1926-1930), por don Ignacio Pavón Soldevila y don Alonso Rodríguez Díaz.
Debate.
20:30 Concierto: Música de Aceuchal en Almendralejo (Teatro Carolina Coronado)
Intervienen: Coral Nuestra Señora de la Soledad y Banda Municipal de Música.


                      Domingo 16 de noviembre de 2014 (mañana)
11:00 Traslado de los congresistas a Aceuchal
11:30: Visita guiada a la localidad de Aceuchal
12:30 Casa de la Cultura de Aceuchal: Comunicaciones: Sesión V:
Modera: Doña Carmen Fernández-Daza Álvarez, Doctora en Filología, directora y profesora titular del Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo.
18. Una aproximación al estudio de los suelos de Aceuchal, por don Juan Pablo Almendro Trigueros
19. Sobre un documento de Carlos I del Archivo Histórico Municipal de Aceuchal, por don José Ángel Calero Carretero y don Juan Diego Carmona Barrero.
20. Datos sobre la vida cotidiana en Aceuchal, a través de un pleito del siglo XVII, por don Esteban Mira Caballos.
21. Aceuchal en las postrimerías del siglo XVIII. Vida y vivencias, por don José María Moreno González.
22. Diligencias realizadas por D. Pedro de la Hoya en tierras que pretendía la villa de Aceuchal (1749-1756), por don Laureano Becerra Noriega.
Debate
14:00 Acto de Clausura.
Vino de honor ofrecido por el Ayuntamiento de Aceuchal.

LA ESTRUCTURA SOCIAL Y ECONÓMICA DE TALAVERA LA REAL (BADAJOZ) A TRAVÉS DEL CENSO DE 1561

LA ESTRUCTURA SOCIAL Y ECONÓMICA DE TALAVERA LA REAL (BADAJOZ) A TRAVÉS DEL CENSO DE 1561

        Para el estudio de la demografía, la sociedad y la economía en el Antiguo Régimen tenemos un problema de fuentes. Existen muy pocos datos estadísticos, son recuentos parciales, tienen una escasa fiabilidad y su único objetivo es proporcionar información fiscal. El gran problema de los datos pre-estadísticos es que aportan menos de lo que necesitaríamos saber para realizar una verdadera crítica de las fuentes en relación con las circunstancias de su aparición, sus finalidades prácticas y los métodos utilizados (Kula, 1977: 341). Antes del Catastro de Ensenada de mediados del siglo XVIII apenas si disponemos de unos cuantos censos de población, como el de Tomás González de 1588 o los de 1665, 1691 y 1718. Incluso de los realizados en el siglo XVIII, es decir los de Ensenada, Aranda, Floridablanca y Godoy, salvo del primero, de los demás todo el mundo desconfía (Fernández de Pinedo, 1980: 17).

        En medio de este panorama, el padrón de vecinos de Talavera es una fuente valiosísima. El original se conserva en el Archivo General de Simancas y fue publicado en 1986 (Alba López, 1986: 103-105). Sin embargo, el autor lo incluyó en un apéndice documental sin añadir ni un solo comentario. En mi opinión se trata de una fuente extremadamente valiosa que merecería un amplio estudio. En estas líneas analizaremos algunos de los datos que ofrece aunque no es nuestro afán en estos momentos realizar un estudio exhaustivo del mismo.

        Por aquellas fechas, Talavera, que fue una aldea de Badajoz hasta 1640, estaba habitada por 647 vecinos, en torno a unas 2.500 personas. La situación era más o menos próspera hasta el advenimiento del fatídico siglo XVII, en el que todas las localidades de Extremadura perdieron una parte considerable de su población. Y ello debido a la Guerra de Portugal, a las hambrunas y a las epidemias. En un censo de 1646 (AGS, DC 23, 1-3) se mencionaba la cifra de 430 vecinos para Talavera, es decir, un descenso poblacional de aproximadamente la tercera parte.

Pues bien analicemos la estructura social y económica de Talavera en 1561. La distribución de actividades por sectores económicos era la siguiente:

 

 

Sector económico

Nº absoluto

%

Primario

308

80,41

Secundario

46

12,01

Terciario

29

7,57

TOTALES

383

100,00

 

        La primera conclusión salta a la vista, Talavera, como era de esperar, era una localidad eminentemente agrícola, empleando el sector primario a más del 90 por ciento de la población activa. Le seguía en importancia el secundario, donde encontramos un raquítico artesanado, seguido del sector servicios que era prácticamente insignificante.

