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Temas de historia y actualidad

NUEVAS PRUEBAS SOBRE EL ORIGEN DEL CONQUISTADOR HERNANDO DE SOTO

Durante siglos, la historiografía, apoyándose en la afirmación del Inca Garcilaso, defendió la naturaleza barcarroteña de Hernando de Soto. Sin embargo, algunos testimonios aparecidos en el siglo XX sembraron la duda. En 1929 Antonio del Solar y José de Rújula, publicaron varios documentos originales, concretamente el testamento del Adelantado y su expediente para el ingreso en la Orden de Caballería de Santiago. Desde entonces la tesis jerezana cobró muchísima fuerza gracias al respaldo documental, siendo apoyada incondicionalmente por historiadores de reconocido prestigio, como el Conde de Canilleros. En el testamento del Adelantado, otorgado en La Habana el 10 de mayo de 1539, poco antes de su partida a la Florida, no se especificó su lugar de nacimiento, pero sí pedía ser enterrado junto a su madre en la iglesia de San Miguel de Jerez de los Caballeros –entonces Jerez de Badajoz-. Asimismo, en el expediente de ingreso de Hernando de Soto en la Orden de Santiago, uno de los entrevistados declaró que sabía que el conquistador era natural de Jerez. Finalmente, con la publicación en 1952 de la obra del Fidalgo de Elvas se ratificó aún más la tesis jerezana al afirmar que Hernando de Soto era hijo de un escudero de Jerez de Badajoz.

La tesis jerezana parecía tomar ventaja a la barcarroteña, cuando en el año 2003 publicamos un trabajo sobre Barcarrota y América, incorporando algunos aportes sobre su naturaleza barcarroteña, que al menos sirvieron para volver a sembrar la duda sobre su origen. Como es bien sabido, el Inca Garcilaso afirmó su cuna barcarroteña, citando un manuscrito de un tal Juan de Coles, titulado Breve relación de la conquista de la Florida y de las hazañas de Hernando de Soto y sus sesenta compañeros. El problema es que no sabíamos nada ni del manuscrito ni de su autor. Para el afianzamiento de esta hipótesis parecía fundamental, en primer lugar localizar el manuscrito en cuestión, y en segundo lugar, documentar con certeza a Juan de Coles. Lo primero resultó imposible, pues ya Garcilaso afirmó que dicho manuscrito se encontraba bastante carcomido. Sin embargo, sí que conseguimos documentar al enigmático Juan de Coles. Era natural de Zafra, acompañó a Hernando de Soto a la Florida, regresó con vida a España y se casó con una viuda de Barcarrota donde vivió el resto de sus días. Está muy claro que Juan de Coles, sabía muy bien de quién hablaba cuando se refería a Hernando de Soto.

Las demás pruebas eran más circunstanciales: primero, el enorme poder de convocatoria que el Adelantado tuvo en Barcarrota, cuando acudió para reclutar hombres para su malograda expedición a La Florida. Se enrolaron nada menos que 33 barcarroteños frente a tan sólo 5 jerezanos. Y segundo, la vinculación de los Méndez de Soto a Barcarrota. En esta última localidad vivía Juan Méndez de Soto, hermano del Adelantado, y heredero del mayorazgo familiar. Y no es el único Méndez de Soto documentado en Barcarrota, pues, en 1612 vivía en la localidad Cristóbal Méndez de Soto, abogado natural y vecino de dicha villa de Barcarrota. Pero, es más, en la misma expedición a la Florida iba Diego de Soto, natural de Barcarrota y sobrino del Adelantado, que perdió la vida en combate en octubre de 1540.

Casi podríamos hablar hasta la fecha de empate técnico entre la tesis jerezana y la barcarroteña. Ambas contaban con pruebas importantes que las vinculaban con el conquistador. Y ello, porque es obvio que Hernando de Soto estuvo vinculado familiar y afectivamente a ambas, pues tenía familia tanto en una como en otra.

La prueba que presentamos a continuación no es definitiva en el sentido que no se trata de una partida de bautismo. Ésta ni ha aparecido ni es probable que a estas alturas se pueda encontrar. Sin embargo, nos consta por un documento localizado por nosotros en el Archivo General de Indias que, en 1534, Hernando de Soto remitió a los reinos de España poco más de un millón de maravedís. El documento junto a un amplio estudio lo presentaremos próximamente en un Congreso de Historia. Pero quería adelantar ahora algunas reflexiones: ¿a dónde y a quiénes envió el dinero?, pues ni más ni menos que a Barcarrota, concretamente a sus hermanos Juan Méndez de Soto y Mencía de Soto, ambos vecinos y naturales de dicha localidad.

Llegados a este punto, ¿cómo queda la tesis del origen barcarroteño de Hernando de Soto?, pues, bien, el documento no puede ser definitivo pero sí que afianza enormemente la tesis barcarroteña. Hernando de Soto consignó una parte de su botín a sus hermanos, vecinos, naturales y residentes en Barcarrota. Todo parece indicar que los Méndez de Soto eran de Barcarrota y allí debían tener la mayor parte de sus bienes raíces, heredados por el primogénito, el ya citado Juan Méndez de Soto. Y ello a pesar de que una parte de la familia vivía en Jerez de los Caballeros y que, incluso, sus padres y probablemente el mismo Hernando de Soto, residieron durante algunos años tanto en Jerez como en Badajoz, de donde era originaria su madre.

 

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