        Dentro del sector primario dominan ampliamente los labradores (130) seguidos de los jornaleros (118), mientras que el resto de las actividades del sector eran bastante minoritarias: ganaderos y pastores 43, pescadores 7, hortelanos 6 y cazadores 4. La estructura laboral dentro del sector primario quedaría así:

 

 

Actividad

Nº absoluto

%

Agricultura

248

82,11

Ganadería

43

14,23

Pesca

7

2,31

Otras actividades

4

1,32

TOTALES

302

100,00

 

        Queda claro que la actividad económica dominante era la agricultura, seguida muy de lejos por la ganadería y por la pesca. Dentro del sector agrícola dominan los labradores; la mayoría de ellos disponen de una o dos yuntas de bueyes, lo que nos está indicando que se trata de pequeños agricultores. De un total de 130 labradores, tan solo catorce disponen de tres o cuatro pares de bueyes lo que nos estaría indicando que se trata de propietarios medianos que explotaban una cantidad de tierras más importante. Algunos de ellos criaban también ganado. Asimismo, aparecen 118 jornaleros, uno de ellos pobre, más once menores jornaleros; entendemos que todos ellos eran empleados en las faenas del campo, llevando una vida precaria. Hay que recordar aquí las palabras del ilustrado Pablo de Olavide cuando decía que los jornaleros sevillanos, medio año eran trabajadores y, el otro medio, mendigos.

        Le sigue en importancia la ganadería, y encontramos criadores de puercos, cabras, vacas, yeguas, bueyes y ovejas. Se mencionan pastores y un boyero del concejo, encargado sin duda del cuidado de la boyada concejil establecida, como en otras localidades de Extremadura y de España, en la dehesa del común.

        El sector secundario empleaba a 46 personas, aproximadamente un 12 por ciento de la población activa. Un sector dedicado a satisfacer las necesidades básicas de la población. A continuación mostramos un cuadro con los principales oficios del sector:

 

Oficio

Nº Absoluto

%

Zapatero

11

23,91

Sastre

10

21,73

Herrero

5

10,86

Albañil

3

6,52

Tejedor

3

6,52

Otros

14

30,43

TOTALES

46

100,00

 

        Solamente había cinco oficios de relevancia que, por este orden eran: zapatero, sastre, herrero, albañil y Tejedor. Todos los demás empleos (cardador, cestero, molinero, cerrajero, etc.) lo desempeñaban una o a lo sumo dos personas. El objetivo como ya hemos dicho era satisfacer las necesidades más elementales de los vecinos: ropa, calzado, vivienda y las herramientas más comunes del campo, como azadones o herraduras. El resto de las manufacturas llegaban al pueblo mediante comerciantes o debían ir los interesados a buscarlas a la cercana ciudad de Badajoz o a Zafra, a cuyas ferias acudían personas de toda la Baja Extremadura.

        El terciario era el sector más pequeño de los tres pues empleaba solo a 29 personas suponiendo poco más del 7 por ciento de la población activa. La distribución de actividades era la siguiente:

 

 

Sector

Nº absoluto

%

Comercio

9

31,03

Transporte

6

20,68

Sanidad

5

17,24

Administración

5

17,24

Educación

1

3,44

Otros

3

10,34

TOTALES

29

100,00

 

        Como puede observarse más de la mitad de las personas empleadas en el terciario se dedicaban al transporte o al comercio, incluyendo a recatones, arrieros, tratantes, mesoneros y tenderos. Le seguía el sector sanitario que empleaba a un médico, un herbolario y tres barberos; es posible que una viuda que se cita como comadre sea en realidad comadrona, ampliando el personal sanitario de Talavera hasta las seis personas. La administración la conformaban dos escribanos, dos recaudadores de diezmos y un pregonero, mientras que la educación se limitaba a un solo maestro de niños. Ese era todo el sector servicios de que disponía la villa. No aparecen citados los presbíteros y clérigos del pueblo que debían superar la veintena y que se encargaban de la asistencia espiritual de los vecinos.

        De los datos que ofrece el padrón también se pueden extraer algunas noticias relacionadas con la población y la sociedad. Aparece reflejado un pequeño número de nobles, básicamente algunos hidalgos trabajadores, otros simplemente pobres y un solo caballero, también con esta última condición. Sorprende encontrar a hidalgos desempeñando trabajos manuales, pues aparece un labrador y lo que es más sorprendente ¡un pescador!

        En el tejido productivo y como población activa aparecen nueve mujeres, empleadas por supuesto en oficios típicamente femeninos: cinco hortelanas –cuatro de ellas viudas-, dos tenderas, una hilandera y una criada de ganado (sic). Asimismo, aparecen menores de edad, concretamente once jornaleros y un vaquero. En esta época, la infancia y la juventud no eran un eximente y los niños, desde el mismo momento en que físicamente podían desarrollar un trabajo, debían colaborar desde muy pequeños con la precarísima economía de sus familias.

        Sorprende la gran cantidad de viudas que aparecen en el padrón, nada menos que 112 de las que justo la mitad eran pobres o muy pobres. Ello denota dos hechos bien conocidos en la Edad Moderna: uno, la mayor mortalidad masculina y, por tanto, la mayor esperanza de vida de las féminas. Y otro, que en una época con tan pocas coberturas sociales cualquier imprevisto por mínimo que fuese podía condenar a una persona a la miseria. Incluso familias bien acomodadas podían llegar a la indigencia por algún imprevisto o por un cúmulo infortunios. Cuando llegaban las carestías, las hambrunas y las epidemias, muy pocos se encontraban a salvo de la pobreza y la enfermedad. De hecho, en el padrón de Talavera encontramos además de viudas pobres, numerosos trabajadores que también lo eran: dos sastres, un pastor, un jornalero, un herrero y un arriero. Está claro que enviudar o simplemente enfermar podía llevar a una familia acomodada a engrosar la extensa bolsa de pobreza.

        Hasta aquí llega un primer análisis de esta interesante fuente que esperamos algún día analizar con mayor profundidad.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

ALBA LÓPEZ, Juan Carlos: “Historia y estructuras desde 1517 a 1700”, Historia de la Baja Extremadura, T. II. Badajoz, Real Academia de Extremadura, 1986, pp. 103-105.

 

FERNÁNDEZ DE PINEDO, Emiliano y otros: Centralismo, Ilustración y Agonía del Antiguo Régimen (1715-1833). Madrid, Labor, 1980

 

KULA, Witold: Problemas y métodos de la historia económica. Barcelona, Península, 1977.

 

MIRA CABALLOS, Esteban: “Nuevos aportes a la historia de la demografía extremeña: el censo de Barcarrota de 1548”, REE T. L, N. III. Badajoz, 1994, pp. 579-598.

 

 

APÉNDICE DOCUMENTAL

 

El padrón de vecinos de Talavera de 1561

 

Sector Primario

 

Actividad

Número

Jornalero

117

Labrador de un par de bueyes

50

Labrador de dos pares de bueyes

59

Labrador de tres pares de bueyes

8

Labrador de cuatro pares de bueyes

2

Labrador de tres pares y criador de ganado

1

Labrador de dos pares de bueyes y ovejero

1

Labrador de tres pares y ovejero

3

Labrador y ovejero

3

Granjero

1

Pastor

20

Pastor pobre

1

Viuda hortelana

4

Criador de ganado

2

Boyero

3

Hidalgo labrador

3

Hortelano jornalero

1

Pobre jornalero

1

Hortelana

1

Criada de ganado

1

Mayoral de ganado

4

Mayoral y pastor

1

Vaquerizo

6

Yegüerizo

1

Cazador

4

Boyero de concejo

1

Criador de puercos

1

Criador de cabras

1

Hidalgo pescador

1

Pescador

6

 

 

Sector secundario

 

Actividad

Número

Zapatero pobre

2

Cardador

1

Pintor

1

Sastre pobre

2

Ollero

2

Sillero

1

Hilandera

1

Molinero

2

Cestero

1

Sastre

8

Herrero pobre

1

Albañil

3

Tundidor

1

Zapatero

9

Tejedor

3

Tapiador

1

Cerrajero

1

Herrero

4

Herrador

2

 

 

Sector terciario

 

Actividad

Número

Arriero pobre

1

Arriero

3

Arriero dos bestias

1

Carretero de cuatro bestias

1

Pregonero

1

Guarda

2

Recatón

1

Cogedor de diezmos

2

Maestro de niños

1

Herbolario

1

Médico

1

Aguadero

1

Barbero

3

Tratante

1

Tendero

1

Viuda Tendera

2

Escribano

2

Mesonero

2

Tenderas

2

 

 

OTRAS CATEGORÍAS

 

Situación

Número

Viudas

52

Beatas

1

Santeros

2

Viudas pobres

41

Hidalgo pobre

2

Caballero pobre

1

Pobre muy viejo

5

Pobres

20

Viuda y comadre

1

Escudero

1

Viudas muy pobres

15

Menores jornaleros

11

Menor vaquero

1

 

Fuente: ALBA LÓPEZ, Juan Carlos: “Historia y estructuras desde 1517 a 1700”, Historia de la Baja Extremadura, T. II. Badajoz, Real Academia de Extremadura, 1986, pp. 103-105. Cita a su vez una referencia topográfica inexacta de A.G.S. Expedientes de Hacienda.

ESTEBAN MIRA CABALLOS